Para el 2017, Eder Porras planeaba alejarse un poco del teatro y experimentar otras áreas de aprendizaje.
Ese era el proyecto hasta que el 30 de enero pasado sus ensayos se vieron interrumpidos. “Ensayando para otro proyecto, el director llega y me abraza para felicitarme y yo no sabía nada, hasta que me enseñaron la imagen de redes sociales”, narró Porras.
El motivo de las felicitaciones era el Premio Nacional de Teatro Ricardo Fernández Guardia a la mejor Actuación Masculina.
Meses atrás se había gestado “Fragmentos”, una obra donde al mismo tiempo fue un político, una madre, un travesti y Alejandro Magno.
-Contanos sobre el papel que te da el Premio.
“Mi personaje se llama B. Somos A y B perdidos en un mar de plástico buscando nuestra identidad. En ese mar hay muchas prendas y eran estereotipos, arquetipos. Tal vez esa prensa era un saco y era político, o una bata y eras la mamá. Fragmentos tiene muchos personajes y no te dejaba cómodo. Tuve que hacer desde Alejandro Magno hasta un travesti. Es un proceso muy doloroso pero reconfortante. El teatro es una catarsis”.
-¿Qué dificultades tenía el personaje -o los muchos personajes-?
“Me llamaba la atención buscar cómo hablaba cada uno -el político, la mamá, el hombre de la calle-. El reto principal fue Etérea, el travesti, por ser un personaje que tenía muy alejado, con muchos estigmas en contra, y no sabía cómo abordarlo. Había que ponerse los tacones, las leggins. Hubo que ver películas para ver cómo se movían ellas, y todo. Yo decía “no le llega”. Me decían “hágalo usted, no lo haga como tal personaje de película”.
-¿Qué significa que te hayan dado el Premio?
“No se espera. Cuando nosotros tuvimos temporada a principios del año pasado el Director decide mandarnos a concursar, uno siempre piensa “quien quita un quite”. Más siendo teatro independiente. No quiero dar a entender otras cosas pero es que el teatro independiente es pellejeado, con la uñas”.-¿Y qué implica para tu carrera?
Es un gran salto, un empujón. Es un sueño que yo tuve, un sueño en el que se lograban muchas cosas y ahora se está haciendo realidad. Hay desde Currículum hasta la confianza de poder hacer muchas cosas. Es el sentimiento de poder hacer todo.
-¿Qué proyectos vienen?
A nivel personal terminar la U, estamos con un estudio cinematrográfico y preparando obras.
La relación de Eder con el teatro es de toda la vida y además de la experiencia le ha generado anécdotas.
Sus primeras clases de actuación las recibió en prekinder -”Hay fotos pero la verdad no tengo memoria de eso”, indicó el actor-.
Cursando la secundaria formó parte del montaje de “Uvieta” de Alberto Cañas, pero las diferencias entre los profesores no permitieron su presentación.
Cómo espectador, durante la presentación de “Casa de Muñecas” el teatro se quedó sin luz y los actores decidieron suspender la obra para conversar con el público. Las palabras de César Meléndez le indicaron que el futuro profesional podría estar sobre las tablas.
La decisión final recayó en un taller con José Arceyuth.
“Estaba dando un taller de vacaciones en la Aduana. Fui con los compañeros del colegio, el lunes nos dieron el taller y nos gustó. Llegamos el martes y el profesor nos indicó que el taller era de un solo día, osea, iban a dar la misma clase. Al final fuimos todos los días de la semana y el último día conversando José él fue el que me recomendó meterme en esto”, explicó.
“El fue el que me dió la patadita para entrar”, dijo Porras