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¿Quién iba a decir que uno podía hacer clínica haciendo radio?

Psicóloga Ceciclia Baroni estuvo de visita en la UCR
7 oct 2016Sociedad
Cecilia Baroni
La psicóloga uruguaya Ceciclia Baroni habló sobre la radioemisora comunal Vilardevoz, un proyecto que tiene 19 años de existencia y que ha tenido resultados muy positivos en el abordaje de la salud mental (foto Karla Richmond Borbón).

La psicóloga social Ceciclia Baroni de la Facultad de Psicología de la Universidad de la República de Uruguay (UDELAR) estuvo de visita en la Universidad de Costa Rica y durante su estancia ofreció un taller y compartió con estudiantes y docentes su experiencia en el proyecto de la radio comunal Vilardevoz.

Esta radioemisora tiene como objetivos contribuir al proceso de rehabilitación del paciente psiquiátrico desde una perspectiva de salud comunitaria, tender a la comprensión sobre la concepción social de la enfermedad mental a nivel comunitario promoviendo la discusión y el debate social acerca de la locura, sus dimensiones y límites y promover la producción de conocimiento y la formación profesional tanto de pregrado como de postgrado en el área de la salud mental comunitaria.

Baroni vino invitada por la Escuela de Psicología de la UCR y por la relación que existe con el Trabajo Comunal Universitario Podemos Volar, que es un proyecto radiofónico que tiene como objetivo dar voz a los pacientes del Hospital Nacional Psiquiátrico y promover la salud mental.

En esta entrevista Baroni habla de Vilardevoz, de su experiencia y del apoyo que han brindado a Podemos Volar.

¿Cuál es el objetivo de su visita?

Yo vengo invitada por la UCR, soy docente de la Facultad de Psicología de la UDELAR, estoy en la dirección académica de la maestría en psicología social y también coordino un proyecto similar al que hacen acá con Podemos Volar, se llama radio Vilardevoz de Montevideo, es una radio comunitaria que ya tiene 19 años y que funciona en el hospital de Salud Mental de Montevideo. Y que en esto de ir fortaleciendo y aprendiendo de experiencias pudimos armar una propuesta de lo que denominamos clínica del acontecimiento que tiene que ver con buscar nuevas formas de abordaje y de inclusión social con las personas con padecimientos psíquicos.

Una de las cosas que detectamos es que Podemos Volar quería fortalecer su parte de acompañamiento y seguimiento a las personas que participan en este tipo de proyectos y como Vilardevoz ya lo tiene más desarrollado, armamos un curso de una semana que se llamó clínica del acontecimiento.

¿Como surge el proyecto de la radio?

Uno de los objetivos que nosotros veíamos desde la psicología social, es que hay un imaginario y un estigma que se produce a nivel social, que si no lo trabajamos, por más cambios que podamos hacer, si la gente sigue pensando que la persona que tiene algún tipo de padecimiento está loca, está trastornada, es peligrosa, es delirante, no tiene nada que aportar, por mas cosas que hagamos a nivel social, eso no cambia y sigue siendo muy difícil la inclusión.

Los medios de comunicación, en este caso, porque pueden ser muchas acciones a la vez, lo que intentan es que esa voz también sea parte de circuito comunicacional, que no quede excluida. A partir de la circulación de esas voces es que pretendemos que la gente cuando nos escuche se haga su propia opinión y no la opinión que se hace por películas u otras disciplinas. Para nosotros es muy importante que esa voz y estas maneras de hacer, sentir, pensar y vivir sean dichas en primera persona. Desde la psicología social eso es muy importante en términos de identidad, producción subjetiva, y del empoderamiento de determinados sectores que han sido excluidos históricamente.

¿Cuál ha sido la relación con Podemos Volar?

Con Podemos Volar hemos estado casi desde sus inicios, cuando Andrés Dinartes y Adrián Solís empiezan a pensar en esto y empiezan a averiguar con quien se pueden apoyar.

Pensar con otros esos procesos ayuda a decir vale la pena, cómo lo hicieron, lo puedo hacer acá. El pedido del primer movimiento creo que fue ese, conectarse con otras experiencias para aprender de ellas. Acá fueron muy generosos en dejarnos participar en su proceso y Vilardevoz fue muy respetuoso de comprender que cada proceso es único pero está bien apuntalarse en alguien que ya los transitó. Desde el principio fue un acompañar a pensar ese proceso, buscar las formas de irnos conectando cada vez más.

¿Cuáles han sido los logros y resultados del proyecto?

Nosotros trabajamos cuatro veces a la semana, entonces se ha convertido en un centro de pertenencia y de referencia, antes de ir a la emergencia o a internarse van a otro lugar donde pueden preguntar y hacer otras cosas antes, entonces uno de los resultados ha sido bajar los niveles de internación, bajar los índices de crisis, lo cual para este tipo de personas es muy importante porque a veces con una crisis o una internación los procesos retroceden significativamente. Por otro lado, las personas que hacen este tipo de procesos, el desarrollo de sus habilidades comunicacionales, la incorporación de todo lo que tiene que ver con lo cultural, con la información, que por lo general el aislamiento hace que uno se vaya empobreciendo en su pensamiento, bueno esos niveles de riqueza nosotros los vamos viendo y acompañando.

Si uno hoy entra a Vilardevoz, seguramente el primer impacto que va a tener es el de poder preguntarse desde su imaginario ¿Este es un “loco? Porque uno entra a ver profesionales de la comunicación, gente que ya tiene un entrenamiento de poder estar, de poder averiguar, de poder informarse. En Montevideo en este momento gente que estaba en ese lugar del enfermo mental está debatiendo con parlamentarios acerca de una nueva ley sobre salud mental en Uruguay.

Esos niveles de empoderamiento para nosotros son muy importantes porque tienen que ver con que la persona empieza a proyectar y diseñar un proyecto de vida que lo saca de ese lugar del pobrecito.

¿Cómo es el proceso para participar en Vilardevoz?

En Vilardevoz tenemos varios dispositivos, uno muy importante es el que llamamos taller central o de asamblea, donde los participantes lo que tienen que hacer es problematizar su condición, las condiciones de internación, de atención, familiares, en una suerte grupalidad y colectivo. Parte de un proceso importante es ese proceso grupal y social donde con otros vamos construyendo y deconstruyendo lo que creemos que somos y las verdades que nos construyen. Ese proceso es lento ya que son abiertos y sociales e implican mucho sostén. Vilar de voz no solo ha visto resultados, sino que sabe que tiene que ir acompañando el tiempo de las personas en hacer esos procesos, para nosotros es sumamente rico ver como se han ido empoderando, pero también cambiando la situación de las personas de las instituciones y de las personas que atienden.

 

Andrea Marín Castro
Andrea Marín Castro
Periodista Oficina de Divulgación e Información
andrea.maciaerincastro  @ucrafjk.ac.cr