La sociedad costarricense sería inimaginable sin la contribución que ha hecho la Universidad de Costa Rica (UCR) a su historia y a su desarrollo. Así lo manifestó el Dr. Henning Jensen Pennnigton, rector de la UCR, durante la clausura del Primer Foro Institucional 2015 que analizó durante cinco jornadas los aportes de la UCR al fortalecimiento del Estado Social de Derecho, la Institucionalidad Democrática y las Garantías Sociales en el país.
En su alocución el Dr. Jensen hizo énfasis en valores como el cultivo de la verdad, el compromiso con la libertad, la búsqueda de la belleza, la generación de conocimiento y la vinculación con la comunidad, que han guiado durante 75 años a la UCR. “No hay nada en nuestros principios que sea equiparable, ni lejanamente identificable, con utilidad mercantil o ventajas inmediatas, sino más bien una orientación con miras a una ampliación del horizonte de la convivencia y del conocimiento y a la concreción de una vida en paz y democracia”.
El rector se manifestó complacido con el recorrido que se hizo por la historia de unidades académicas, sedes, sistemas y vicerrectorías de la Institución, en el que quedó constancia cómo en todos los ámbitos universitarios se ha trabajado también por el desarrollo nacional, el ensanchamiento de la igualdad social y de oportunidades, y la institucionalidad democrática, todo con miras a fortalecer la relación Universidad-Sociedad.
En ese sentido, citó como ejemplo la labor de las sedes y recintos universitarios que fueron creados en concordancia con un proyecto nacional para integrar el espacio territorial costarricense y específicamente para democratizar el acceso al conocimiento. “Este proyecto, todavía en construcción, ha sido de un beneficio enorme. Al igual que ha sucedido en Montes de Oca, las sedes universitarias han cambiado la dinámica social y hasta comercial de las regiones en que se encuentran. Pero sobre todo han tenido un fortísimo impacto en el tejido cultural”.
Aunque existen ejemplos espectaculares de esto, para Jensen la mayoría tienen una dimensión cotidiana en comunidades tan lejanas como Cóbano o Paquera, donde con el concurso de la Sede del Pacífico en Puntarenas, han surgido al otro lado del Golfo de Nicoya, un grupo de danza y una orquesta. “Estos son ejemplos sencillos, que sin embargo han impactado el tejido social y cultural de esa región”.
También mencionó la formación humanística que es una característica esencial que identifica a la UCR y que penetra muy profundamente la fibra institucional. “Eso tiene que seguir siendo así: los Estudios Generales, deberán ser siempre un pilar poderoso, fuerte y sólido”.
De cara al futuro existen en la Institución retos inmediatos, que fueron mencionados desde diferentes perspectivas en el trascurso de este foro.
En opinión del Rector uno de los más importantes es el problema de legitimidad que enfrenta la Universidad Pública, y por tanto la UCR, de cara a una sociedad de mercado en la que predomina la política neoliberal.
“Como se mencionó en algunas discusiones, la UCR surgió a la luz de la gran reforma social costarricense, en un pacto implícito con un modelo de desarrollo y una perspectiva política social-demócrata. Con la erosión del Estado benefactor en los años 80, la UCR y la Universidad Pública en general perdió parcialmente, pero de forma significativa, uno de los sustentos políticos más importantes en su relación con la sociedad costarricense, lo que obliga a nuevos pactos”.
Dado que el país vive en la actualidad posiblemente la mayor desigualdad social de su historia, para Jensen otro desafío de la Institución es responder de forma novedosa, a una nueva composición demográfica y socioeconómica que así lo requiere.
“Esa es la convicción –dijo- con la que surgieron durante esta administración los programas Admisión Diferida para la promoción de la Equidad, para democratizar el acceso a la Universidad, de estudiantes procedentes de colegios con menos del 12% de admitidos en carrera, y +Equidad y Habilidades para la Vida, que realizan la Facultad de Educación y la Vicerrectoría de Vida Estudiantil, con alumnos de décimo y undécimo año, de 10 colegios de Sarapiquí y Nicoya”.
El rector indicó que esta última iniciativa ha despertado tanto interés en el ámbito iberoamericano, que podría estar siendo considerada por la Secretaría General de la Cumbre Iberoamericana, como un modelo de abordaje de la desigualdad desde las universidades.
Siempre con miras a combatir la desigualdad, Jensen indicó que a lo interno dos retos prioritarios son lograr una movilidad académica estudiantil cada vez mayor en el ámbito internacional, para lo cual propuso la creación de un fondo especial a través del Consejo Nacional de Rectores (CONARE) que inicialmente cuenta con ¢52 millones anuales, y el problema de los académicos contingentes o interinos, cuyas causas y soluciones son multifactoriales y debe resolverse mediante un esfuerzo institucional.
Finalmente, mencionó como un reto mayúsculo la desburocratización en la Institución. “Existe un denso tejido normativo que tenemos que deshilachar, acción que corresponde tanto a la administración, como al Consejo Universitario”.
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