Con el objetivo de reflexionar sobre los logros y perspectivas de la Universidad de Costa Rica (UCR) desde su creación, esta institución organizó el foro “UCR: pieza angular de la sociedad costarricense”, realizado este 25 de agosto en el Salón de Expresidentes de la República de la Asamblea Legislativa, en colaboración con la presidencia del Congreso.
La actividad contó con la participación como expositores de cinco académicos de diversas disciplinas de esta casa de estudios, del presidente de la Asamblea Legislativa, Lic. Rafael Ortiz Fábrega, diputados, autoridades universitarias, profesores e invitados especiales.
Las exposiciones estuvieron a cargo del Dr. José María Gutiérrez Gutiérrez, investigador y catedrático de la Facultad de Microbiología y del Instituto Clodomiro Picado (ICP); de la Dra. Marta Eugenia Bustamante Gutiérrez, directora de la Escuela de Tecnología de Alimentos; del Dr. Julio Mata Segreda, catedrático e investigador de la Escuela de Química. Asimismo, de la Dra. Patricia Vega Jiménez, catedrática de la Escuela de Ciencias de la Comunicación Colectiva y del director de la Escuela de Ingeniería Eléctrica, Dr. Randolph Steinvorth Fernández.
En su intervención, el presidente del Congreso trajo a la memoria el origen de la UCR, en los primeros años de la década de 1940, durante la administración de Rafael Calderón Guardia y el impulso de su ministro de Educación, Luis Demetrio Tinoco Castro. Dijo que este período marcó “nuestros derroteros, al sembrar raíces esenciales del ser costarricense” y puso fin a una etapa de “oscurantismo universitario”, ya que Costa Rica era el único país de Centroamérica que carecía de una institución de enseñanza superior.
Ortiz se unió a la conmemoración de este hecho histórico: “Hoy es un día para alegrarnos todos en este país. Celebramos con regocijo sus aportes (de la UCR) al sistema democrático costarricense”, expresó.
Y añadió, “por todas las mujeres y todos los hombres formados en su historia en múltiples disciplinas y especialidades, por todos sus aportes al desarrollo en diferentes campos, por todos sus logros en investigación e innovación, y por los aportes en los programas de extensión, todos concebidos en el marco de una profunda convicción humanista”.
No obstante, dijo, al igual que cuando nació, la Universidad tiene hoy algunos detractores que “no quisieran que la Universidad brinde estos servicios a la patria, al igual que aquellos que clausuraron la Universidad de San Tomás y otros que se opusieron a su creación considerando limitaciones presupuestarias en aquellos años”.
Por último, el diputado socialcristiano hizo un llamado para que, en el marco de su autonomía, la UCR dé el ejemplo en la actual coyuntura fiscal que vive el país e incorpore “nuevas técnicas administrativas para reducir todo costo superfluo” y mejore “la rendición de cuentas sobre el uso de los recursos a la sociedad costarricense”.
Para el Dr. José María Gutiérrez, la UCR es una institución madura, que ocupa una posición de liderazgo a nivel internacional, gracias a la combinación de tres ejes sustantivos: la formación de profesionales basada en la excelencia académica, la formación humanista y el compromiso social, la investigación científica y tecnológica para la generación de conocimiento y la proyección a la sociedad por parte de docentes y estudiantes.
“Y es esa triple combinación de formación de profesionales, de generación de conocimiento científico y tecnológico y de proyección de ese conocimiento hacia la solución de los problemas nacionales lo que le da integralidad y solidez al aporte de nuestra institución y la convierte como un pilar esencial del desarrollo nacional”, opinó Gutiérrez.
El investigador pidió el apoyo de todo el país para continuar desarrollando y ampliando las líneas de acción de esta casa de estudios, con el fin de dar más oportunidades a estudiantes de escasos recursos, crear nuevas carreras e incursionar en áreas de investigación más ambiciosas.
Finalmente, el ex director del Instituto Clodomiro Picado (ICP) se refirió a la labor de este centro de investigación en la producción y distribución de antivenenos de serpientes, lo que salva la vida a 600 personas al año en Costa Rica y a 4000 en Centroamérica. Además, este programa se ha extendido a varios países africanos que también tienen un problema de salud pública debido a la mordedura de serpientes.
Este es un caso de proyección social –indicó Gutiérrez– que ilustra muy bien el aporte de la UCR a un problema específico.
La Dra. Marta Bustamante expuso sobre los aportes de la UCR a la industria alimentaria y puntualizó que esta institución “ha dado un fuerte impulso al sector agroalimentario del país” por medio de la investigación y la transferencia de tecnología a empresas y organizaciones sociales.
Bustamante recordó que las carreras de Ciencias Agroalimentarias son las más antiguas de la institución, y en ellas se forman profesionales “capaces, críticos, solidarios y en contacto con la realidad del país”.
En cuanto a la investigación, dijo que de los proyectos de investigación vigentes en la UCR, el 13 % corresponde al área de ciencias agroalimentarias, lo que muestra la importancia que esta institución le ha dado a las ciencias agroalimentarias.
La académica mencionó varios proyectos de investigación exitosos en los que ha habido una vinculación con diferentes sectores productivos, entre los que figuran uno sobre transferencia tecnológica en sistemas de información geográfica a 17 cooperativas con el fin de mejorar prácticas agrícolas; otro sobre generación de semillas de la nueva variedad de papa ELBE con características importantes para la industrialización y un mapa digital de suelos para representar las clases de suelos del territorio nacional, de utilidad a los sectores productivos para la toma de decisiones de cuándo y dónde sembrar.
También mencionó la invención del híbrido de la papaya Pococí, conocida como Perfecta, que se cultiva en el país y se exporta a otras latitudes; la producción de semilla de frijol para el mejoramiento de variedades y el desarrollo del hídrido de chile dulce Dulcitico.
También dicha área ha trabajado en la producción de bebidas de frutas con alto valor agregado, entre estos de mora y de piña, mediante nuevas técnicas que permiten conservar el sabor natural de los productos. Ya algunos de estos han sido transferidos a varias empresas y saldrán al mercado próximamente.
“Todas las actividades de Ciencias Agroalimentarias son abiertas, se han desarrollado en conjunto con entidades públicas y privadas y sus beneficios se transfieren al sector productivo nacional”, recalcó Bustamante.
En cuanto al tema de energía y ambiente, el Dr. Julio Mata expuso algunas acciones que tienen una incidencia social y económica a corto plazo, aunque justificó la importancia también de realizar estudios de ciencia básica que tienen resultados a largo plazo.
Mata resaltó el apoyo técnico del Centro de Investigación en Electroquímica y Energía Química (Celeq) a la Autoridad Reguladora de los Servicios Públicos (Aresep) para el control de la calidad de los combustibles fósiles en 350 estaciones de servicio en todo el país, en planteles de la Refinadora Costarricense de Petróleo (Recope) y en aeropuertos.
También el Celeq monitorea la adición de la sustancia química metilmercaptano al gas licuado de petróleo, ya que esta por su olor desagradable sirve para detectar fugas de este producto, ampliamente utilizado en viviendas y en establecimientos comerciales para la cocción de alimentos.
La UCR efectúa esfuerzos para la búsqueda de fuentes alternativas de energía y el mejor aprovechamiento energético de residuos agroindustriales que se utilizan con el propósito de producir energía.
En materia ambiental, el Programa de Desarrollo Urbano Sostenible (Produs) se especializa en estudios sobre infraestructura urbana de cara a los efectos del cambio climático, en particular de ordenamiento territorial, con una alta incidencia en las municipalidades del país para “generar calidad de vida en la población”.
Además, la Comisión Institucional de Carbono Neutralidad analiza los mecanismos de captación de CO2 en las reservas forestales de la institución para buscar “la manera de avanzar hacia un balance cero de las emisiones de carbono”, explicó el químico.
Al dar a conocer algunos de los principales logros y aportes al país en el campo de la comunicación, la Dra. Patricia Vega manifestó que la Escuela de Ciencias de la Comunicación Colectiva (ECCC) incursionó en los últimos años en el desarrollo de aplicaciones interactivas por medio del laboratorio Beta Lab, con el afán de convertirlo en “el centro líder de los estudios de interactividad en el país”.
Según la comunicadora e historiadora, este tema es de gran importancia para el país ante el advenimiento de la televisión digital terrestre, lo que a su juicio “cambiará el paradigma actual”.
Asimismo, expresó que la Escuela, con 50 años de existencia, junto con el Posgrado en Comunicación, con 20 años y el Centro de Investigación en Comunicación (Cicom), con tres años de creado, han caminado juntos a la vanguardia de los cambios tecnológicos y conceptuales que se han producido en el campo de la comunicación social. Un ejemplo de esto es el impulso que se le ha dado a la producción audiovisual en el país.
“La preocupación de la UCR es fomentar la formación académica integral y enfatizar en la responsabilidad de quienes ejercen o ejercerán la profesión”, afirmó la directora del Cicom.
La reforma a la Ley de las Telecomunicaciones –agregó Vega– es de interés del Cicom, que desarrolla un proyecto en materia del derecho a la información, con el fin de promover un debate en procura de la reforma de la Ley de Radio y Televisión.
Por último, en el área de la Ingeniería Eléctrica, el Dr. Randolph Steinvorth se refirió al salto que ha dado esta unidad académica al evolucionar hacia campos de alta tecnología como el diseño de microprocesadores, telecomunicaciones y en áreas aplicadas de la robótica a campos tan disímiles como el deporte y la lucha contra el cáncer.
“Ingeniería Eléctrica contribuye en tanto podamos acercarnos a las fronteras de otras disciplinas y podamos participar de la interdisciplinareidad que tiene nuestra universidad”, expresó Steinvorth.
Dijo que la ingeniería eléctrica no es ajena al desarrollo tecnológico y de Internet, lo que impone un reto a la preparación de estos profesionales.
Es así como de la UCR surgió el primer grupo de diseño de microprocesadores de Costa Rica y de redes para compañías transnacionales establecidas en el país como Intel y Hewlett Packard. “Aquí se da un micro Silicon Valley”, indicó, donde se comienzan a multiplicar las empresas dedicadas al diseño de circuitos integrados.
Sin embargo, llamó la atención sobre la deficiente preparación en matemática de los estudiantes que ingresan a la UCR, lo que dificulta su desarrollo.
La Escuela de Ingeniería Eléctrica también tiene un convenio con la Aresep para el monitoreo de la calidad del suministro de la energía eléctrica en el país.