Erupciones freáticas constantes, que han logrado superar incluso los 100 metros de altitud, es el comportamiento del volcán Poás durante el presente año. La cantidad y el tamaño de estas erupciones son catalogadas por los vulcanólogos de la Red Sismológica Nacional (RSN: UCR-ICE) como “extraordinarias”.
Las erupciones freáticas son las más simples que existen, ya que no tienen magma o lava y ocurren en la parte superficial del sistema hidrotermal del volcán. Las erupciones se llevan a cabo cuando los gases sulfurosos reaccionan entre sí y forman azufre elemental que alcanza temperaturas entre los 160 a 200 grados celsius, por lo que aumentan su viscosidad y la presión que genera la erupción.
Estos fenómenos pueden presentar diversos tamaños; sin embargo, según lo observado por los vulcanólogos de la RSN, sobresale una erupción presentada el 30 de marzo pasado, que alcanzó 180 metros de altura. Algunas otras que han sido detectadas alcanzaron 30 metros de altura, como la ocurrida el 30 de abril. Esta erupción en particular, además de liberar gas, lodo y agua, vertió azufre en estado semisólido en la superficie de la laguna caliente.
El 4 de mayo, durante la inspección realizada por investigadores de la RSN, en el interior del cráter activo se observó que el lago se encontraba “revuelto”. La temperatura de la laguna caliente del volcán subió casi 10 grados celsius en relación con el mes anterior, además sufrió un descenso de 110 centímetros en su nivel, lo que corresponde a una pérdida de agua de alrededor de 58 000 metros cúbicos. Que el nivel de la laguna descienda hasta secarse dependerá de la cantidad de precipitaciones que se den durante la época lluviosa del 2014, afirmaron.
De acuerdo con los científicos de la RSN, el volcán Poás se encuentra desde marzo del 2006 en intensa actividad freática. El aumento en la temperatura del sistema hidrotermal es el que genera el aumento en la evaporación del lago y su descenso de nivel. Los vulcanólogos de la RSN, Raúl Mora Amador y Gino González Ilama señalaron que es posible que continúen las erupciones freáticas por un tiempo más. Esto podría contribuir a aumentar la afectación por lluvia ácida, que en lo últimos tres meses ha sido escasa en la cima del Poás.
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