La comunidad de matemáticos de la Universidad de Costa Rica (UCR) está de plácemes. Estos días de fin de año, con los vientos alisios que nos traen el frío del norte, fueron el marco para la inauguración, el pasado 15 de diciembre, del nuevo edificio que acoge a varias actividades y programas académicos de dicha área.
En un acto realizado con la presencia de autoridades universitarias, estudiantes, docentes activos y jubilados y personal administrativo, se declaró oficialmente la apertura del inmueble, localizado en la Ciudad de la Investigación.
La edificación alberga al Centro de Investigaciones en Matemáticas Puras y Aplicadas (Cimpa), a oficinas para profesores de la Escuela de Matemática y al Programa de Olimpiadas Costarricenses de Matemática (Olcoma-UCR).
En su intervención, el director del Cimpa, Dr. Mario Villalobos Arias, recordó que el edificio se gestó “gracias a la lucha durante 43 años de muchos compañeros”.
En especial, reconoció el aporte del Dr. Javier Trejos Zelaya, profesor de la Escuela de Matemática, ex director del Cimpa y actual decano de Ciencias. Asimismo, del Dr. Oldemar Rodríguez Rojas, profesor e investigador de la Escuela de Matemática y ex miembro del Consejo Universitario.
El nuevo edificio posee un área de 1200 metros cuadrados y tuvo un costo superior a los ¢843 000 millones. Los fondos provinieron del presupuesto ordinario de la UCR.
La directora de la Escuela de Matemática, Mag. Orieta Protti Ramírez, destacó los logros alcanzados por esta unidad académica a lo largo de sus 40 años de existencia. “Nuestra escuela forma profesionales en tres carreras: Matemáticas, Ciencias Actuariales y Enseñanza de la Matemática. Tuvo también en el camino la carrera de Ciencias de la Computación, que goza hoy en día de vida propia”, expresó.
Además, la académica anunció que están a punto de iniciar “la aventura de la carrera de Educación Matemática”.
En la actualidad, la Escuela de Matemática cuenta con 25 docentes con grado de doctorado, que mantienen proyectos de investigación adscritos a los dos centros de investigación asociados: el Cimpa y el Centro de Investigaciones Matemáticas y Meta-Matemáticas (CIMM), y hay 30 estudiantes que cursan el doctorado en prestigiosas universidades extranjeras, agregó.
El edificio de Matemática forma parte de una serie de edificaciones que este año inauguró la UCR. Así lo afirmó el rector, Dr. Henning Jensen Pennington, quien señaló que en el 2014 se concluyeron 22 obras nuevas de infraestructura en las diferentes sedes y recintos.
“Contar con espacios aptos para el desarrollo de nuestra comunidad universitaria es una de las mayores preocupaciones de la UCR. Nuestra universidad está creciendo, y con ella deben crecer también los espacios destinados a su quehacer docente, de investigación y de acción social”, expresó Jensen.
El rector resaltó que la Escuela de Matemática tiene “una gran responsabilidad académica”, ya que su personal debe atender a miles de estudiantes en cada ciclo lectivo, no solo de los cursos propios de sus carreras, sino también de los cursos de servicio que forman parte de los planes de estudio de decenas de carreras en toda la Universidad.
El nuevo edificio posee un diseño sostenible y socialmente responsable, según explicaron los profesionales de la Oficina Ejecutora del Plan de Inversiones (OEPI), de la UCR, que tuvieron a su cargo la ejecución de la obra desde su concepción. Esto incluyó el anteproyecto, diseño, planos, contratación de la construcción, supervisión y entrega al usuario.
El diseño estuvo a cargo del Arq. Kevin Cotter Murillo.
“El edificio cumple con todas las leyes vigentes respecto a diseño estructural (Código Sísmico de Costa Rica y Código de Cimentaciones), eléctrico y de accesibilidad para personas con discapacidad. Todos los aspectos arquitectónicos valoran estas normativas, razón por la cual el edificio posee escalera de emergencias y elevador”, especificó la Ing. Wendy Carvajal Valverde, también de la OEPI.
Con tres niveles, la edificación cuenta también con un miniauditorio, oficinas administrativas, servicios santarios con inodoros de bajo consumo de agua, paneles solares que abastecen parte de las necesidades eléctricas y sistemas de ventilación e iluminación natural que minimizan el gasto energético.