El Instituto de Investigación en Educación de la Universidad de Costa Rica (INIE) organizó en el mes de febrero el Tercer Congreso Internacional de Investigación Educativa. Un espacio para dialogar y analizar los nuevos retos para la educación que plantea la globalización económica, social, política, tecnológica y cultural.
El INIE buscó propiciar el diálogo, la reflexión, el análisis, la crítica, la innovación y la generación de sinergias, en torno a la educación como uno de los derechos humanos más importantes, sobre todo en momentos en que la educación pública se ve inmersa en una nueva dinámica mundial y en la realidad tecnológica de la llamada sociedad de la información.
Se trató de una lectura crítica de las realidades sociales que la globalización ha hecho emerger y su impacto en los procesos educativos, entendiendo la globalización como un fenómeno a partir del cual se extienden las posibilidades de interconexión, al tiempo que se acrecientan las desigualdades sociales.
Profesionales nacionales e internacionales, cuyas formaciones y experiencias permitieron un mayor alcance del quehacer investigativo en materia de educación, abarcaron temáticas particulares para indagar los avances y resultados de estudios realizados en el área educativa en los últimos años, así como para divulgar los enfoques y las metodologías empleadas con mayor frecuencia.
Directores regionales, miembros de los colegios profesionales; investigadores nacionales e internacionales, organizaciones gremiales del sector educativo, estudiantes universitarios; entre los participantes en el congreso, encontraron en la propuesta temática del congreso una zona para trabajar en torno a la creatividad y transformación en los procesos de enseñanza y aprendizaje; la educación en la Sociedad de la Información y del Conocimiento; políticas públicas y mercantilización de la educación; derechos humanos; pertinencia, equidad e inclusión educativa; gestión educativa en los contextos locales y globales, entre otros temas.
El congreso dejó sobre el tapete muchas interrogantes más que respuestas en torno a las políticas educativas. En este contexto de globalización, las conclusiones del congreso apuntan hacia la pertinencia de preguntarnos si sabemos o no cómo debería ser la nueva educación.
Gracias a cuatro conferencias, 31 mesas redondas, 7 Talleres, 2 paneles y 2 conversatorios, el congreso alcanzó conclusiones que llaman a una seria reflexión sobre los diferentes momentos de los procesos de educación, como ¿qué es lo que medimos? ¿para qué lo medimos? ¿cuál es el objetivo: político, económico, de que esto sea medido?
El quehacer del profesional en educación desde la investigación tiene que ver con las motivaciones a partir de las cuales se gestan los proyectos de investigación, entonces: ¿responden estos a las necesidades de nuestros contextos? ¿qué intereses se privilegian a partir de la investigación que realizamos?
Al respecto la investigadora María Díaz Madrigal, coordinadora del congreso, afirma que “tal parece que vamos encontrando un punto de quiebre entre los cánones de calidad de la educación con los que nuestros estados buscan cumplir y las necesidades que en el día a día interpelan a los docentes; hay una pregunta de fondo sobre las intencionalidades que subyacen a estos cánones nacionales y regionales, ya que parecen más obedecer a un proyecto político-económico que al interés porque los estudiantes aprendan”.
Agrega Díaz que entre las conclusiones de mayor peso en este congreso se encontró que la mercantilización de la educación demanda por un lado abocarnos a “producir” graduados, y por el otro la exigencia de cumplir con cánones impuestos externamente para certificar la idoneidad de nuestras universidades, en los que se privilegia la realización de investigación, mas no así de labores de extensión o acción social”.
Díaz destacó, además, que muchas propuestas dieron cuenta de la necesidad de buscar respuestas a situaciones donde una persona o grupo es excluido. “Las personas empobrecidas, las que presentan alguna condición especial o discapacidad, víctimas o victimarios de bullying, mujeres, población sexualmente diversa; todas estas condiciones tan cotidianas, tan humanas, y su visibilización, han hecho que cuestionemos el sistema educativo en su totalidad, por no atender la singularidad”.