Pensar en una idea innovadora que tenga aplicaciones prácticas y ayude a facilitar alguna actividad de las personas o que contribuya en la protección del ambiente, para luego elaborar una presentación, exponerla ante un panel de expertos en emprendedurismo y convencerlos de que es una propuesta que se puede convertir en realidad, es lo que hicieron 80 estudiantes universitarios provenientes de varias carreras, tanto de la Universidad de Costa Rica (UCR), como del Instituto Tecnológico de Costa Rica (TEC).
Se trató del Taller de Desarrollo de la Cultura Emprendedora, el cual fue organizado por las escuelas de Ingeniería Eléctrica y Administración de Negocios, la Cátedra Innovación y Desarrollo Empresarial, la Agencia Universitaria para la Gestión del Emprendimiento (AUGE) y el proyecto Enzima de la UCR, en conjunto con sus entidades homólogas del TEC y con el patrocinio de la firma Intel.
“Lo que buscamos es cambiar de chip y entender esta lógica de que la clave en el emprendimiento es compartir ideas, conocimientos y generar vínculos. Esta actividad incluye una metodología que Intel ha aplicado en 15 países que busca generar la capacidad instalada en diferentes sectores para que puedan replicar lo aprendido, se capacita a profesores para que sean mentores de los 16 equipos de cinco personas cada uno, en que se dividen a los 40 estudiantes de la UCR y los 40 del TEC, para que desarrollen ideas, determinar una problemática, quienes pueden ser los usuarios del producto, cómo funciona y así ofrecer soluciones”, explicó Ana Javier Quintero Montero, una de las coordinadoras por parte de la UCR.
Quintero agregó que en conjunto participaron al menos diez carreras por cada universidad y en la etapa previa de convocatoria aplicaron 250 estudiantes, pero al final escogieron solamente 80 pues era el número de cupos máximo con que contaban.
Asimismo aseguró que las y los estudiantes disfrutaron al máximo el taller y esperan poder continuar realizando este tipo de iniciativas, “estos eventos buscan eliminar las barreras mentales, por eso les decimos a los estudiantes que no tienen límites y es muy satisfactorio ver los resultados, a pesar de que al inicio se sintieron un poco confundidos, de verdad que se motivaron y dejaron salir el poder de innovación que tienen dentro”, declaró Quintero.
En el taller se presentaron iniciativas bastante prometedoras, como por ejemplo el proyecto Llegué, en el que participó Allison Quesada Agüero, quien es bachiller en Administración Pública y actualmente cursa la carrera de Economía en la UCR.
“Trabajamos en un acompañante virtual para peatones sobre el acceso al servicio de transporte público, le permite al usuario conocer las rutas de autobuses que le llevarán más rápido a su destino, tendría información sobre horarios y paradas de buses, se complementaría con el pago virtual y con datos sobre lugares turísticos que estarían en la ruta elegida. Este taller es muy interesante porque fomenta la interdisciplinaridad, con lo cual se llega en conjunto a definir y darle valor a una idea desde varias perspectivas”, afirmó Quesada.
Otra de las voces jóvenes que se escucharon en el Taller de Desarrollo de la cultura emprendedora fue la de Federico Coto Vílchez, estudiante de tercer año de la Escuela de Física de la UCR y quien participó en la creación de un sistema de control para verificar la calidad del agua.
“Trabajamos en un sistema con sensores que registran diferentes valores y se envía esa información a una página web que está disponible tanto para los responsables de brindar el servicio, como para los usuarios, todos pueden verificar el estado del recurso hídrico. Ha sido muy interesante aprender sobre emprendedurismo, creación de proyectos y su implementación, siento que le hemos sacado mucho provecho”, expresó Coto.
Al finalizar el taller se eligieron las tres mejores propuestas, las cuales fueron: Care Watch que es un dispositivo tecnológico que permite medir los signos vitales de los adultos mayores, cuya información puede ser interpretada por una aplicación móvil de manera que el doctor y los familiares puedan estar al tanto y ser notificados en caso de emergencia.
La segunda idea se denominó Droppie y es una herramienta de medición del consumo del agua para casas y empresas, mientras que la tercera mejor propuesta es un sistema de monitoreo remoto autómata que se emplearía para mitigar la pesca ilegal en los alrededores de la isla del Coco.
Un campamento de emprendedurismo dirigido a jóvenes universitarios quienes divididos en equipos interdisciplinarios se abocaron a construir y afinar ideas innovadoras, pero al mismo tiempo se demostraron a sí mismos y a los demás que sí se pueden hacer realidad las nuevas propuestas que están en sus pensamientos.
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