El liderazgo de Costa Rica en esta iniciativa internacional, parte de la larga trayectoria que el país ha tenido en el manejo y enfrentamiento del problema de las mordeduras de serpientes. Labor que tiene sus raíces en el trabajo pionero de Clodomiro Picado Twight en el siglo pasado. Foto archivo ODI.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) aceptó la propuesta de Costa Rica, y anunció de forma oficial que los envenenamientos por mordeduras de serpiente fueron incluidos en la lista de las Enfermedades Tropicales Desatendidas en categoría A, es decir, entre los padecimientos de mayor impacto para la salud mundial.
Esta nueva resolución de la OMS, emitida el 09 de junio de 2017, permitirá el desarrollo e implementación una estrategia orientada a controlar y reducir la problemática de accidentes ofídicos a nivel global. Una condición de salud que afecta anualmente la vida de casi 2,5 millones de personas alrededor del mundo, de las cuales cerca de 120.000 fallecen, y 300.000 quedan con algún tipo de secuela física o psicológica.
La incorporación se logró a través de un esfuerzo conjunto que inició desde el 2016 entre el Ministerio de Salud, con la representación del Dr. Fernando Llorca Castro, la Misión Permanente de Costa Rica en Ginebra, encabezada por la embajadora Elayne G. Whyte, y el Instituto Clodomiro Picado de la Universidad de Costa Rica (ICP-UCR) mediante la gestión del Dr. José María Gutiérrez. Estas figuras fueron indispensables en la movilización política y científica del país, a fin de presentar ante la OMS una solicitud formal con un fuerte respaldo técnico y científico.
El problema de los envenenamientos por mordeduras de serpiente tiene un enorme impacto de sufrimiento social y favorece un círculo vicioso de pobreza, pues las personas afectadas dejan de trabajar temporal o permanentemente a causa de las secuelas. En la imagen aparece la víbora de Schlegell Bothriechis schlegelii, conocida en Costa Rica por el nombre de Bocaracá, Oropel o Toboba de pestaña, nombres que van a variar dependiendo de su edad. El ICP-UCR trabaja con esta y otras 15 especies venenosas. Foto de archivo ODI-UCR.
La propuesta también contó con el apoyo de dos organismos internacionales: la Iniciativa Global de Mordedura de Serpiente (GSI), y la Acción Internacional de Salud (HAI), así como el auspicio de 17 países de América, África y Asia. Los países involucrados fueron: Angola, Benin, Brasil, Camerún, Chad, Colombia, Ecuador, Honduras, Guatemala, México, Namibia, Holanda, Pakistan, Panamá, Filipinas, Perú y Uganda.
De acuerdo con el Dr. Albero Alape Girón, director del ICP-UCR, el hecho que la OMS acogiera el planteamiento realizado por Costa Rica sobre la problemática de envenenamiento por mordeduras de serpientes, es producto de la credibilidad científica que ha ganado el país a nivel mundial en este campo a lo largo de varias décadas.
La experiencia, el conocimiento técnico y las herramientas tecnológicas desarrollados por el ICP-UCR, de la mano con otras instituciones públicas como el Ministerio de Salud y la Caja Costarricense del Seguro Social (CCSS), han sido claves para aportar un tratamiento efectivo y de calidad, salvar casi 600 vidas de costarricenses víctimas de accidentes ofídicos cada año, y distribuir sueros antiofídicos a países pobres que de otra manera carecerían del acceso a este medicamento esencial.
Las enfermedades tropicales desatendidas son un conjunto de padecimientos que afectan principalmente a sectores empobrecidos en países de Asia, África, América Latina y algunos países de Oceanía. Estos accidentes ocurren sobretodo en personas adultas jóvenes, y en niños mientras realizan labores agrícolas. Foto archivo ODI-UCR.
“Los envenenamientos por mordeduras de serpiente tiene un enorme impacto de sufrimiento social, que afecta especialmente a las personas pobres. Por más de 40 años, el trabajo del ICP-UCR ha ido más allá de una visión mercantilista, y ha dado respuesta a un problema de salud pública mundial al proporcionar antivenenos a varios paises, transferir conocimiento, y convertir a Costa Rica como el único país en la región de Centroamérica y el Caribe en ser autosuficiente en la producción de sueros antiofídicos”, afirmó el Dr. Alape.
La decisión emitida por la OMS dará también la posibilidad que este organismo internacional, junto con otros países que luchan contra la problemática, entre ellos Costa Rica, abran nuevas oportunidades de trabajo e investigación internacional. De igual forma, permitirá que las naciones involucradas fortalezcan y desarrollen mejores programas de control dirigidos a la prevención y al adecuado manejo terapéutico de esta patología en sus respectivos países.
“La OMS da mucha importancia a las enfermedades desatendidas y llama la atención de posibles donadores, como fundaciones, gobiernos y otras entidades. La declaratoria da a los envenenamientos por mordeduras de serpientes un gran estatus global. Esto pone el tema en la agenda mundial, en el que el ICP-UCR aportó capacidad técnica y liderazgo a un problema de salud que genera un gran impacto en términos de sufrimiento individual y social”, afirmó el Dr. José María Gutiérrez.
El siguiente paso del ICP-UCR y el Ministerio de Salud será realizar nuevas acciones coordinadas para preparar una propuesta de resolución que será presentada ante el Consejo Ejecutivo de la OMS en enero de 2018. Este documento buscará que la OMS se comprometa a llevar a cabo programas especializados que favorezcan un manejo adecuado de los envenenamientos causados por mordeduras de serpiente.
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