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Ing. Carlos Manuel Obregón, Presidente Ejecutivo del ICE:

No podemos renunciar a usar los recursos del país

El Estado debe definir ruta consensuada para la producción eléctrica
13 jun 2014Vida UCR
Parque Solar Miravalles
Actualmente el ICE prueba la generación de energías limpias en el Parque Solar Miravalles, ubicado en La Fortuna de Bagaces, Guanacaste, que es la primera gran planta de energía solar del país y la más grande de Centroamérica. Con esta energía se abastece a 600 hogares de la zona (foto EFE/Jeffrey Arguedas).

Aunque una de las vocaciones manifiestas del país ha sido el resguardo de la naturaleza, en el caso particular de la producción eléctrica la sociedad costarricense está en una encrucijada y debe valorar y definir si acepta altas tarifas eléctricas a cambio de bajos impactos ambientales, o define una ruta diferente y una forma de mitigar esos posibles impactos. “Lo que el país no puede seguir haciendo es renunciar a utilizar los recursos naturales con que cuenta”.

Así lo manifestó el Ing. Carlos Manuel Obregón Quesada, Presidente Ejecutivo del Instituto Costarricense de Electricidad (ICE) durante la clausura del Primer Foro Institucional 2014: Diagnóstico y prospección del desarrollo eléctrico en Costa Rica, organizado por la Comisión Especial Interdisciplinaria de la Rectoría, de la Universidad de Costa Rica (UCR).

Luego de cuatro jornadas en las que representantes de diversos sectores definieron de alguna manera su posición sobre la ruta de desarrollo que debería seguir el país en cuanto a la producción de electricidad, el Ing. Obregón indicó que si bien se escucharon  diversas opiniones -a su criterio todas muy válidas- se requiere un mayor nivel de información para que las discusiones sean más productivas. “Vamos a buscar las ocasiones necesarias para poder interactuar de una forma más amplia pensando en que la academia, particularmente la UCR, puede ser facilitadora en este diálogo tan pertinente en este momento”.

En su opinión, es necesario analizar una serie de contradicciones en el desarrollo nacional, pues mientras Costa Rica está inmersa en un mundo en el que la competencia por lograr niveles económicos superiores es un elemento fundamental, en el país se habla de un desarrollo sostenible que no se sabe si le alcanzará para poder competir.

Carlos Manuel Obregón Quesada
“En Costa Rica el kilovatio hora de electricidad tiene un costo de 18 centavos de dólar, y no obstante que cualquier institución pueda optimizar sus costos, no van a repercutir mucho a bajar esa cifra, porque lo que realmente influye es la composición de las fuentes”, indicó el Ing. Carlos Manuel Obregón (foto Laura Rodríguez).

Y dentro de ese modelo de desarrollo sostenible en lo que corresponde a electricidad, desde los años 50 Costa Rica optó por una matriz energética sustentada en recursos naturales renovables, sin que hasta ahora mucha gente le haga un reconocimiento, pues es uno de los pocos en el mundo con una matriz de este tipo.

“Parte del problema que tenemos con la hidroelectricidad este año es que venimos con una sequía acumulada de varios años y es seria: basta con ver los ríos, los campos y la problemática con el uso del agua potable, y eso tenía que rebotarnos de alguna manera y lo que está provocando es un mayor uso de combustibles para generar energía térmica”, detalló Obregón.

Independientemente de que haya criterios encontrados en si el país debe o no consumir energía térmica, para él es claro que el ICE ha hecho una seria y sistemática planificación con miras a satisfacer la demanda eléctrica del país. “Prueba de ello es el éxito del desarrollo eléctrico y la cobertura que se tiene de 99.4%, que posiblemente también se esté volcando en contra de los precios”.

Para Obregón aunque las y los usuarios nacionales se preguntan por qué la electricidad es tan cara, si comparamos a Costa Rica con países similares al nuestro en tamaño, condiciones hidrológicas e ingreso per cápita como son las naciones centroamericanas, el país está mejor, eso sin tomar en cuenta que algunos de nuestros vecinos subvencionan este servicio. “Por ejemplo, Honduras subvenciona con $450 millones por año el servicio eléctrico, para que los precios de la electricidad no crezcan, siendo la demanda de Honduras mucho menor que la nuestra”.

Planta geotérmica Miravalles
La energía geotérmica es uno de los recursos con que cuenta el país para la producción de electricidad. La planta de Miravalles es una de las pocas en las que hasta el momento ha sido explotada (foto Yamil Herrera).

Y aunque confesó que en estos días se ha desvelado más de una noche pensando en los precios de la electricidad, el Presidente Ejecutivo del ICE  ha llegado a la conclusión de que las tarifas difícilmente van a bajar, porque están asociadas a las condiciones del país y a la matriz energética.

“Costa Rica apostó a fuentes renovables y yo creo que el problema básico está en que otros países, principalmente aquellos que cuentan con muchos recursos, han encontrado fuentes de generación más baratas como el gas natural, lo que les ha permitido abaratar la producción de la electricidad”, sentenció.

Contrariamente, en Costa Rica no se sabe si existe gas natural económicamente explotable, porque aún no se han hecho exploraciones y mucha gente se opone a las mismas. “Si no investigamos el gas natural, no queremos que se genere con petróleo, no queremos que se toquen los parques nacionales aunque la geotermia es una fuente muy importante de producción de electricidad y no queremos que se hagan embalses grandes, por las razones que sea, ¿qué hacemos si el desarrollo del ICE está fundamentado en un balance de energía de invierno a verano que implica una transmisión de agua del invierno al verano para poder generar?”.

Por ahora, dijo, lo que queda es combinar lo que se produce con los embalses que tiene el país y llenar los faltantes con energía térmica.

Karla Montero Víquez
La Mag. Karla Patricia Montero, de ARESEP dijo que para evitar altas tarifas a futuro la única opción es una buena planificación de largo plazo, que contemple la eficiencia de la demanda y de la oferta de generación (foto Laura Rodríguez).

Una opción podría ser la generación con gas natural importado, que en su opinión sería contraproducente porque sería la primera vez desde 1884 que comenzó el desarrollo eléctrico en el país, en que Costa Rica sería dependiente en la producción de electricidad.

Independientemente en este momento el ICE está comprometido con un análisis completo, con el que va a mostrar a la sociedad costarricense cuáles son los costos que tiene la producción eléctrica en el país.

Actualmente se une a los costos de generación el costo de transmisión, que se duplicó, por el pago de la línea que une los mercados eléctricos de Centroamérica con miras a favorecer economías de escala. “Se están obteniendo ya algunas economías de escala al comprar generación térmica en Centroamérica, que es más barata que parte de la generación térmica costarricense”, recalcó Obregón.

Otro rubro a analizar es el de distribución que tiene un costo de seis centavos de dólar por kilovatio hora, el cual es muy alto. “Lo que sucede es que al tener Costa Rica un 99.4% de cobertura y el ICE la obligación de darle la posibilidad de estar conectados al 100% de la población costarricense, debe invertir en la expansión de la distribución lo que resulta carísimo y es pagado por todos los usuarios de la electricidad”.

Carlos Roldán Villalobos
El director ejecutivo de ACOGRACE, Ing. Carlos Roldán indicó que el problema con el mercado eléctrico del país, debe ser analizado científicamente y enfrentado con valentía (foto Laura Rodríguez).

Otras visiones

Para la Mag. Karla Patricia Montero Víquez, Asesora de Regulación, de la Intendencia del Sector Energía, de la Autoridad Reguladora de los Servicios Públicos (ARESEP), las tarifas de electricidad en el país vienen arrastrando deficiencias en la política energética desde hace muchos años. “Tenemos que ver cómo las solucionamos a corto plazo para que el impacto no lo recibamos los usuarios, y cómo evitamos que esto se repita en el futuro”.

En opinión de Montero, a futuro la única opción es una buena planificación de largo plazo, que no solo contemple la eficiencia de la demanda, sino también la eficiencia de la oferta de generación.

El Ing. Carlos Roldán Villalobos, director ejecutivo de la Asociación Costarricense de Grandes Consumidores de Energía (ACOGRACE), que agrupa a cerca de 30 empresas y cooperativas, piensa que el problema con el mercado eléctrico en el país, debe ser analizado científicamente y enfrentado con valentía.  “Decir que no tenemos problemas es incorrecto. Yo defiendo al ICE. Pero creo que hay que entrar de lleno a ver cuáles son las causas de nuestra ineficiencia”.

Indicó que es necesario saber, por ejemplo, por qué en Costa Rica desarrollar un proyecto geotérmico como Pailas 2 va a costar $6 mil el kilovatio hora, cuando en otras partes del mundo se puede construir a $3 mil el kilovatio hora.

Carlos Quesada Mateo
“Los usuarios de la electricidad deben adquirir conciencia de que, o cambian sus patrones de consumo o el país va a entrar en una crisis sin precedentes desde el punto de vista energético y ambiental”, destacó el Dr. Carlos Quesada Mateo (foto Laura Rodríguez).

Por su parte el Dr. Carlos Quesada Mateo, ex Vicerrector de Investigación de la UCR, quien ha trabajado el tema eficiencia energética y medio ambiente vinculado al Grupo Balaton, al lado de especialistas como Dr. Amory V. Lovins, Jürgen Norgall y el Dr. Joel Cammont, indicó que definitivamente el país no puede continuar con un crecimiento desmedido de las tarifas eléctricas, por lo que la única opción real que tiene es buscar la eficiencia y el ahorro energético.

“Es urgente primero, ahorrar energía, porque el mejor kilovatio es el que no consume y, segundo, convocar un debate nacional que le permita al país definir y afianzar su matriz energética con energía firme, haciendo una diferencia entre lo que es potencia instalada y generación posible”, destacó Quesada.

Indicó que analizando experiencias de otros países considera que no solo hay que elegir una ruta encomiable desde el punto de vista ambiental, sino también una que sea efectiva en sus costos y sobre todo que brinde al país seguridad energética.  “Este será un debate nacional muy importante, porque tenemos que determinar qué es lo que queremos a futuro, de lo contrario nos vamos a convertir en una sociedad donde la economía va a sufrir al no poder tener la oferta de servicios para generar empleo y calidad de vida”.

Según su juicio, la población nacional puede contribuir con la calidad de vida haciendo pequeños cambios en el patrón de consumo. “Por ejemplo, una de las recomendaciones que están haciendo en España es usar la regleta para conectar todos los sistemas inteligentes que existen, que pasan conectados todo el año, las 24 horas, y que están quemando gran cantidad de energía. La idea es que en cada aparato exista una regleta y en la noche o cuando no se están usando, se apague el botón con lo que se da un ahorro significativo”

En esa misma línea, considera necesario que si el país vive de la industria turística, debe definir qué tipo de turismo es el más adecuado.  “Cuando uno va a estos grandes hoteles todo incluido se encuentra con temperaturas de aire acondicionado congelantes y casi ninguno cuenta, por ejemplo, con duchas y sanitarios eficientes en el consumo de agua. Reduciendo el consumo de agua se podría contar con embalses más llenos para la producción hidroeléctrica en la época de verano, que casualmente coincide con los picos altos de turismo”.

Para el especialista, otro aspecto para disminuir gastos futuros de energía es que desde ya todas las soluciones de vivienda contemplen la incorporación de duchas y sanitarios de flujo bajo y luminarias eficientes. “Por economías de escala sale más barato introducir estas mejoras, de manera que la masificación en el uso de este tipo de elementos que promueven el ahorro y la eficiencia energéticas, son fundamentales y tiene que darse un esfuerzo nacional”.

Finalmente, cree indispensable entrarle muy duro a la educación ambiental, no solamente del ciudadano común en el ámbito domiciliario, sino sobre todo a las empresas que ya de por sí están haciendo esfuerzos importantes.

“Personalmente discrepo de la posibilidad de exportar electricidad, sin antes tener claros todos los aspectos de seguridad energética, porque si por un lado los otros países optaron por una matriz de energía térmica y los precios de los combustibles empiezan a subir, van a tratar de importar nuestra energía y de pronto Costa Rica tendrá que hacer grandes inversiones para poder suplir al resto de Centroamérica. Esto solo podría hacerse, si logramos reducir significativamente los niveles de consumo y ese es un esfuerzo que toma años”, concluyó.

Rocío Marín González
Periodista Oficina de Divulgación e Información
rociobskb.marin  @ucrzbbt.ac.cr

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