“Ahora quiero ser maestra de primaria”, comentó Ana Lucía Mayorga, investigadora del Centro Nacional de Ciencia y Tecnología de Alimentos (CITA-UCR), luego de que uno de los pequeños expresara feliz: “¡Amo las bacterias del chocolate!”.
Con esa frase el pequeño expresó un nuevo conocimiento adquirido: hay bacterias que son buenas y ellas hacen posible el sabroso sabor del chocolate. Esta fue solo una de las emociones que experimentó Ana Lucía este viernes 17 de noviembre, quien a las 11:00 a. m. ya había respondido las inquietas preguntas de más de 500 niños y jóvenes.
Hacia afuera, por el camino de acceso a la Villa Olímpica de Desamparados, un robot de exploración planetaria avanzaba curioso, mientras decenas de niños buscaban la mano sobre el control remoto manipulado por un asoleado y paciente investigador Geovanni Martínez del Laboratorio de Investigación en Procesamiento Digital de Imágenes y Visión por Computador (IPCV-LAB-UCR), quien no se cansó de mostrar mil veces y hasta prestar a los niños los controles de su robot, el que un día llevará los resultados de su investigación a tierras extraterrestres.
“¿Y qué pasa si se le acaba la batería en Marte?” consultó una niña de 8 años, “Nos hacemos esa pregunta todo el tiempo”, respondió una de las investigadoras.
Una multitud de 1600 visitantes llega diariamente al Túnel de la Ciencia, una exposición de la Sociedad Max Planck que llegó al país hace un par de semanas atrás, y que está ofreciendo su recorrido gratuito de miércoles a domingo y hasta el próximo 10 de diciembre.
La Universidad de Costa Rica (UCR) ha participado de la organización que se realiza en conjunto con las demás universidades públicas del país y especialmente del 15 al 19 de noviembre quiso agregar un componente adicional: llevar a más de 30 científicos y sus laboratorios a disposición de los visitantes para contagiarlos de curiosidad científica.
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Esta actividad supuso la participación activa entre científicos, estudiantes y funcionarios universitarios, que en total sumaron cerca de 200 personas con la camiseta UCR bien puesta, como muestra de la experiencia de ser Universidad científica. Todos nos derretimos de ternura cada vez que un pequeño se hacía la foto con el #quieroserUCR.
Una vez dentro del Túnel de la Ciencia las luces del recorrido captan la vista, pero la voz que se escucha le pertenece a alguno de los 120 estudiantes voluntarios que están a cargo de llevar a grupos de 25 personas a través de los nueve módulos que incluye el recorrido.
Se trata de jóvenes voluntarios que en un 90% son estudiantes de la UCR en carreras como Ingeniería Química, Física y Eléctrica, entre otras. También participan estudiantes de la Universidad Estatal a Distancia (UNED) y de la Universidad Nacional (UNA).
Jorge Pérez Astúa, de la Vicerrectoría de Investigación, ha tenido a cargo el grupo de guías, quienes se han capacitado, han preparado a otros y se han encargado de hacer valoraciones estratégicas sobre el manejo de público, además de probar, errar, componer y seguir… las visitas no cesan.
Los guías se organizan por dos turnos al día, unos entran a las 8 a. m. y salen a las 12 p. m., otros entran a las 12 y salen a las 4 p. m. Durante esas cuatro horas no paran de explicar las conexiones entre el pequeño quarkst (partículas fundamentales de la materia) y los problemas que debemos resolver como sociedades.
Una de ellas es Daniela Rojas Gutiérrez, estudiante de la UCR de primer año de la carrera de Física, quien afirma que, cuando le toca viajar desde Alajuela se levanta a las 4:00 a. m. para llegar a atender a los chicos del módulo 0.
“Una de las cosas que me emociona es ver el brillo en los ojos de los niños cuando piensan en ciencia, yo les explico que tenemos problemas para el futuro y ellos se asustan, pero hay tanta emoción y compromiso cuando dicen –¡Yo quiero ser científico y resolverlo!–”.
David Ramírez y Mark Lu, ambos de la Agencia Universitaria de Gestión del Emprendimiento (AUGE-UCR) explicaron en sus charlas sobre emprendimiento que "En la vida hay que hacer lo que a uno le apasiona", una emoción que está siendo evidenciada minuto a minuto y en cada conversación entre los científicos y los niños.