El filósofo de la poesía

Para Mario Salas la poesía no está lejos de la filosofía, son dos puertos de llegada para comprender el mundo Laura Rodríguez Rodríguez

El poeta Mario Salas Muñoz usa varios sombreros.  Mientras la mayor parte del tiempo se dedica a la investigación y docencia en filosofía, por otro lado se ocupa de asuntos administrativos en la Escuela de Filosofía.  Pero una faceta poco reconocida es su pasión intimista por la literatura.  Un recorrido que inició desde la década de los años 80 del siglo anterior en un círculo de poetas que tenía como cuartel la Calle Caústica, hoy conocida como Calle de la Amargura; ahí se gestaron los primeros poemas y vivencias literarias, parte de ellas contenidas en su primer poemario titulado Un adiós para John Lennon.

El mismo lo presentó al escrutinio público en agosto del 2015 bajo el sello Arlekin, más de 30 años de sus reflexiones se sumaron a este proyecto editorial.  El profesor Salas asegura no ser “muy prolífico”, y que cada nuevo texto le toma mucho tiempo de reflexión, de crear, desechar, retomar y darle vuelta a lo escrito.  Aunque el libro Un adiós para John Lennon es su primera publicación literaria, desde ya fue reconocido en enero pasado con el Premio Nacional de Literatura Aquileo J. Echeverría, categoría Poesía. 

Según los integrantes del jurado, la obra poética del profesor Salas se caracteriza por la originalidad y su diversidad temática.  Además, lo señaló como un buen ejemplo de la poesía joven costarricense.

La madurez de la infancia

Un adiós para John Lennon remite al lector a la convulsa década de los años setenta del siglo veinte.  Las revueltas juveniles, nuevos movimientos sociales y las protestas contra las guerras llegaron también a Costa Rica.  En medio de ese ambiente llegó el joven Mario Salas Muñoz a la UCR para iniciar sus estudios superiores.  Esas impresiones quedaron plasmadas en el poema que dio nombre a este poemario. 

Con un estilo fresco y con regresos constantes al niño interior, Salas ofrece al lector un repaso por los momentos emotivos de su vida, con visos de inocencia infantil conjugada con la experiencia del adulto que resguarda sus memorias. Su poesía es una colección de instantáneas en las que aparecerá el infante que aun sobrevive refugiado entre los atesorados recuerdos.  “El tiempo es sólo un espejo / donde la eternidad se mira”, escribió entre las decenas de versos contenidos en el poemario.

Y mientras conjuga su trabajo en la docencia universitaria y la subdirección en la Escuela de Filosofía, el profesor Mario Salas Muñoz tiene entre manos nuevos poemas que pujan por nacer, los cuales solo el tiempo dirá si verán la luz en una nueva publicación, afirmo el poeta quien escribió que “habrá un último beso…/ mi último verso / yacerá sobre el papel”.

Salas se unirá a otros universitarios que recibirán premios nacionales, que se entregarán en una ceremonia solemne el próximo 27 de mayo, a las 7 p.m. en el Teatro Nacional.  Otros galardonados este año son los doctores Manuel Matarrita Venegas y David Díaz Arias, el magister Alí Víquez Jiménez, y Melvin Jiménez, entre otros.