"A la fecha no hay un solo productor que tenga la denominación de productos orgánicos en Costa Rica" asegura el Ing. Michael López Herrera, especialista en agricultura ecológica, de la Escuela de Zootecnia de la Universidad de Costa Rica (UCR), una afirmación que pone en claro la situación actual de esta actividad productiva en el país.
Desde el año 2007 Costa Rica cuenta con el marco normativo necesario para el desarrollo de esta actividad contenido en la Ley Nº8591 Para el Desarrollo, Promoción y Fomento de la Actividad Agropecuaria Orgánica. No obstante, el nivel de implementación ha sido muy bajo y aún no existen productos pecuarios orgánicos, según constató Rocío Aguilar Ramírez, Coordinadora del Programa Nacional de Agricultura Orgánica del Ministerio de Agricultura y Ganadería (MAG) .
A pesar de este avance, una década después el sector aún enfrenta serias limitaciones que impiden a los productores entrar en el mercado de los productos orgánicos de origen animal debidamente certificados. Varios especialistas de la Escuela de Zootecnia de la Universidad de Costa Rica (UCR) analizan estas limitaciones y también los avances logrados hasta el momento en materia de investigación.
La actividad agropecuaria orgánica es aquella que se sustenta en sistemas naturales para mantener y recuperar la fertilidad de los suelos, la diversidad biológica y el manejo adecuado del recurso hídrico, y que propicia los ciclos biológicos en el uso del suelo. Esta actividad rechaza el uso de organismos transgénicos y agroquímicos sintéticos, cuyo efecto tóxico afecta la salud humana y el ambiente.
Para que un producto sea reconocido como orgánico en el mercado y pueda ser etiquetado con esta denominación debe tener una certificación que cumpla con la normativa nacional. En el caso de productos agrícolas, rige desde el 2006 el Reglamento para la agricultura orgánica (Decreto ejecutivo 29782-MAG), pero para los productos de origen animal aún no existe un reglamento, lo que impide a los productores certificarse, según explicó Aguilar.
Para producir en forma orgánica y eventualmente poder obtener una certificación, el productor debe seguir una serie de pautas que van desde la elección de las razas más adaptadas que permitan mayor resistencia a las condiciones ambientales y enfermedades hasta el manejo que se hace de las excretas de los animales en sus fincas.
Además de aplicar todas las reglas de la producción orgánica en su finca, el productor deberá asegurar en plantas de cosecha certificadas que cumplan con una serie de requisitos. Finalmente, para obtener la certificación tendría que contratar a una agencia certificadora privada, autorizada por el Ministerio de Agricultura y Ganadería (MAG), o aplicar a un esquema de certificación participativa.
Todas estas reglas aumentarían los costos de la producción, los cuales se trasladan al precio del producto y finalmente al consumidor. Aunque existen algunos nichos de mercado, el problema radica en que el grueso de los consumidores no está dispuesto a pagar el sobreprecio, pues no existe una cultura amplia de consumo de este tipo de productos, explica López
Los productores deben lograr establecer un reciclaje adecuado de los propios nutrientes de su finca y reducir la dependencia de insumos externos tanto para la alimentación de los animales como para el control y tratamiento de enfermedades. Por ejemplo, las excretas deben utilizarse como fertilizantes procesados mediante las técnicas de compostaje, fermentos o lombricultura.
Las instalaciones deben brindar libertad de movimiento y comodidad a los animales, éstos deben tener acceso al agua y alimento, ventilación y entrada de luz natural. Además, se prohibe el uso de desparasitantes de origen sintético y el uso de antibióticos promotores del crecimiento en animales como cerdos o aves.
Uno de los aspectos críticos en la ganadería orgánica es la alimentación que se brinda a los animales. Según la normativa, el 50% de los alimentos deben ser producidos en la misma finca y en la etapa de producción se puede utilizar hasta un 40% de la materia seca total, de alimentos balanceados orgánicos.
Debe tomarse en cuenta que en los sistemas convencionales el rubro de mayor costo corresponde precisamente a la alimentación, explica el M.Sc: Augusto Rojas Bourillón, director del CINA. En gandería de leche representa el 56%-60% y en cerdos y aves la alimentación representa 75%-80% de los costos totales de producción.
1- Utilice la raza correcta para su sistema (adecuada al ambiente)
2- Utilice la alimentación apropiada que llene los requerimientos de los animales. Así tienen todos los nutrientes necesarios para que el sistema inmunológico funcione bien.
3-Aplique vacunas. Así ayudamos a que los animales generen los anticuerpos para defenderse de las enfermedades.
4-Provea las condiciones de bienestar animal para que puedan expresar su comportamiento natural, para que no se estresen y así mantener sano su sistema inmunológico.
5-Utilice tratamientos fitoterapéuticos, es decir, elaborados con productos naturales.
La principal limitante para la producción agropecuaria orgánica es que en el país no existen insumos certificados, una problemática que desde hace una década ya señalaba el M.Sc. Augusto Rojas Bourillón, actual director del Centro de Investigación en Nutrición Animal (CINA).
La mayor parte de los alimentos balanceados e importados que se comercializan en el país no cumplen con la normativa orgánica, ya que son elaborados a base de granos de soya y maíz transgénicos. Rojas explica que además, los costos de producir en finca algunos granos como el maíz orgánico son más altos.
López agrega que nuestros sistemas de producción tienen fuertes dependencias de alimentos concentrados importados (sobre todo en especies como aves y cerdos) y también de productos sintéticos como desparasitantes y antibióticos. Si un productor tiene alguna de las dos dependencias, es poco probable que se aventure a cambiar hacia sistemas orgánicos donde tendrá que renunciar a los paquetes tecnológicos que le aseguran mayor productividad.
Además, se ha comprobado en diferentes ensayos realizados en la UCR, que los rendimientos en sistemas orgánicos son menores que en los sistemas convencionales. Por ejemplo, en el caso de fincas ganaderas el uso de abonos orgánicos afecta el contenido de proteína y provoca que los sistemas tengan un tiempo de respuesta más lento que puede variar de 3 a 5 años.
Para Rocío Aguilar, del MAG, la ausencia de un reglamento en esta materia y deficiencias a nivel institucional para impulsar la capacitación a los productores y la vigilancia son algunos de los factores que han limitado el desarrollo de esta actividad en el país.
En Costa Rica se han desarrollado, tanto a nivel de fincas como en el ámbito académico, prácticas alternativas o amigables con el ambiente que pueden ser incorporadas dentro del sistema orgánico como; la producción de abonos orgánicos a partir de excretas, el control de garrapatas de forma manual, el uso de bacterias como fertilizantes para la producción de forrajes y la investigación de compuestos orgánicos para sustituir antibióticos.
Algunas experiencias se han llevado a cabo en el Módulo Lechero de la Sede de Turrialba. Allí desde el 2009 se implementó un método manual para controlar las garrapatas que consiste en arrancarlas manualmente dos veces por semana. "Por cada garrapata que se extrae, 2.000 huevos se dejarán de depositar en el suelo" explicó el M.Sc. Rodolfo Wingching, coordinador del Módulo.Esta estrategia permitió eliminar el uso de productos acaricidas, reducir el número de garrapatas en los animales y a la vez producir leche libre de residuos de acaricidas, según se constató mediante análisis realizados por el Centro de Investigaciones en Contaminación Ambiental (CICA).
También se han realizado adelantos en el control de garrapatas mediante el uso de hongos entomopatógenos como el metariso que puede sustituir los desparasitantes sintéticos que terminan en el suelo afectando otros elementos del sistema, esta estrategia es más lenta pero viable y aceptada por la normativa orgánica.
Para reducir el uso de fertilizantes sintéticos en la producción de forraje, también se utiliza una bacteria fijadora de nitrógeno (Azospirillum spp) como biofertilizante, cuya efectividad fue comprobada mediante una investigación realizada con el laboratorio de Centro de Investigaciones Agronómicas (CIA).
También existen experiencias a nivel académico en la producción de pollo orgánico. En el 2004 investigadores de la Escuela de Zootecnia lograron producir pollo totalmente orgánico para lo cual tuvieron que producir todos los granos para la alimentación bajo prácticas orgánicas. Este estudio determinó que el tiempo de cría de los pollos aumenta de 8 semanas en sistema convencional a 16 semanas en sistemas orgánicos, y que producir de los granos para alimentar los pollos aumenta los costos de producción.
Actualmente se lleva a cabo un proyecto en la Escuela de Zootecnia para probar la efectividad de diferentes productos disponibles en el mercado nacional o internacional elaborados a base de extractos naturales como el orégano, clavo de olor, tomillo y ajo que podrían sustituir los antibióticos promotores de crecimiento que se utilizan en la industria avícola.
En este proyecto, a cargo de la Ing. Catalina Salas, del M.Sc. Michael López Herrera y del M.Sc. Sebastián Dorado Montenegro, se experimenta con combinaciones de estos ácidos orgánicos, las cuales se adicionan al alimento o al agua con el fin de mantener la salud intestinal de las aves y mejorar sus rendimientos zootécnicos.
A pesar de las dificultades que existen para la producción pecuaria orgánica en el país, los investigdores de la UCR consideran que es posible que algunas explotaciones se conviertan de sistemas convencionales a orgánicos. López y Rojas coinciden en que las actividades con mayor facilidad de convertirse son, de mayor a menor: primero, el ganado de carne; segundo, el ganado de doble propósito y cabras; tercero, el ganado de leche especializado y cuarto, aves y cerdos.
Reducir la dependencia de insumos es la clave, especialmente en lo referente a alimentación. Para esto, es necesaria la implementación de una política nacional que estimule la siembra e industrialización de materias primas orgánicas, indicó el M.Sc. Augusto Rojas.
También es fundamental contar con un reglamento para poder avanzar hacia la certificación. Al respecto, Rocío Aguilar del MAG informó que, luego de un largo proceso de negociación ya casi está listo el Reglamento Técnico Centroamericano (RTCA) de productos agropecuarios orgánicos, requisitos para la producción, el procesamiento, la comercialización, la certificación y el etiquetado; el cual servirá como marco normativo para Costa Rica. La aprobación de este reglamento podría tardar al menos un año más, indicó la funcionaria.
Posteriormente se debe entrar en un proceso con la Unión Europea para ver si reconocen el RTCA y le dan la equivalencia, lo cual permitiría que el país tenga las puertas abiertas al mercado europeo, tal como se ha logrado en el caso de la agricultura orgánica cuyo reglamento es equivalente al de la Unión Europea.
El M.Sc. Wingching opina que debe existir un verdadero compromiso, interés de invertir, capacitación a los trabajadores de las fincas en prácticas orgánicas y finalmente se tendría que pensar también en cómo hacer el procesamiento y la comercialización de un producto diferenciado.
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