Un grupo de 150 profesionales en Medicina y de Enfermería, provenientes de distintos centros médicos de todo el país, acudieron a un simposio organizado por el Instituto Clodomiro Picado (ICP) de la Universidad de Costa Rica sobre envenenamiento por mordedura de serpientes.
El accidente ofídico es un problema en la región centroamericana, en donde se presentan unos 4 500 casos al año, 500 o 600 de ellos ocurren en Costa Rica. En el mundo se calcula que ocurren 2.5 millones de accidentes ofídicos, aunque se sabe que hay un gran subregistro porque muchas de las víctimas ni siquiera acuden a recibir atención en un centro de salud. Esos accidentes generan la muerte de más de 85 mil personas y dejan secuelas físicas permanentes a 250 mil personas.
El Dr. José María Gutiérrez Gutiérrez, subdirector e investigador del ICP, comentó que el objetivo del simposio era reunir a profesionales en salud de todo el país para actualizar sus conocimientos sobre la fisiopatología y epidemiología del envenenamiento, las normas básicas del manejo de pacientes y la correcta administración del antiveneno.
Además, recalcó que esta actividad se complementará con visitas a los hospitales, ya que el simposio es parte de las actividades de educación continua que desarrolla el ICP de manera permanente.
El Dr. Daniel Rodríguez, médico del área de cuidados intensivos del Hospital Rafael Ángel Calderón Guardia, subrayó la importancia de que el equipo de salud hospitalario conozca cómo tratar adecuadamente a esos pacientes.
El Instituto Clodomiro Picado ha identificado que las zonas con mayor incidencia de accidentes ofídicos son las regiones con mayor pobreza en el país. Una de ellas es Turrialba y particularmente en la zonsa del Chirripó que, con tan solo el 6% de la población de la región, presenta el 14% de los accidentes de este tipo.
En general las zonas indígenas son vulnerables a las mordeduras de serpientes, porque son personas que están más en contacto con la naturaleza, resaltó el Dr. Luis A. Meneses, del Hospital William Allen. También son poblaciones vulnerables los hombres agricultores y los niños.
El Dr. Gutiérrez considera que todos los casos de mordedura de serpiente debe atenderse con prontitud, como se actúa con las emergencias médicas.
Según dijo el Dr. Mahmood Sasa Marín en Costa Rica existen 138 especies de serpientes, pero son pocas las que producen veneno.
Entre las que tienen más importancia médica están las corales que pueden ocasionar muerte por parálisis respiratoria y la terciopelo, que es la de mayor importancia médica, ya que produce el 50% de los accidentes ofídicos y su veneno puede ocasionar pérdida de tejido, hemorragia, alteración en la coagulación, choque cardiovascular, insuficiencia renal e infecciones que pueden ocasionar la muerte del paciente.
Sin embargo, las complicaciones del cuadro fisiopatológico se pueden evitar si el tratamiento se administra adecuadamente y con prontitud.
Para tratar de reducir el número de envenenamiento por mordedura de serpientes, el Dr. Meneses, en colaboración con el ICP, capacitó al personal médico en el manejo correcto de los pacientes que sufren estos accidentes. Además, con apoyo de personas indígenas produjeron materiales educativos en cabécar sobre la prevención del accidente ofídico. El material se repartió a 200 educadores en 50 escuelas de Turrialba, quienes de la mano de profesionales en salud, asumieron la tarea de educar a la población de la región al respecto.
Esta experiencia se está extendiendo a otras comunidades indígenas del país, como la de Talamanca y servirá de modelo para otros proyectos en Centroamérica.
El Dr. Sasa Marín considera que en el futuro las mordeduras de serpientes podrían aumentar en otras regiones del país, debido a que el calentamiento global está produciendo aumento de las temperaturas y con esto desplazamiento o incremento de algunas especies de serpientes hacia sitios en donde actualmente no se habían localizado.
El Dr. Alberto Alape Girón, director del ICP, recalcó que debido a que esta problemática afecta a personas en condiciones de pobreza, la producción de antisueros no es prioritaria ni económicamente atractiva para la industria farmacéutica transnacional.
“Como consecuencia miles de personas en África, Asia y países tropicales y subtropicales de América, siguen sufriendo de una patología para la que existe tratamiento y que podría ser mitigada, si se le otorgara atención” detalló el Dr. Alape. Es por esa razón que los envenenamientos por mordedura de serpiente son considerados por la OMS como una enfermedad desatendida.
El ICP es el único ente productor de suero antiofídico en Centroamérica y Panamá que atiende la demanda de la región totalmente y además distribuye sus antivenenos a Ecuador, Colombia y Venezuela. También, ha colaborado con la producción de antivenenos en Argentina, Brasil y Perú, asi como para la población de Nigeria, Papúa Nueva Guinea y más recientemente se dedica a sacar un prototipo para Sri Lanka, atendiendo solicitudes que les ha extendido la OMS.
El simposio se llevó a cabo el viernes 27 de febrero en el Colegio de Médicos y Cirujanos de Costa Rica.