Con esta frase del escritor y poeta Mario Benedetti, “rotos pero enteros”, la psicóloga Lorena Saénz, coordinadora de la Brigada de Atención Psicosocial de la Universidad de Costa Rica define la situación actual de la comunidad de Upala.
En medio del desastre, la comunidad de Upala teje redes de solidaridad y esperanza con el apoyo institucional.
La Universidad de Costa Rica ha participado desde diferentes ámbitos. Este jueves 15 de diciembre programó una actividad denominada “Upala construye esperanza”.Con la participación de 70 funcionarios que llevaron alegría y esperanza a las comunidades de Bijagua y Upala, con actividades culturales como danza, talleres de títeres, mimos y un pasacalles. Esta actividad se complementó con puestos de información sobre temas varios como el uso de medicamentos, prevención de desastres y la importancia del ejercicio.
Hazel González Araya, directora de Extensión Cultural de la Vicerrectoria de Acción Social explicó que la UCR estará presente a través de diferentes proyectos durante el tiempo que sea necesario.
En la primera etapa de la emergencia, la Brigada de Atención Psicosocial inició su labor generando visitas casa por casa, institución por institución, donde el mensaje clave era “usted no está sola o solo”. Para ello, se acompañó de personal de las instituciones interventoras.
En esta primera etapa, la Brigada elaboró un informe de evaluación de daños y análisis de necesidades (EDAN) sobre el impacto psicosocial, en el que se integra los eventos que están siendo factores de riesgo pero tambien factores protectores.
Lorena Sáenz informó que uno de los primeros hallazgos encontrados fue que mucho del personal que atiende las emergencias a nivel local, también fue impactado por la emergencia.
Un ejemplo de ello, fueron los educadores y educadoras. Muchos perdieron sus casas y ello dificultó la reincorporación de la actividad educativa pero en algunos casos, las muestras de valentía, hicieron que en medio de su necesidad, muchos se presentaban al centro educativo para apoyar a otros docentes, a sus estudiantes y al núcleo familiar.
En medio de la labor social, se evidenció la presencia de muchas madres adolecencentes, en algunos casos en período de lactancia o bien a punto de dar a luz. Por ello, se establecieron vínculos con el INAMU para su atención y protección, puntualizó la psicóloga.
Uno de los factores que valora la especialista fue la creación de este tipo de enlaces que se han consolidado en otras emergencia, como la del terremoto de Cinchona. “Este caso es uno de ellos, porque el INAMU conformó un albergue especializado en el terremoto para este grupo" afirmó.
Además fue patente la necesidad de asegurar la continuidad de la atención psicosocial y del resto de los equipos de primera respuesta durante el fin de año. Por ello, se trabaja en la conformación de equipos de trabajo y generar una transición con profesionales que garantice la atención permanente. Actualmente, se trabaja en la constitución de estos equipos.
En una segunta etapa, debe continuar el trabajo de intervención psicosocial. Se han identificado casos individuales. Por ejemplo, personas que perdieron un ser querido y en otros casos, unido a la pérdida está la forma trágica en que se produjo la situación.
Junto con los colegios de Psicólogos y de Trabajadores Sociales se está elaborando una normativa para que el profesional que atendió en primera instancia ese caso sea el que continúe hasta el final.
El objetivo, explica la psicóloga Lorena Sáenz, es evitar que esa persona sea revictimizada y tenga que contar su dolor una y otra vez a diferentes profesionales.
“Hemos tenido mucho cuidado para que cada caso que se atienda cuente con un expediente para evitar lo sucedido en otras emergencias, donde el afectado tenía que contar muchas veces su caso a diferentes profesionales de lo que vivió". Esa es una recomendación del Comité Asesor Técnico de Atención Psicosocial de la Comisión Nacional de Prevenión del Riesgos y Atención de Emergencias (CNE).
Otro de los factores de riesgo y necesidad de protección, son las vacaciones del ciclo educativo. “Sabemos que los niños y niñas tienen una red de apoyo con los comedores escolares, pero requieren otro tipo de apoyo para que sus padres puedan estar más tranquilos asumiendo los procesos de reconstrucción”, manifestó Sáenz.
Por ello, la Vicerrectoría de Acción Social de la UCR va a trabajar con estudiantes un programa de campamentos de verano para apoyar este grupo.
De esta forma, la Universidad se involucra en diferentes actividades según las necesidades y requerimientos establecidos por las autoridades de gobierno, como fue la inspección de posibles zonas de riesgo por deslizamiento, apoyo en los procesos de reactivación productiva, limpieza de casas y asesoría a los tomadores de decisión mediante su participación en el Centro de Operaciones de Emergencia y los Comités Asesores Técnicos de la CNE.
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