El Sistema de Estudios de Posgrado (SEP) desarrolló el III Seminario de Posgrado del 22 al 30 de octubre, con la participación de los directores o coordinadores de programas de posgrado, con el objetivo de analizar una serie de temas de interés para el futuro.
Entre otros temas, debatieron sobre los doctorados, la acreditación, la regionalización, los posgrados interdisciplinarios, la investigación, la acción social, la virtualidad, la Maestría o la Licenciatura, la reglamentación y la normativa y los modelos de gestión.
La actividad se enmarca en la celebración del cuadragésimo aniversario del SEP. Como invitadas especiales participaron la Dra. Catalina Wainerman, directora del Doctorado en Educación, de la Universidad de San Andrés, Argentina, y la M.Sc. Virginia Sánchez, asesora del Consejo Nacional de Rectores (CONARE) en evaluación y gestión de calidad.
La Dra. Catalina Wainerman, impartió una conferencia sobre Las tesis de posgrado y la formación de investigadores, el 22 de octubre, como inauguración de la actividad.
En su exposición se refirió a la necesidad de ofrecerle a la población estudiantil un mayor acompañamiento que les facilite la conclusión de sus tesis y con ello su graduación. Explicó que una investigación que realizó en su país, en la que le dio seguimiento por seis u ocho años a 18 programas de doctorado, encontró tasas muy diferentes de graduación, entre los programas de Ciencias Naturales y Exactas y los de Ciencias Sociales.
Mientras los primeros lograron entre el 50% y 100% de graduación en el tiempo establecido por cada programa, los de Ciencias Sociales oscilaron entre un 9% y un 52% de graduación, pero con una gran discrepancia en el tiempo promedio empleado para obtener el título.
Para su criterio los programas de posgrado en Ciencias Exactas y Naturales tenían mayor productividad, porque sus estudiantes contaban con mayores recursos de apoyo para concluir sus tesis. Entre ellos citó el financiamiento de su estudio por medio de becas, laboratorios bien equipados que los incorporaban en horarios de tiempo completo, y tutores o directores que les diseñan el proyecto de investigación para solicitar la beca, además de compañeros con experiencia, con los que podían intercambiar criterios en el día a día de sus experimentos.
Otro elemento que les facilitaba el Doctorado es que no deben hacer estudios de Maestría, son mucho menos la cantidad de estudiantes que optan por estudiar Ciencias Naturales y Exactas, y por tanto no tienen tanto problema para conseguir tutores y laboratorios que los adopten.
Por el contrario, en Ciencias Sociales, deben hacer Maestría después de obtener el título de Licenciatura, hasta hace poco no contaban con becas, deben buscar el tema por su cuenta y fundamentarlo con un Marco Teórico con demanda hacer una contribución significativa a nivel individual, lo que no hacen los estudiantes de Ciencias Naturales y Exactas, que para sus trabajos solo presentan un estado de la situación.
La Dra. Wainerman comentó que el análisis de todos esos elementos la llevó a pensar que habían diferencias sistemáticas entre los programas y se dedicó a analizar el paradigma dominante institucional.
En este sentido agregó “la realidad es ciega, sorda y muda si no sabemos preguntarle”. Para su criterio hay que tener un presupuesto teórico, pero se manifestó totalmente en contra de una investigación que se considere científica y que se realiza para probar lo que el investigador quiere que salga como resultado.
En este caso, como salida a la alta deserción que se daba en los programas de Doctorados de Ciencias Sociales, la expositora propuso un mayor apoyo a los estudiantes, con talleres de tesis, que han tenido mucho éxito. Se trata de talleres con 10 a 12 estudiantes, a los que se da acompañamiento, para que avancen en sus propuestas de estudio, hasta que desarrollen su proyecto de tesis, y luego siguen haciendo la investigación con sus profesores coordinadores.
Para su criterio no existe una pedagogía para formar investigadores, sino que hay diferencias en los modelos pedagógicos de formación y de cómo cada uno se acerca a los objetos de investigación. Esta socióloga argentina opina que formar investigadores no es fácil ni rápido, sino que se logra a través de la práctica constante, durante toda una vida.
Resaltó la importancia de incentivar la capacidad de reflexión en los estudiantes, de ser críticos al sistema, enfatizando en que el conocimiento científico tiene que tener experiencia empírica, controlada, transmisible y corroborable, afirmó.
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