¿Se están convirtiendo las universidades públicas en empresas? ¿Cuáles son las características de este proceso? Esta y otras interrogantes las planteó el Dr. Ronny Viales Hurtado, durante la conferencia “Proceso de corporativización de las universidades públicas”.
En su charla, el investigador del Centro de Investigaciones Históricas de América Central (CIHAC), señaló algunos signos y síntomas del proceso de neoliberalización que han provocado cambios estructurales y conceptuales dentro de las universidades públicas alrededor del mundo.
Según explicó el Dr. Viales, a partir de las reformas al estado que se dieron en la década de 1980, los centros de educación superior entraron en crisis por la falta de financiamiento y tuvieron que privatizarse parcial o totalmente y se incentivó la creación de un sistema de universidades privadas para que compitieran ambos sectores.
A partir de este escenario, se disminuyó la inversión en educación pública y se comenzó a concebir la educación superior como una mercancía.
“Esto se vincula con otro cambio importante y es el hecho de que los ataques hacia la universidad pública señalan que las universidades no están formando los profesionales que el mercado necesita”, manifestó Viales.
También explicó que este proceso ha dado como resultado que las universidades hayan tenido que empezar a producir sus recursos y vender sus servicios.
“Y ¿por qué el Estado no financia? Porque el Estado puede financiar la formación de profesionales, pero no tiene porque financiar la investigación. Cada universidad tiene que ver cómo consigue esos recursos. Y eso nos lleva a ser una empresa competitiva, desde el punto de vista de la economía neoclásica. Y ahí aparecen otras prácticas como el cabildeo, lobby y todo tipo de prácticas políticas para ver qué grupo fuerte obtiene el financiamiento”, señaló.
Para Viales, iniciativas como el proceso de Bolonia de 1999 ha promovido el ajuste de las universidades públicas al modelo de la economía del conocimiento.
“Esto es el impulso para generar nuevas ideas y para transformarlas en productos y servicios comerciales que los consumidores demandan. En términos de universidades públicas esto se traduce en formación de profesionales en corto tiempo, eficientes y en aquellas áreas donde el mercado demanda” recalcó.
De igual manera se refirió a algunas de las consecuencias que se ven reflejadas en el empleo precario y el surgimiento de relaciones laborales poco beneficiosas para los profesores universitarios como tiempos parciales, interinazgo y contratos temporales.
Por otro lado, los investigadores se ven en la necesidad de concursar por fondos, por lo que se debe captar recursos externos, lo que provoca el endeudamiento con agencias financiadoras.
Asimismo, al percibir a la universidad como una empresa, se establecen modelos gerenciales para cumplir con plazos, certificar la calidad y la eficiencia, se establecen indicadores de cumplimiento y la rendición de cuentas se reduce a parámetros cuantitativos.
Esto provoca pérdida de hegemonía, falta de legitimidad, jerarquización de los saberes que se basan en competencias, pérdida de deliberación y además se atenta contra la autonomía universitaria y contra la libertad de cátedra, añadió el Dr. Viales.
Para cerrar recalcó que hay que mantener un modelo universitario público donde la docencia, la investigación, la extensión social, la equidad y la pertinencia sean los principios rectores que se impongan a la alternativa de la universidad como empresa. Y recordó que la educación superior estatal es todavía un mecanismo de movilidad social ascendente en los países latinoamericanos.
Esta charla se dio en el marco del curso Seminario de Temática Ambiental 5 de la Escuela de Biología, que durante el semestre se enfocó en temas sobre propiedad intelectual, producción de conocimiento y bienes comunes.