El Observatorio del Desarrollo (OdD) y la Escuela de Economía de la de la Universidad de Costa Rica (UCR) presentan la tercera versión del Índice de Competitividad Cantonal (ICC), esta vez con una lectura que contempla el periodo del 2006-2016.
El objetivo es medir el resultado de las decisiones empresariales, familiares y de los gobiernos a escala cantonal y nacional, a través de la valoración del desempeño relativo de los 81 cantones de Costa Rica en siete áreas relacionadas con la actividad económica.
Los resultados por tanto se pueden tener por separado para las siete variables: el entorno económico, el desempeño del gobierno local, el acceso y calidad de la infraestructura, el clima empresarial, el clima laboral, la capacidad para manejar conocimientos complejos o innovación y la calidad de vida. Para el ciudadano común, el ICC es una herramienta que le ayudará a perfilar el cantón donde vive y reconocer sus potencialidades; al líder comunitario o municipal, la información le resultará valiosa para ver la evolución de su cantón en diez años y así tratar de mejorar o promover mejoras durante su gestión.
“Es relevante conocer, por ejemplo, que respecto al pilar de gobierno el desempeño de Escazú es bueno pero en otros 30 cantones el desempeño es muy bajo y eso debe interesarle a los ciudadanos” explicó la investigadora y docente de la Escuela de Economía, Anabelle Ulate Quirós.
La información que aporta el ICC es aún más relevante pues desde el 2002 los ciudadanos toman la decisión, por la vía electoral, de quién gobierna a nivel cantonal.
Aunque algunos líderes municipales fundamentan incapacidad de gestión por las restricciones que le impone la institucionalidad costarricense, el ICC demostró, desde la presentación de su primera versión en el 2009, que hay diferencias importantes entre cantones aledaños tanto en su desempeño en un momento dado, como a lo largo del tiempo. En esta tercera versión del ICC la conclusión se confirma.
Por ejemplo Montes de Oca, Curridabat, San José y Escazú revelan una especialización de su oferta de trabajo en servicios e industria. Sin embargo, esa especialización relativa es descendente en San José, oscilante en Curridabat y creciente en Escazú y Montes de Oca.
En este último caso, esa tendencia creciente se da por los servicios de educación ya que si no se contempla ese rubro, su especialización relativa sería menor. Es decir, la especialización relativa de los trabajadores en industria y servicios muestra el resultado de decisiones empresariales con respecto a la ubicación de sus negocios y por consiguiente, también revela el tipo de actividad que se desarrolla en el cantón y la importancia relativa de la oferta de trabajo que generan esas decisiones.
La lectura del Índice de Competitividad Cantonal es sencilla (ver gráfico adjunto) pues muestra la posición relativa del cantón con respecto a los 81 cantones, en cada uno de los pilares y en cada una de las variables que lo conforman. La importancia relativa de los pilares varía entre los cantones. Si se ordenan los cantones de acuerdo con el valor absoluto del índice de competitividad cantonal, los primeros cinco cantones con el nivel más alto del índice de competitividad cantonal, son San José, Belén, Escazú, Montes de Oca y Curridabat. Sin embargo, hay diferencias en la importancia de los siete pilares. Por ejemplo, el pilar económico es muy importante para Belén.
Precisamente en los diez años consecutivos que se ha cuantificado el ICC, Belén logró la primera posición mientras que San José lo sigue con la segunda posición en este pilar. Por otro lado, para Escazú, el pilar gobierno es el más importante alcanzando el primer lugar tanto en el 2015 como en el 2016 superando a Belén y San José. En el clima empresarial, San José siempre ha mantenido la posición número uno, le sigue Belén y en tercer lugar Escazú, el cual pasó de la quinta posición en el 2006 al tercer lugar en el 2016. Para Montes de Oca es muy importante el pilar de capacidad de innovación cuyo valor es el más alto entre los 81 cantones. Mientras que en el caso de Curridabat, son muy importantes el pilar de infraestructura y el clima empresarial.
De la misma manera podemos corroborar que la competitividad de Desamparados proviene principalmente del pilar laboral y el pilar de infraestructura, mientras que la contribución de la calidad de vida si bien ha mejorado con respecto al año 2006 está en la posición 66 de los 81 cantones. Para los cantones con el nivel del índice de competitividad más bajo como Guatuso, Buenos Aires y Upala, también hay diferencias importantes.
Estos tres cantones mejoraron su posición relativa, de la categoría muy baja a baja en el pilar económico, de igual manera Upala y Buenos Aires mejoraron en el pilar clima laboral, pero Guatuso permaneció en las posiciones más bajas de este pilar.
También destaca que hay cantones en cuya competitividad sobresale el pilar de calidad de vida. Por ejemplo, Nandayure, Hojancha y Tilarán están en los primeros cuatro lugares en el 2016 en este pilar. Alajuelita estuvo en la categoría de los cantones con un índice de competitividad muy bajo en el 2006, sin embargo, en el 2016 mejoró y ahora está en la categoría de los cantones con un nivel bajo, es decir, en la posición 59 del índice total.
Sin embargo, en el pilar económico y en el pilar clima laboral está en la categoría media, pero su desventaja relativa es el clima empresarial y la calidad de vida porque en ambos pilares se encuentra en la categoría muy baja. En este último pilar tiene la posición 81.
En su primera versión, el OdD y la Promotora de Comercio Exterior (Procomer), unieron esfuerzos para diseñar un instrumento que permitiera representar cuantitativamente las diferencias relativas de aquellos factores que determinan o inciden en la producción per cápita que se genera en un cantón. En ese momento el Consejo de Promoción de la Competitividad (CPC) apoyó la publicación y difusión de esta nueva versión.
En la segunda versión, el OdD hizo una exhaustiva revisión metodológica de esta herramienta y además elaboró una serie de datos que comprende el período 2006-2011. Precisamente este es un período económico afectado por la crisis internacional más severa que se haya vivido después de la del año 1929. Estos resultados recogen los cambios relativos que experimentaron los cantones en el Índice de Competitividad Cantonal y en sus diferentes componentes, denominados pilares.
La motivación de este esfuerzo de medición, está basada en dos visiones complementarias del desarrollo. La primera se refiere a Amartya Sen quien define el desarrollo como “un proceso de expansión de las libertades reales que disfrutan las personas y esa libertad como el proceso tanto de decisión como de oportunidades y capacidades que poseen las personas para alcanzar resultados que valoran y que tienen razón para hacerlo porque les permite llevar la vida que ellas quieren liderar(Sen1999:3, 291-293).
La segunda visión, la cual es complementaria a la anterior, subraya el ángulo más experimental del desarrollo. Charles F. Sabel define el desarrollo como un proceso experimental de “aprender a aprender” (Sabel y Reddy 2007:74), mediante el cual se identifica la existencia de problemas no resueltos. Y para solucionar esos problemas se requiere identificar metodologías que permitan, eventualmente, suavizar las restricciones dentro y entre los dominios y niveles de la vida económica y social: “Al enfatizar en la experimentación local, por un lado y en la necesidad de corregir los resultados locales por medio del intercambio y la revisión local, el enfoque centrado en el aprendizaje le hace justicia tanto a los límites de nuestro conocimiento como a nuestra habilidad colectiva para mejorarlo”.
© 2024 Universidad de Costa Rica - Tel. 2511-4000. Aviso Legal. Última actualización: noviembre, 2024