Hoy, la alianza entre la Escuela de Tecnologías de Salud de la Universidad de Costa Rica (UCR) y la Caja Costarricense del Seguro Social (CCSS), le permite ser parte de los nueve pacientes que recibieron oportunamente una de las 10 prótesis realizadas con materiales de alta tecnología por estudiantes de la carrera de Ortoprótesis y Ortopedia de la UCR.
En total fueron 18 alumnos de tercer año de carrera, quienes con su ingenio lograron que estas personas en lista de espera no tuvieran que aguardar hasta el 2018 para recibir un aliado que permitiera mejorar su calidad de vida.
Para lograrlo, los jóvenes tuvieron que emprender un proceso destinado a descifrar, diseñar y construir las prótesis que los pacientes realmente necesitaban. Durante esta etapa, salieron de los hospitales y realizaron visitas a los hogares, a fin de entrar en contacto con las actividades que realizan usualmente y los lugares que frecuentan. El objetivo era proporcionar un instrumento útil acorde con las necesidades reales del individuo.
De acuerdo con Diana Fallas Rodríguez, Directora del Departamento de otras carreras de la Escuela Tecnologías de Salud de la UCR, lo anterior implicó un importante reto para los estudiantes, pues los beneficiarios resultaron ser muy activos. Esta característica demandaba mayor calidad de los instrumentos al momento de su elaboración.
“Por primera vez en la carrera los estudiantes visitaron las casas de los pacientes. Hacerlo fue un proceso de sensibilización importante, ya que dio la posibilidad de que ellos mismos se den cuenta sobre el alcance de las prótesis, pero ya traducido a la vida diaria del paciente y a sus necesidades. Es algo que no se realiza usualmente en los hospitales” comenta Fallas.
Es esa relación entre estudiante y paciente lo que llenó la experiencia de humanismo, marcó el verdadero aprendizaje y enriqueció el conocimiento, situación que en general puso a prueba años de estudio.
“El hecho de desprenderse de los datos presentes en el libro, y verlo personificado, para uno como estudiante de Ciencias de la Salud es un impacto. Darse cuenta que el paciente es una papá, un hijo, escuchar su historia, es otra cosa. Ha sido una experiencia muy gratificante por toda la relación que se desarrolló con el paciente, desde la toma de medidas hasta las visitas de campo. Esto hace que uno se identifique con el paciente”, cuenta José Mario Araya Espinoza, estudiante.
Las prótesis se realizaron con materiales de primera calidad y de última tecnología, traídos de Alemania y Norteamérica. Sin embargo, más allá de los materiales, la calidad radica en cómo se hace la prótesis.
Gerardo Montoya Valverde, técnico de prótesis y órtesis de la CCSS y profesor de la UCR, asegura que después de la primera parte del curso, que se basó en la metodología de la producción, los estudiantes tuvieron que enfrentarse a la práctica, a prueba y error en la mayoría de las veces.
“En esta ocasión los estudiantes tuvieron la oportunidad de modificar los errores que en un principio cometieron porque, por ejemplo, si no se realiza un buen socket- pieza que está en contacto con el muñón, que es el extremo del órgano amputado-, entonces el paciente no va a tener la comodidad de realizar movimientos, puede sentir dolor y dificultad para caminar por ejemplo. Esto es lo verdaderamente innovador del proyecto, que el paciente no se tiene que adaptar a la prótesis, sino que pudimos adaptarla a él”, señaló el profesor Montoya.
Una prótesis a nivel externo de la CCSS puede llegar a costar 2.000 dólares. En este caso, los materiales utilizados por los alumnos de la UCR y los procedimientos aplicados pueden alcanzar los 7.000 dólares en el mercado. Su durabilidad es larga, a excepción de piezas que suelen desgastarse más rápido como los pies. No obstante, en promedio estas herramientas logran superar los cinco años de uso.
La iniciativa fortalece las tareas de la docencia, la investigación y la acción social de la Escuela de Tecnologías de la Salud. Aunque la carrera nació en el 2014, su alianza con la CCSS permite agilizar las listas de espera, y al mismo tiempo favorece la consolidación de conocimientos de sus estudiantes.
“Se trata de poner el conocimiento al servicio de la comunidad y de la seguridad social. Al ser dos instituciones públicas es importante la retribución social. En este caso, la CCSS con el área técnica y el conocimiento práctico; en el caso de la UCR, desde el recurso humano y académico” concluyó Diana Fallas Rodríguez.
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