La Comisión institucional de atención del dengue, chikungunya y zika hace un llamado a la comunidad universitaria para que se comprometa con la eliminación de los posibles criaderos de los mosquitos Aedes en las instalaciones de todas las sedes de la Universidad de Costa Rica (UCR), del país, así como para que no abuse de los insecticidas, por el riesgo de generación de resistencia que ya está ocurriendo en algunas localidades de Costa Rica.
El Dr. Luis Bernardo Villalobos, decano de la Facultad de Medicina y coordinador de esa comisión, se manifestó preocupado por la gran cantidad de solicitudes que han recibido para que la Oficina de Servicios Generales realice fumigación en las diferentes unidades académicas y administrativas, y planteó la necesidad de que toda la comunidad universitaria se involucre en la identificación y control de criaderos de Aedes, porque “es una tarea de todos, en la que debemos comprometernos y participar por nuestra propia salud”.
Agregó que este es un problema que no se soluciona con la fumigación y le preocupa que las personas están aplicando productos insecticidas comerciales, que tienen piretroides sintéticos y no se están abocando a la prevención y al control de criaderos del vector.
Los resultados obtenidos en diferentes investigaciones científicas realizadas por el Dr. Ólger Calderón Arguedas, docente e investigador del Centro de Investigación en Enfermedades Tropicales (CIET) y de la Facultad de Microbiología e integrante de esa comisión institucional, revelan resistencia incipiente a algunos de los productos que se usan para el control del Aedes aegypti, razón por la cual es necesario enfocarse en la parte preventiva, como es la detección y eliminación de criaderos del vector.
En una reunión de la comisión, efectuada esta semana, el Dr. Calderón expuso los resultados de los estudios que ha realizado en la región Huetar Caribe, (Guápiles, Guácimo, Siquirres y Limón centro) y en el Pacífico Central (Garabito y Barranca). Próximamente continuará con Orotina y Quepos.
Calderón explicó que desde hace años le preocupa el abuso de insecticidas en el país y que por esa razón se ha dedicado a estudiar la resistencia que presentan las cepas de los mosquitos a temefós (abate), deltrametrina, y cipermetrina.
Según lo dijo el investigador para determinar esa resistencia efectúan bioensayos en los cuales ponen a prueba las cepas locales de Aedes aegypti con concentraciones crecientes de insecticida y así se detecta la concentración letal 50% (CL50). Luego comparan los datos obtenidos con los que registra una cepa sensible a insecticidas denominada Cepa Rockefeller.
Luego de esa comparación de datos entre cepas se establece si tienen resistencia o no a los productos químicos empleados. Cuando existen diferencias menores a cinco para la CL50 entre las cepas silvestres y la cepa Rockefeller, se considera como sensible la cepa silvestre; cuando la diferencia está entre 5 y 10 se le considera con resistencia incipiente y cuando la diferencia es de más de 10, la cepa se declara resistente al producto.
Los resultados de los estudios evidenciaron resistencia incipiente para cipermetrina en las cepas de Guápiles, Guácimo, y Limón, mientras que en Siquirres hubo resistencia manifiesta a la deltrametrina. Asimismo encontró resistencia a deltrametrina y cipermetrina en la cepa de Jacó y Barranca de Puntarenas.
El investigador considera necesario seguir haciendo valoraciones periódicas del patrón de resistencia de los mosquitos y que “definitivamente el Ministerio de Salud tiene que ser muy cuidadoso con el uso de esos productos en las estrategias de control”.
Considera que “la cipermetrina todavía es una alternativa viable, pero hay que ser cuidadoso con el uso de sus concentraciones, de lo contrario, lo que va a marcar la pauta es la resistencia a estos productos”, afirmó.
En la reunión de la comisión institucional participó el Dr. Roberto Castro Córdoba, de la Unidad de Análisis de la Dirección de Vigilancia del Ministerio de Salud quien aseguró que “no existen casos autóctonos de zika en el país y que a todos los pacientes sospechosos de esa enfermedad se les ha practicado, en el Inciensa, una prueba denominada RT-PCR para su diagnóstico y han sido descartados como positivos.
“A todos nos ha movido el hecho de que la directora general de la OMS haya anunciado que en el país hay problemas con el zika”, manifestó. Desde el punto de vista epidemiológico no ha sido demostrado”,agregó y “esto es muy peligroso, porque se juega con la paz y la tranquilidad de la población”.
Compartió los datos estadísticos de casos de dengue y chikungunya que se han reportado en el país. Según lo dijo en el 2013 hubo 49 993 casos de dengue, mayoritariamente en la región Chorotega, Guanacaste, en mayor cantidad en Abangares, Santa Cruz, Montes de Oro y Nicoya.
Para el 2014 los casos fueron 11 140 y en el 2015 se elevaron a 16 981, un 52% más de casos con respecto al año anterior. Explicó que el año pasado el problema comenzó para dengue en la semana 30, con las lluvias y el problema de suministro de agua de algunos sitios que incidió porque la población comenzó a almacenar el agua en cualquier recipiente y sin tapa.
En cuanto a chikungunya explicó que en el 2015 comenzó en Chomes, a partir de la semana 20, llegó a 500 casos en la semana 47 y terminó el año con 4 585 casos.
En circular emitida por la Rectoría de la UCR, a solicitud de la Comisión Institucional, se le indica a la comunidad universitaria que debe acatar las instrucciones al respecto y recomienda que al menos una vez por semana, diferentes colaboradores de las dependencias universitarias revisen los alrededores para confirmar que están libres de criaderos y que eliminen los que encuentren, así como agua estancada en jardines y bosques o en recipientes que no están adecuadamente almacenados.
Otra de las directrices es que los basureros se mantengan tapados y secos, los floreros limpios y secos, que se revisen canoas, las limpien y las drenen y que las pilas sean lavadas con cepillo y queden secas después de su uso.
La idea es sensibilizar a los colaboradores universitarios para que se implementen esas medidas en las oficinas, hogares y lugares de esparcimiento.
A las mujeres embarazadas se les recomienda que utilicen repelentes y ropa que proteja la mayor parte de la piel y que ante cualquier cuadro de sarpullido y fiebre, acudan al centro de salud donde reciben su control prenatal.
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