Un cenízaro, un cristóbal y un bálsamo son los primeros árboles que se trasplantaron con éxito en la Ciudad de la Investigación de la Universidad de Costa Rica gracias a los esfuerzos de la Comisión de Foresta Universitaria (CFU) y la Unidad de Gestión Ambiental (UGA).
Ambas instancias trabajan para conservar los árboles de importancia ecológica y cultural que existen en la Ciudad de la Investigación (Finca 2) trasladando aquellos que están ubicados en las áreas donde se construirán nuevas edificaciones. Además, se encargan de ejecutar los planes de repoblamiento forestal del campus y de compensación ambiental con especies nativas del bosque premontano húmedo. En el 2016 se han sembrado un total de 155 árboles en las tres fincas de la Sede Rodrigo Facio.
Los tres ejemplares que se trasladaron el pasado martes 4 de octubre estaban ubicados frente al Auditorio de la Ciudad de Investigación, donde ya iniciaron las labores de construcción del nuevo edificio de parqueos. El bálsamo se reubicó cerca del Laboratorio Nacional de Materiales y Modelos Estructurales (Lanamme), mientras que el cenízaro y cristóbal, cuya altura ronda entre los 8 y 10 metros, fueron reubicados a menos de 50 metros.
Esta es la primera vez que la UCR realiza el trasplante de árboles de gran envergadura de especies nativas, un reto que ha implicado una ardua labor de preparación y coordinación, según detalló el Ing. Héctor Espinoza Villalobos, regente forestal de la Unidad de Gestión Ambiental, quien estuvo a cargo de la operación.
Espinoza explicó que fue necesario cortar las ramas para evitar que los árboles pierdan agua a través de las hojas y para que se activen los aceleradores de crecimiento. También se les aplicó una solución en ramas y raíces para protegerlos contra hongos. Se calcula que el traslado de cada árbol tiene un costo de ¢1.800.000, pues requiere maquinaria pesada y un equipo de unas 12 personas entre ingenieros y operarios para poder moverlos.
“Decidimos tomar el riesgo de trasplantarlos por la calidad de árboles, que son patrimonio cultural y natural dentro de los ecosistemas de Costa Rica” señaló Espinoza. Además, detalló que para garantizar la sobrevivencia de cada árbol se requerirá un monitoreo y mantenimiento constante por parte de la Comisión de Foresta por los próximos dos años hasta tener la certeza de que se adaptaron al cambio.
El transplante de estos árboles ha sido calificado por el paisajista Carlos Jankilevich como un importante éxito en la historia de las construcciones de planta física de la Universidad, ya que por fin se ha logrado evitar la destrucción de árboles por el inicio de obras. Jankilevich, es miembro del Observatorio del Paisaje UCR y del Programa Integral de Investigación sobre Paisaje (PIIP) de la Escuela de Arquitectura, instancia que colaboró con el protocolo para el traslado de los árboles.
La Comisión Foresta Universitaria y la Unidad de Gestión Ambiental ya han identificado otros árboles de importancia en Finca 2 que deberán ser trasplantados, para lo cual están tomando todas las medidas del caso. Entre ellos una ceiba, un roble sabana y dos cortés amarillo, que están en el área de construcción de los edificios de Ingeniería, además de dos caobas y un bálsamo que están ubicados a un costado del Centro de Investigación en Estructuras Microscópicas (CIEMIC) donde se construirá el edificio del Centro de diagnóstico del cáncer, simulación y cirugía mínimamente invasiva.
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