“Yo estoy interesado en los estilos de vida de las personas, por eso me gusta la historia. Cuando veo o leo sobre ese tema me llama la atención cómo vivía la gente, cómo pensaba la gente. Si hay algo que se refleja en mi personalidad, en lo que hago todos los días es esa curiosidad por conocer la visión de mundo de quienes me rodean y de quienes vivieron en otras épocas”. Así es como describe el M.Sc. Aaron Mena Araya sus intereses y parte de lo que define su forma de ser.
De rápido hablar, este docente de la Escuela de Ciencias de la Comunicación Colectiva (ECCC) e investigador del Centro de Investigación en Comunicación (CICOM) contó como su niñez y adolescencia transcurrió tranquilamente entre la imaginación y los juegos de bola en los potreros de Esparza. No se escapó de hacer alguna que otra travesura, pero como es el menor de tres hermanos, dijo que ya había “agarrado cansados” a sus papás, por lo que los regaños y castigos no fueron muchos.
Durante los años de colegio, la afición por el animé tuvo que ver con dos decisiones que tomó en su vida y que han marcado su camino profesional. Primero, se interesó por estudiar japonés, que inició de forma autodidacta con un libro que le regaló su papá, y que más adelante le abriría las puertas de un posgrado.
“Cuando entré a la U ingresé a los cursos libres de japonés. Con lo que había aprendido solo en la casa, el Básico 1 lo gané por suficiencia, luego estudié un tiempo en el Centro Cultural Japonés los cursos intermedios y ya después seguí estudiando por mi cuenta manga y esas cosas, sobre todo para vocabulario. Siempre cuento que yo no soy muy religioso pero practicaba japonés con la Biblia porque tenía un Nuevo Testamento donde había cierta facilidad para buscar vocabulario”, relató.
Así mismo, su interés por la animación lo enrumbó hacia la ECCC, donde realizó su bachillerato universitario con énfasis en producción audiovisual.
Su ligamen con Japón se consolidó en el 2008, cuando obtuvo una beca para estudiar en la Universidad de Ibaraki, donde estuvo por tres años. Allí realizó un Máster en Ciencias de la Cultura con Énfasis en Cultura de Medios y el tema de su tesis se centró en la televisión educativa.
Su interés por este tema, lo desarrolló mientras trabajó en lo que es ahora el Instituto de Investigación en Educación (INIE), realizando pequeñas animaciones sobre matemáticos destacados y otras producciones, antes de partir a tierras asiáticas.
Aunque reconoce que la cultura japonesa es diferente a la occidental, no tuvo ningún contratiempo en adaptarse a la formalidad, el orden y la manera que hacen las cosas.
“Ellos tienen un sistema que hace que la persona que va becada no tenga problemas. Yo siempre prefiero la formalidad, porque es más seguro. Uno con la formalidad sabe mejor como desenvolverse, sabe qué esperar de otra persona o del sistema y uno nada mas se adapta”.
En 2009, se convirtió en el primer latinoamericano en ganar el concurso de literatura para estudiantes extranjeros del Centro de Estudiantes Extranjeros de la Universidad de Tokio
De su experiencia en Asia, ahora como docente aplica sentidos de linealidad más claros, por lo que planea y organiza los contenidos del curso de manera que lo que se está trasmitiendo tenga el menor ruido posible. Es por esto que disminuyó la cantidad de lecturas que asigna a los estudiantes, y se centra en la elaboración y aplicación de ejercicios según la materia vista en clase.
Aparte de su gusto por la historia, todavía conserva algo de sus aficiones de adolescente, como la lectura de Manga, en esta ocasión en su portafolio lleva una historia de terror, que lee cuando tiene algo de tiempo libre. Así mismo, de vez en cuando disfruta jugando Nintendo, “pero Nintendo del viejo”, aclaró.
La televisión educativa, la animación y la producción audiovisual se juntaron para dar lugar a un proyecto de investigación que busca la mejor manera de realizar productos audiovisuales que se puedan aprovechar en las computadoras XO en las escuelas públicas.
Esta es la investigación en la que se encuentra trabajando actualmente el M.Sc. Aaron Mena.
Sus objetivos son evaluar las posibilidades técnicas de las computadoras XO, analizar los proyectos y políticas que hay en el país en ese sentido y recopilar las experiencias de estudiantes y docentes en el uso de las computadores, para ver cómo se pueden aprovechar esos resultados para desarrollar el audiovisual.
En este momento, en que el proyecto se encuentra en su segundo año de ejecución, ya se realizó el estudio de proyectos y políticas en el ámbito nacional.
“Lo más ambicioso para esta segunda parte del proyecto es aplicar una encuesta a todos los docentes de las escuelas que son parte del proyecto Conectándonos, buscando dos cosas en específico. Primero conocer que están haciendo en relación al trabajo colaborativo y después saber qué instrumentos utilizan en la computadora”, explicó.
Esto también se complementará con visitas de observación y con la evaluación técnica a las computadoras. De esta manera, el próximo año se iniciará el planteamiento del producto audiovisual que se producirá.
Mena también labora en METICS de la Vicerrectoría de Docencia, donde imparte cursos de capacitación para docentes en el uso de tecnologías.
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