Sentada en una butaca del Teatro de la Compañía Danza Universitaria, su voz pausada y modulada va desgranando cada fragmento de su tiempo. Gloriana Retana, en solitario o en colectivo, ha dado muestras suficientes de la calidad de su trabajo como coreógrafa y bailarina.
Galardonada recientemente con el premio Obra destacada a la categoría Iniciados en el XXXI Festival de Coreógrafos Graciela Moreno 2014, con su coreografía Fragmento de tiempo, de entrada deja claro que su participación, tanto a la hora de la creación como de la actuación, en ningún momento respondió a un interés en la premiación, pues si bien los reconocimientos le parecen importantes, tiene ciertas diferencias de criterio acerca de cómo se manejan en el ámbito artístico. Sin embargo -aclara- que en el caso de este premio se siente realmente halagada de haberlo recibido.
En cuanto a su obra ganadora, señala que como bailarina decidió empezar a investigar con su cuerpo, con su lenguaje, “bajo una idea que tengo muy allí en la cabeza que es como ese tiempo fragmentado por el cual nos vemos atravesados: esos recuerdos, esos instantes que uno quisiera que se le quedaran e inevitablemente se van; esa memoria que a veces nos juega pasadas, porque aunque quisiéramos recordar algunos instantes no hay forma de hacerlo, en tanto que otras sí”.
Con esa inquietud empezó a crear esta pieza que es corta, porque generalmente ha hecho obras completas, de 40 minutos o una hora de duración, con la participación de bailarines profesionales, y en las cuales casi nunca ha intervenido. De modo que era un reto para ella trabajar sola en un papel importante.
En este sentido manifiesta que el Festival como plataforma le sirvió para empezar a investigar en algo muy personal, a probar cosas que de repente siempre había probado con otros y en las que había controlado todas las variables de luz, de escena y de movimiento.
“En cambio esta vez era como tirarme al vacío, porque no iba a tener el miedo externo sino que iba a estar atravesada por la emoción, sin importarme tanto la forma, sino lo que del lenguaje corporal propio fuera saliendo, pensando mucho en esa idea que era el tiempo fragmentado”, reconoce Retana.
Aunque en un inicio pensó que bailar su propia obra iba a ser más difícil, “de repente se vuelve sencillo y agradable, porque es como encontrarte consigo misma, como cuando uno empieza a dialogar con uno mismo, a conocerte y a reafirmarte en cosas”, enfatiza Gloriana.
Al respecto añade que tanto las veces que ensayó esta pieza como después de hacerla, le encantó la sensación que le dejó. También cree que es el inicio de algo que va más allá. La bailarina espera en el futuro realizar una coreografía más elaborada, en donde pueda enriquecer la propuesta con la participación de artistas de otras ramas (escenógrafos, luminotécnicos) y desarrollar un poco más la temática del tiempo, el recuerdo y la memoria.
“Me viene a la memoria esa gente que te aportó en otro tiempo, de donde vamos generando un conocimiento que viene de atrás. Si me acuerdo de mi infancia vienen a mi mente esas personas que fueron representativas en mi vida, como mi abuelo, mi papá y otras personas. Ese tipo de experiencias son a las que me gustaría referirme en esta obra, que siento tiende mucho hacia lo femenino, a cómo las mujeres vamos trasmitiendo cosas, desde las más pequeñas hasta aquellas que te van convirtiendo en lo que sos”, manifiesta la artista.
Próxima a celebrar 16 años de estar en la Compañía Danza Universitaria, Gloriana Retana expresa que, "cuando lo digo me suena un montón de tiempo, pero en realidad no lo es, porque ha sido un espacio de aprender y aprender, porque en la danza y en el arte en general nunca se termina, es como estar siempre encontrando, nunca llegas a un lugar específico, siempre hay más allá que proponer, que experimentar, que investigar, que crecer y compartir".
Agrega que también ha sido un tiempo "en el que me he realizado como bailarina y he podido proponer coreográficamente".
Al respecto señala que "en este momento en Danza Universitaria estamos replanteándonos volver a poner en escena la coreografía La Trampa, que presentamos hace unos meses. Ahora tengo en mente cómo revisarla y hacerle algunos cambios. Aunque estoy muy satisfecha con los resultados obtenidos, si me gustaría replantear algunos detallitos para presentarla de nuevo".
También desde hace 15 años Gloriana fundó el grupo independiente Los que somos, en el cual se reúne con otros colegas para investigar, hacer trabajos experimentales y llevar a cabo las ideas que tienen.
En este sentido manifiesta que cada proyecto es diferente. "Yo creo que en el arte es muy importante vaciarse para otra vez construir, no quedarse en fórmulas, estarse replanteando lo que estás haciendo. cómo lo estás haciendo, que lenguaje estás utilizando. De allí que la experiencia, aunque me significa mucho a la vez no me significa nada. La utilizo porque queda y es un recurso importantísimo, pero esto no significa que la próxima obra va a ser grandiosa, pues cada vez es empezar de nuevo".
Además de toda esta labor, Gloriana está enfocada en concluir su maestría profesional en Artes, en la cual desea involucrar no solo el lenguaje coreográfico sino también la fotografía, el video y otros elementos visuales que enriquezcan su propuesta. "Esto es algo que tengo en mente, que me va a llevar un tiempo, pero que me tiene muy emocionada", recalca la bailarina y coreógrafa.
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