Los Estudios Generales fueron los responsables de que Ana Ulate se enamorara de las artes escénicas. Cuando en 1976 ingresó a la Universidad de Costa Rica, Ulate eligió el Taller de Teatro como materia artística e inició una pasión que la ha acompañado el resto de la vida.
El proyecto académico de Ana, sin embargo, se vio interrumpido al año siguiente y no fue hasta el 2015 que se convirtió en actriz profesional al obtener el Bachillerato en Artes Dramáticas.
El trabajo desarrollado a lo largo de los años, la formación profesional y sobre todo la entrega con que realiza cada personaje dieron frutos recientemente: el Premio Nacional de Teatro Ricardo Fernández Guardia a la Mejor Actuación Femenina. La espera valió la pena.
“Yo soy evangélica y en esa línea me encontré a Melvin Méndez, a Jacqueline Steller y a otras personas que queríamos hacer un teatro cristiano diferente. Hicimos teatro callejero por unos ocho años en los que me terminé de enamorar del teatro”, indicó la actriz.
Cuando el menor de los hijos terminó el colegio, Ana le hizo caso a sus instintos y a las decenas de recomendaciones que había recibido por años. Tras revisar los requisitos y superar los trámites, por fin se convirtió en estudiante de Artes Dramáticas.
En el 2010 hizo las pruebas específicas para la carrera, en el 2011 empezó los estudios y en el 2015 fue la primera de su generación en graduarse.
De ahí adelante, la carrera ha sido imparable y apasionante: “fue la realización de mi vida, un sueño hecho realidad”, describió Ulate.
El trabajo en equipo con otras personas de su carrera se traduce hoy en el grupo “Teatro del Público”, un experimento que ella describe como “un teatro que revolcara, que excavara, que hiciera al público parte del mensaje”. De ese colectivo han salido “Ñaque o de piojos y actores” -dirigido por Ulate-, obras infantiles y otras iniciativas entre las que destacan “La Ciudad Sitiada”, cuya interpretación derivó en el premio para Ulate.
-¿Qué es lo llama más la atención del mundo del teatro?
"Contar historias. Aproximar al publico a diferentes realidades, que el público cuestione las realidades en las que nos ha tocado vivir, eso me llama.
Actoralmente el poder entrar a otro mundo, crear un personaje que está vivo en tu interior. En la medida en que uno logre hacerse uno con ese personaje el público se mete en la ficción. Mimetizarme es lo que me apasiona".
-¿Qué fue lo más difícil de interpretar este papel?
"Esos personajes que son tan fuertes y en una situación tan extrema lo más complicado en que en cada función fuera nuevo, fuera real. Que no fuera una réplica de ayer o anteayer. Lo más complicado era que fuera verdad cada noche. Encontrar dentro de mi ser los instintos para hacer las cosas por primera vez. Poder acceder a mi alma, a mi interior, para encontrar a esa mujer para que estuviera viva cada noche".
-El año pasado Melvin Jiménez -del mismo grupo de teatro- ganó el premio y ahora lo recibe usted. Qué significa para ustedes como grupo?
"Sumamente importante. Somos un grupo que hace teatro con las uñas. Si bien El Teatro Universitario nos ha apoyado y confiado sus espacios es porque han visto lo que hacemos. Esto nos afianza y nos hace responsables del teatro que hacemos. El nombre del “Teatro del Público” nace de esa motivación. Es un teatro que de verdad quiere inquietar, ir más allá. Puede ser que este no sea el teatro que da plata pero es el decidimos hacer y seguimos por ese camino".
Está agradecida con el premio pero lo dimensiona como un reconocimiento a su papel específico en la obra y que cada uno de los personajes futuros implicará un trabajo distinto. “ No es una receta”, afirmó. “Yo soy una mujer apasionada con lo que hace. Cada trabajo y cada personaje que asumo trato de hacerlo de la mejor manera, de hacerlo con mucha honestidad y pasión. A veces sale y a veces no sale pero nunca puede faltar el trabajo. Investigar lo que tenés que investigar, pasar por donde tener que pasar hasta que logrés encontrar ese personaje”, resaltó de manera complementaria.
“Creo que ahora estamos en una revolución en el teatro costarricense. Ahora lo que falta es llevar a la gente al teatro. El teatro es un gusto adquirido y la gente tiene que encontrar porque ir al teatro en lugar del cine. El gremio está haciendo bien su trabajo entonces eso, seguir adelante, trabajando”, finalizó.
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