En la profesión de enfermería existe una tendencia mundial que promueve la atención para mejorar la calidad de vida para las personas que atraviesan situaciones de salud difíciles.
Basados en dicha tendencia la Escuela de Enfermería de la UCR, con la colaboración del Centro Nacional de Control del Dolor y Cuidados Paliativos de la Caja Costarricense del Seguro Social (CCSS), organizó el I Congreso de Enfermería Paliativa y Control del Dolor en el mes de junio en el Auditorio de la Ciudad de la Investigación.
La M.Sc. Mabel Granados Hernández, directora a.i. de la Escuela de Enfermería, explicó que uno de los objetivos principales es sensibilizar a las y los estudiantes para que tengan el conocimiento necesario sobre los cuidados paliativos, como un derecho que tienen todas las personas.
“La comprensión y la intervención terapéutica de la enfermería paliativa y el manejo del dolor debe abarcar elementos que son muy importantes como la persona, la muerte, el morir y el sufrimiento, los cuales son cruciales para afrontar de manera efectiva los cuidados de calidad en esta etapa. La persona es el centro del desarrollo lógico de los cuidados paliativos, entendidos como el interés genuino por la atención integral de las necesidades al final de la vida. Debemos asumir que la persona es poseedora de una dignidad sublime y allí se basa el respecto, trato personalizado y justo que siempre merecen”, destacó Granados Hernández.
Por su parte la coordinadora de este Congreso, M.Sc. Mary Meza Benavides, dijo que el tema de dolor y cuidados paliativos constituye la esencia de la profesión y que se podría decir que existe una enfermería paliativa.
Sin embargo, Meza Benavides aclaró que esto no ha sido oficializado desde las instituciones que están relacionadas con el área de la salud o desde el mismo gremio de enfermería.
“Nuestro norte es la atención humanizada, científica y oportuna dirigida a las personas y familias que tienen experiencias de salud muy difíciles, para los cuales la presencia de un o una profesional con experiencia y empatía es crucial. Este congreso abarcó temas diversos como la dimensión de cuidados paliativos en la formación universitaria, situación de los cuidados paliativos en el país, abordaje clínico de enfermedades y terapias alternativas para el manejo del dolor”, citó Meza Benavides.
Como conferencista principal estuvo el Dr. Alfonso García Hernández, profesor de la Escuela Universitaria de Enfermería y Fisioterapia de la Universidad de La Laguna, España, quien declaró en su exposición que es diferente prestar servicios y cuidados al final de la vida en cada país o región, por lo que se debe conocer el entorno, la cultura y las costumbres.
“Hemos aprendido que incluso nosotros mismos somos diversos, vivimos de manera diferente y tememos morir diferente, por tanto el planteamiento de lo que es la vida y la muerte es diferente en toda persona, por tanto una formación que se precie debe tener presente este aspecto para que las personas tengan un final de vida digno y así se posibilite entender las realidades de cada quien de una manera más amplia y flexible”, comentó García Hernández.
Asimismo, este experto de la Universidad de La Laguna manifestó que el tratamiento paliativo puede incluir radioterapia, quimioterapia y cirugía siempre y cuando se establezca que va a ayudar a la persona.
“Para un final de vida tranquilo sería conveniente no tener dolor, vivirlo como una experiencia de bienestar, estar en paz y cerca de nuestros allegados. La mayor parte de las organizaciones dicen que los pacientes deben, si lo desean, conocer la verdad, conocer todo el diagnóstico y además rechazar si lo desea todo tipo de tratamiento curativo; igualmente, puede aceptar los cuidados necesarios para vivir confortablemente el proceso de morir, recibir tratamiento de alivio del dolor y escoger el momento y la forma en que se producirá la muerte”, argumentó García Hernández.
El rector Dr. Henning Jensen Pennington manifestó que la UCR ha estado presente en el desarrollo de este tema, tanto desde la docencia como en la acción social y la investigación; por ejemplo, Jensen citó que actualmente la Escuela de Medicina cuenta con una especialidad en Medicina Paliativa y la Escuela de Enfermería contempla en su plan de estudios un curso optativo denominado Dolor y Cuidado Paliativo, que se imparte todos los años con un número promedio de matrícula de 30 estudiantes.
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