Por esa razón, la Facultad de Medicina de la Universidad de Costa Rica (UCR) realizó una charla orientada a explicar los distintos factores de riesgo, síntomas y métodos diagnósticos que los hombres necesitan conocer para lograr una detección oportuna. La exposición fue impartida por el Dr. Orlando Ordóñez Goñi, profesor de la Escuela de Medicina de la UCR y especialista de Urología del Hospital San Juan de Dios (HSDJ).
De acuerdo con el experto, a nivel nacional se ha experimentado un aumento significativo en la incidencia de cáncer de próstata y en los porcentajes de mortalidad, lo que quiere decir que en cierta manera se está fallando en el diagnóstico oportuno. Actualmente, Costa Rica está dentro del grupo de países con las tasas más altas de fallecimiento, específicamente, en la posición 24 entre los 170 naciones de todo el orbe.
“Estamos fallando en el diagnóstico temprano. Cada año cerca de 1 000 costarricenses son diagnosticados con la enfermedad. De estos, un aproximado de 17 muertes ocurren por cada 100.000 hombres según el Ministerio de Salud. Dicha cifra posiciona el cáncer de próstata como la principal causa de muerte en hombres mayores de 40 años en comparación con otros tipos de cáncer”, afirmó el Dr. Ordóñez.
La alta tasa de mortalidad podría evitarse mediante un chequeo anual. El experto afirmó que de los 1 000 casos que se presentan a nivel nacional, 200 logran ser detectados mediante el tacto rectal, un procedimiento sencillo y sin dolor que permite palpar la presencia de posibles tumores malignos en menos de cinco minutos.
Entre los principales factores de riesgo que promueven la aparición del cáncer de próstata se encuentran la edad, los antecedentes familiares, la etnia, la posición geográfica, los hábitos de alimentación, la obesidad, el tabaquismo, la prostatitis frecuente -inflamación de la próstata- y las enfermedades de trasmisión sexual (ETS).
El Dr. Ordóñez explicó que a mayor edad la persona es más propensa a desarrollar el padecimiento. De igual forma, si el hombre posee familiares que sufrieron la enfermedad, este tiene hasta seis veces más de probabilidad de desarrollar el cáncer.
“Si en la familia hay antecedentes se debe ser más cuidadoso. El control de la próstata debe empezar a los 40 o 45 años. Para quienes no presentan antecedentes, ellos pueden iniciar a los 50. En el caso de la etnia, se ha visto que la población afrodescendiente tiene mayor incidencia de cáncer de próstata, por lo tanto este grupo requiere más cuidado”, manifestó.
El control de la próstata debe realizarse cada año. La valoración se puede llevar a cabo en los Ebais, e incluye el tacto rectal y una prueba sanguínea para identificar los niveles de antígenos prostáticos, -proteína producida en las células de la próstata-, que incrementan cuando hay enfermedades en esta glándula.
El Dr. Ordóñez aclaró que aunque los niveles de antígenos pueden presentarse altos, esto no significa necesariamente que hay un cáncer. Sin embargo, es un indicador importante de sospecha para llevar a cabo pruebas histológicas, que se encargarán de determinar efectivamente si hay o no un tumor maligno.
“Si los niveles de antígenos salen alterados, el médico procede a realizar un ultrasonido transrectal y toma de biopsia. Según sean los resultados, se procederá luego a clasificarlos según su estado clínico. En total son cuatro, el número uno es el más positivo y el número cuatro el más negativo. En este último estadío el tumor se caracteriza por haber hecho metástasis, en otras palabras, ya se encuentran comprometidos los órganos vecinos”, indicó.
Contrario a lo que se suele creer, los hábitos saludables no impiden la aparición del cáncer, pero hacen que el tumor sea menos agresivo.
Los tratamientos para contrarrestar el cáncer toman como base su estadío y su clasificación histológica. El primero se define a partir del tamaño del tumor, y el segundo utiliza el puntaje de Gleason, una escala que mide el grado de agresividad del cáncer y que también dará la posibilidad de otorgar un mejor pronóstico. La combinación de ambas pruebas definen el tratamiento que llevará la persona.
“El Gleason va del 2 al 10 y se basa en el aspecto de las células. Es importante saber que el cáncer se origina desde células normales de los órganos, en este caso, las de la próstata. Entre más diferentes sean de las células prostáticas, el Gleason es más alto. Por lo tanto, el cáncer es más perjudicial. Sin embargo, si el tumor aún se encuentra en la glándula prostática aunque el Gleason sea alto, es un cáncer que tiene posibilidad de ser sanado”, señaló el Dr. Ordóñez.
En los estadíos uno y dos se ubican los tumores potencialmente curables. Aquí se suele realizar una cirugía radical o la radioterapia. El primer procedimiento extirpa completamente el tumor y todas las áreas de diseminación más probables. El segundo utiliza rayos X para eliminar las células dañinas.
Por su parte, en el estadío tres se ubica una curación poco probable y se lleva a cabo una cirugía o radioterapia. En el estadio cuatro están los tumores incurables, y para ello actualmente se efectúa una terapia hormonal que bloquea las hormonas sexuales masculinas encargadas de estimular el crecimiento del tumor con el objetivo de prolongar la vida del paciente.
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