Sin duda alguna la negligencia, tanto de parte de las familias, como de parte de algunas instituciones y políticas públicas en Costa Rica, contribuyen con las diferentes expresiones de violencia infantil que se están manifestando en la sociedad costarricense. Así de categórica fue la conclusión en la cual coincidieron los especialistas en materia de niñez y adolescencia que participaron el pasado 15 de mayo en un foro para analizar el tema, organizado por el Programa Interdisciplinario de Estudios y Acción Social de los Derechos de la Niñez y la Adolescencia (PRIDENA) de la UCR.
Durante el foro los especialistas invitados abordaron diferentes aspectos en torno a la violencia infantil: sus detonantes, sus consecuencias individuales y colectivas, los diferentes contextos familiares y sociales, las instituciones del Estado que deben atender el tema y proteger a los infantes; la situación actual de las familias en el país, las prácticas de crianza y los procesos sociales, económicos y demográficos que afectan a este importante núcleo de la sociedad.
Según detalló el Dr. Mariano Rosabal Coto, del Instituto de Investigaciones Psicológicas de la UCR (IIP) las principales raíces identificadas sobre la violencia contra niños y niñas, están vinculadas a la llamada negligencia (parental), en sus contextos de crianza, así como con el ejercicio de la disciplina y/o autoridad parental
La sociedad ha visibilizado la violencia como hecho, en detrimento del abordaje de la violencia como condición de vida, como estructura, destacó Rosabal. Y agregó que las políticas de prevención, atención y protección en el área de violencia intrafamiliar priorizan el enfoque de género, diluyendo la primera infancia y su contexto. “Los esfuerzos se han centrado en la protección post-facto de niños y niñas víctimas, no en la reeducación de estructuras básicas de las familias; educar contra la negligencia y otro tipo de prácticas no penalizadas, implica orientarse a la prevención.”
Ante tal realidad los retos de nuestra sociedad para enfrentar la violencia infantil son, a criterio de Rosabal, muy puntuales: visibilizar a la primera infancia, tener claro cómo las formas predominantes de disciplina se basan o legitiman diversas formas de violencia, recuperar la credibilidad en cuanto a la labor de protección en el PANI, incorporar a la primera infancia en los planes del MIDEPLAN, enfrentar los vacíos en cuanto a políticas y acciones relativas a recreación y tiempo libre, optimizar los sistemas monitoreo .
La catedrática de la Escuela de Orientación de la UCR, Cecilia Villarreal, destacó que es necesario desmitificar el concepto de familia que tradicionalmente ha sido nuclear y sexista; además de reproductor de patrones de relaciones de generación a generación; y construir un paradigma de diversidad y complejidad que posibilite a la familia educar en convivencia democrática, bajo principios de pertenencia (identidad) de orden, compromiso y responsabilidad según el rol que cada quien tiene dentro de la familia.
Pero, por otro lado, también enfatizó Villarreal, hay otros sectores de la sociedad que deben de cumplir también con su función particular ante el tema de la violencia infantil y cuestionarse seriamente qué están haciendo ante esa dolorosa y multifactorial realidad en la que muchos niños y niñas viven su día a día.
“Las políticas públicas en el país desmiembran a la familia”, aseveró la especialista, puesto que pretenden atender o asumir a los integrantes de la familia como sujetos independientes: infantes, adolescentes, mujeres, personas ancianas. Lo cual ha dado como resultado recursos y servicios públicos descoordinados por sectores o por problemas y la ausencia de una política pública para la familia como un todo. “Es urgente en Costa Rica una política pública de familia para redimensionar y re abordar la violencia contra nuestra niñez y enfrentar la negligencia tanto familiar como institucional”
Para Carmen María Castillo Porras, coordinadora de PRIDENA, el control y la exigencia parental son elementos clave en la interacción a lo interno de la familia y para prevenir la violencia infantil. Las familias con rasgos de negligencia y falta de compromiso y alta indiferencia parental para los hijos no pueden fomentar prácticas de crianza adecuadas para los niños y prever el abuso.
Y por el ámbito macro social de la familia, agregó la coordinadora, debemos preguntarnos qué le enseñamos a padres y cuidadores desde la institucionalidad con que cuenta el país, y si sabemos responder desde esos programas y políticas públicas a la diversidad de la población que se atiende, ya que ha habido cambios importantes en las prácticas de crianza que impactan el desarrollo de niños y niñas, lo que obliga a reconstruir viejas ideas en las prácticas de crianza.
Prácticas disciplinarias y violencia física
Figuras parentales son ambivalentes en relación a castigo físico: se rechaza de palabra pero se legitima su uso
Fuente: Paniamor et al (2010), ; Rosabal-Coto, (sp); Elizondo & Peña, (2014)
TIPOLOGÍA DE VIOLENIA CONTRA LA INFANCIA
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