Las ciudades alrededor del mundo han experimentado transformaciones permanentes, pero los cambios más recientes las han convertido en espacios estratégicos de la nueva economía, donde las personas han dejado de ser el centro del desarrollo urbano y el espacio público se reduce cada día.
Así lo planteó durante su reciente visita a la Universidad de Costa Rica (UCR) la Dra. Patricia Ramírez Kuri del Instituto de Investigaciones Sociales de la Universidad Autónoma de México (UNAM), quien ha realizado múltiples investigaciones en torno al espacio público.
A criterio de la experta, las ciudades se han transformado radicalmente en cuanto a forma, estructura y perfil, dando lugar a una dinámica que enfatiza las desigualdades y muestra un predominio de lo privado como interés único de las dinámicas de mercado.
La situación se evidencia con la creciente proliferación de espacios cerrados como residenciales y fraccionamientos, mientras que el espacio público se reduce y con este, las relaciones que ahí se desarrollan para construir el espacio social.
Según la socióloga, las transformaciones cruzan los distintos países y se condensan en las grandes ciudades capitales, pero también ocurren en las ciudades pequeñas, donde se evidencian desplazamientos poblaciones y cambios en el ordenamiento territorial que apuestan por la privatización.
“Se ha enfatizado el papel estratégico de las ciudades en una red económica global jerarquizada, con grandes avances tecnológicos e innovaciones, pero esta ciudad de grandes proyectos urbanos se ha olvidado de esas otras ciudades de la gente” enfatiza Ramírez.
Como resultado de estos procesos se consolidan cada día ciudades más divididas y fragmentadas, donde convergen grupos sociales con realidades distintas, cuya relación de intereses yuxtapuestos y contrapuestos construye la naturaleza de las ciudades.
“La ciudad es el espacio de la diferencia, donde la reunión de desiguales hace que la ciudad sea un espacio público y privado complejo, de sociabilidad y de conflicto entre grupos de intereses irreconciliables” añadió.
El espacio público es por su naturaleza un lugar de conflicto, pues es el lugar donde se expresa lo colectivo y por tanto, donde se plantea la reivindicación de demandas de derechos urbanos como el derecho a la ciudad, al espacio público y a tener una ciudad habitable.
Según la reconocida investigadora, la ciudadanía se ha construido históricamente bajo una dinámica de conflicto, el problema ocurre cuando los conflictos no tienen una solución socialmente incluyente y políticamente sana.
“En los mismos territorios donde hay una imagen moderna y vanguardista existen otras formas espaciales que han quedado al margen de esa ciudad formal y en las que predomina el desempleo, la violencia en el espacio público y la inseguridad, formas de injusticia espacial”, explicó.
Ramírez enfatizó la necesidad de consolidar espacios de participación y organización ciudadana que favorezcan el empoderamiento social, pero además, se requiere de un reposicionamiento de estas temáticas en las agendas políticas y la consolidación de autoridades con convicciones democráticas.
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