El debate para la legalización de la marihuana con fines medicinales implica que se analicen con evidencia científica los resultados positivos y negativos, porque en esto nadie tiene la verdad absoluta y es importante que se centren en los derivados de esa planta, no en su fumado, que se separe el uso recreacional del medicinal y que no se acepten los falsos mensajes que aseguran que el consumo de cigarrillos de marihuana no tiene repercusiones para la salud.
Este fue el planteamiento que hizo el Dr. Jorge Rubén Alonso, Magíster en Fitoterapia, codirector del proyecto de plantas medicinales para la atención primaria de la salud en Buenos Aires, Misiones, y Santa Fe, Argentina, quien estuvo de visita en la Universidad de Costa Rica como invitado especial de la Semana de la Farmacia 2015, que organizó la Facultad de Farmacia.
Con el título El uso medicinal de la marihuana y sus bases científicas. Un justo reclamo académico o simple marketing de los usuarios, impartió la conferencia inaugural del II Ciclo Lectivo y de la Semana de la Farmacia 2015. En alocución sugirió que se creen varios comités para analizar el tema desde el punto de vista médico y de evidencia científica de su uso.
“No se puede negar que es una planta ancestral, con múltiples usos (ver recuadro), pero requiere un control muy cuidadoso, porque al fumarla genera una serie de consecuencias en la salud”, expresó.
Agregó que sobre los productos estandarizados o validados, que son derivados de la marihuana, nadie pone objeción, pero no se puede autorizar el uso con fines medicinales, si los resultados beneficiosos no superan los productos farmacéuticos existentes, sentenció.
Según detalló el conferencista, en la marihuana existen más de 60 cannabinoides pero el más psicoactivo o productor de alteraciones mentales es el Tetrahidrocannabinol o delta 9 THC, el cual se encuentra en mayor cantidad, aunque tiene otros componentes con propiedades medicinales no psicoactivos, como es el caso del Cannabidiol.
Cada cigarrillo tiene 330 mg de cogollos (hojas tiernas y flores), con un 3% o 4% de THC, del cual se absorbe un 50%, pero hay otras variedades con una concentración de hasta un 24.79% de esa sustancia psicoactiva, que las hacen muy peligrosa, por su toxicidad.
Indicó que en el humo de marihuana han encontrado varios cannabinoides, 50 tipos de hidrocarburos, alquitrán, 103 terpenos irritantes de las vías respiratorias, 20 compuestos nitrogenados, monóxido de carbono, amoniaco, acetona, benzeno y benzopireno (este último con una concentración del 50% mayor que en el tabaco). Muchas de esas sustancias las contienen los cigarrillos de tabaco y se les ha atribuido la capacidad de generar cáncer de pulmón.
El THC tiene un efecto inhibidor sobre el área cognitiva, porque actúa directamente en el cerebro, en el núcleo accumbens del cerebelo, en la grasa de las neuronas y modifica la liberación de distintos neurotransmisores. En general produce pérdida de la memoria, de la capacidad de retención de información, del aprendizaje y del control de reflejos. También genera dependencia psíquica moderada, infecciones broncopulmonares habituales, mayor tendencia a cirrosis hepática, brotes psicóticos en consumidores de alcohol y de cocaína.
Según el Dr. Alonso está probado que algunas de las consecuencias del consumo de marihuana en el largo plazo son: la taquicardia y problemas del corazón, enfisema y cáncer de pulmón, de boca, y mandíbula, deficiencias en el sistema inmunológico, cierto grados de infertilidad y leucemias no linfoblástica en hijos de mujeres fumadoras. También es frecuente el aumento del apetito, ojos rojos y movimiento oscilatorios de la pupila.
El conferencista aseguró que el organismo en forma natural dispone de sus propios receptores de cannabinoides, que actúan en el Sistema Nervioso Central (SNC), en la retina y en el sistema inmune. En esos receptores se producen dos sustancias (Anandamida y el 2 Araquidonic glicerol) que dan sensación de bienestar y felicidad.
Indicó que en las primeras experiencias con la marihuana, los consumidores reportan un sentimiento de bienestar general, con más energía, euforia, y sociabilidad, relajación y sueño reparador, pero al aumentar el consumo se complican los estados de salud, en la segunda etapa de la adicción o fase de despersonalización, tienen un discurso confuso y actitud risueña, pierde ubicación temporo-espacial, apatía y desmotivación, no quiere trabajar ni estudiar, no tiene fuerza muscular ni estabilidad, puede entrar en depresión.
“Esos desacoples son peligrosos en los jóvenes y es importante que lo sepan, porque no cualquiera puede fumar marihuana, deben considerar sus antecedentes emocionales previos, porque le puede inducir a mucha depresión”, aseveró el Dr. Alonso, quien aseguró que está comprobado que la marihuana también puede actuar como un disparador de esquizofrenia y de la Enfermedad de Alzheimer.
En la tercera etapa de la adicción sufren alucinaciones, distorsiones visuales cromáticas y sensoriales, ataques de pánico, comportamiento paranoide, angustia y fuerte depresión. Los síntomas duran entre 4 y 8 horas. En esa etapa es cuando las personas son internadas para su rehabilitación, porque ya los efectos son muy graves.
El conferencista considera que el síndrome de abstinencia no es tan marcado como con otras sustancias, y se caracteriza por bostezos insomnio, adelgazamiento, irritabilidad, temblores, sudoración, diarrea y náuseas.
En su disertación el Dr. Jorge Alonso informó de que son los derivados de la marihuana los que se consideran para el uso medicinal. “Si yo tengo que aprobar un producto tiene que ser superador a algo que hay en el mercado. Hay que tener en cuenta que al fumar un cigarrillo de marihuana no está inhalando un solo elemento beneficioso, eso hay que tomarlo en cuenta a la hora de analizar y aprobar un nuevo recurso, tiene que ser superador de los existentes”, argumentó.
Para el síndrome de Tourette (trastorno neuropsiquiátrico con muchos tics físicos y vocales) y en esclerosis múltiple hay resultados positivos con un producto en aerosol que se aplica bajo la lengua, producido con derivados de marihuana. También han tenido buenos resultados en estudios sobre cáncer de mama, porque según dijo el conferencista la proteína JunD actúa mejor acoplándose con los cannabinoides en los núcleos de célula tumoral transcripcional y ese acople puede ayudar a detener el avance del tumor. Asimismo han hallado resultados positivos en actividad analgésica para neuropatías, dolor oncológico, cuando se mezcla con derivados opiáceos, como la morfina, pero todo tiene que ser muy bien tutelado por un médico, advirtió Alonso.
Para casos de vómitos y náuseas por tratamientos de cáncer, confirmaron que el rizoma de jengibre como infusión es más potente y se puede emplear incluso durante el embarazo. Además en la industria farmacéutica, existe Nabilona, sin la actividad psicotrópica del THC.
Además fue enfático al negar que la marihuana sea protectora del cerebro, tampoco han tenido buenos resultados los estudios de control de jaquecas, dolores menstruales o actividad antiespasmódica ni contra el problema del glaucoma. “La marihuana fumándola no es tan efectiva para el glaucoma como la pirocarpina que se emplea en los productos existentes”, afirmó.
Asimismo señaló que investigaciones empleando conejas se vio una respuesta hipoglucémica a la insulina, pero no dio los resultados esperados en humanos, como tampoco en los exámenes realizados en jóvenes diabéticos que fuman marihuana, por el contrario empeoraron sus niveles de tolerancia a la glucosa.
Para casos de obesidad han visto respuestas dispares, con reducción de masa corporal en algunos pacientes, pero intolerancia a glucosa en otros y con incrementó del apetito y del peso en otros.
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