Se le conoce clínicamente como el Síndrome de Insuficiencia Respiratoria (SIR), se caracteriza por ocasionar problemas respiratorios en los infantes, y posee más del doble de riesgo que lo sufran aquellos niños y niñas que nacen por cesárea electiva que por parto vaginal.
Así lo confirmó el estudio realizado por el Dr. Alexander Céspedes Masís en el marco del Posgrado de Ginecología y Obstetricia de la Universidad de Costa Rica (UCR), bajo la supervisión del Dr. Manrique Leal Mateos.
La investigación es el primer análisis comparativo que se realiza en el país en torno al tema, y señala que los bebés expuestos a una cesárea electiva tienen un riesgo relativo 2,5 veces mayor de sufrir SIR, que aquellos que lograron experimentar las contracciones producidas por su madre durante el trabajo de parto.
De acuerdo con el Dr. Céspedes, a diferencia del parto vaginal, las cesáreas electivas, aquellas que se programan con anterioridad, impiden que la madre genere los estímulos biológicos necesarios para que el bebé inicie una correcta función pulmonar. Lo anterior sucede porque durante la vida intrauterina los pulmones del bebé están llenos de líquido, no aire. En ese período de gestación la madre respira por él, y se encarga de pasar sangre oxigenada para su óptimo desarrollo.
En el momento en que se inicia el trabajo de parto para nacer por vía vaginal, el menor es comprimido por el útero a través de las contracciones, y se logra que el líquido sea expulsado. Esto permite que el niño esté listo para inhalar por primera vez, y sin ayuda de su progenitora, el oxígeno del entorno.
“El bebé extraído en una cesárea no está percatándose que va a salir en el próximo minuto, entonces no recibe los estímulos requeridos, y por lo tanto sus pulmones no obtienen ninguna preparación para oxigenarse a la hora del nacimiento. La mamá que ha tenido horas de contracciones hace que su hijo o hija al momento de salir ya tenga el pulmón seco, y sea capaz de oxigenarse por sí solo, lo que disminuye el riesgo que los bebés sufran dificultades respiratorias posteriores” afirmó.
La investigación se realizó en el Hospital Calderón Guardia del 2014 al 2016. Se analizaron un total de 396 partos por cesárea y 1188 partos vía vaginal en bebés que cumplieron las 39 semanas de gestación. De ellos, el 9,6% que nació por cesárea presentó dificultades respiratorias, y solo el 4,1% de los nacimientos por parto vaginal tuvo la complicación.
La investigación también reveló que los menores nacidos por cesárea terminaban más en cuidados intensivos que los que nacían por parto vaginal. De los 1.584 casos estudiados, la cantidad de niños que ingresaron a la unidad de cuidados correspondió al 2%, mientras que los nacidos por parto vaginal que fue del 1,2%.
El Dr. Céspedes señaló que no todas las mujeres a las que se le programan una cesárea electiva requieren obligatoriamente este procedimiento. Para el especialista, una de las principales razones por las que se lleva a cabo este tipo de parto, es el criterio médico basado en los antecedentes clínicos de la paciente. Este contempla que si la mujer ya vivió una cesárea, requiere de nuevo este procedimiento para recibir a su próximo hijo.
El médico aseguró que ese principio no es estrictamente necesario y que las mujeres que experimentaron una cesárea pueden tener un parto vía vaginal normal y obtener así mayores beneficios para la salud del bebé y de ellas mismas.
“La idea es empezar a debatir ese pensamiento en el gremio. Nosotros como médicos podemos intentar impactar que las pacientes que tuvieron una cesárea anterior, y no presenten algún tipo de problema, tengan un parto vaginal a fin de disminuir el riesgo que estamos viendo en los bebés”, aseguró.
Si las condiciones de la paciente no permiten un parto vaginal, y no existe ninguna contraindicación, es necesario que a las madres se les dé la posibilidad de iniciar su labor de parto.
De acuerdo con el especialista, aunque la madre al final requiera la operación, ya el bebé se expuso y logró recibir los estímulos necesarios para generar el factor protector que le permitirá enfrentar con mayor éxito la vida fuera del útero, así como una mejor y más rápida recuperación para la madre.
Además, lograr esa meta permitiría disminuir la cantidad de partos electivos incensarios que se han incrementado en los últimos años, e impactar de forma favorable el sistema de salud.
Cifras del Hospital Calderón Guardia reflejan una tasa de cesáreas cercana al 30% por año tan solo en ese centro médico. Esto implica un impacto importante en los costos hospitalarios para el país que, según el experto, se podrían evitar al incentivar más partos vaginales.