Luego de dos meses desde la última erupción, el volcán Turrialba se encuentra actualmente en un período de calma en su actividad sísmica y eruptiva. La emisión de gases y fumarolas aún se presenta constante, pero la vegetación ha comenzado a recuperarse cerca del cráter.
Según la visita realizada el 24 de setiembre por el Dr. Guillermo Alvarado Induni, vulcanólogo de la Red Sismológica Nacional (RSN: UCR-ICE) hay algunos pequeños derrumbes en la pared suroeste del cráter activo, así como fumarolas que salen desde las paredes derrumbadas.
También hay dos lagos nuevos: un lago cratérico de color verde grisáceo en el cráter central y otro color gris turquesa en la playa o terraza volcánica interna. Estos lagos son producto de las lluvias intensas de los últimos días. Además, debido al período prolongado sin erupciones de ceniza, la vegetación de las áreas aledañas al volcán lentamente se han ido recuperando.
En comparación con la actividad sísmica de octubre del 2014 a junio del 2015, la sismicidad actual del volcán es más baja. Hubo un pico de sismicidad a mediados de agosto, que coincidió con la última emanación de ceniza que tuvo el Turrialba el pasado 15 de agosto. Aun así, dicha actividad fue mucho menor que otras erupciones que ha presentado el volcán.
“Estamos en un período muy tranquilo, de un nivel de actividad sísmica relativamente baja. Lo que se ve es mucha emanación de gases, de vapor de agua y una actividad sísmica de muy poca energía”, comentó el Dr. Mauricio Mora, especialista en sismología volcánica de la RSN.
Mora dijo que no han visto “cambios abruptos importantes que nos puedan decir que estamos ante un nuevo ciclo” de dicho volcán
Las señales sísmicas que se han registrado recientemente tienen que ver con la dinámica normal de los fluidos, como agua y gas dentro del sistema hidrotermal del volcán. También se registran señales llamadas “tornillos”, que son señales de mayor amplitud y que posiblemente se relacionan con la actividad de mayor profundidad en el volcán. Estas señales habían dejado de aparecer en los registros sísmicos de la RSN, pero en agosto se volvieron a presentar, lo que coincide con la última emanación de gas del Turrialba.
En una visita realizada por el Dr. Mora junto con funcionarios del Lanamme-UCR el pasado 22 de setiembre, se encontró que los cauces de los ríos cercanos al volcán están muy erosionados.
Esta visita forma parte de un proyecto del geólogo Dr. Pablo Ruiz Cubillo para conocer el potencial de flujos que podría generar impactos en regiones localizadas en las faldas del volcán. Además, hay muchas zonas boscosas quemadas en la comunidad La Picada, que podrían dirigirse a los cauces y generar un flujo.
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