Occidente organizó conversatorio con la comunidad

La Dra. María Eugenia Villegas ofreció una charla como motivación para el trabajo en mesas (foto Juan Pablo Bonilla).

Recientemente la Sede de Occidente organizó el conversatorio Puertas abiertas: la Sede de Occidente y la comunidad, actividad que permitió conocer inquietudes o demandas que tiene la comunidad con respecto a la Sede.

El conversatorio se realizó como parte de las actividades desarrolladas por la Comisión de Plan de Desarrollo Estratégico con el propósito de obtener insumos importantes para la elaboración del plan 2015-2019. En este encuentro participaron representantes de diversos sectores como salud, cultura, gobiernos locales, sector ambiental, salud, cultura, educación, empresarial,  entre otros.

La Licda. Roxana Salazar Bonilla, directora de la Sede, expresó que en la actualidad “aspiramos a una autonomía administrativa, con desconcentración académica y con capacidad para definir políticas especificas de acuerdo con las necesidades de la zonas aledañas”.

Es por ello, según Salazar, que resulta de suma importancia conocer de primera mano las inquietudes de la comunidad de influencia, “por eso es tan importante el poderlos tener a ustedes aquí para que nos ayuden, nos refuercen todas las posibles ideas que tenemos para mejorar, y entre ambos buscar la equidad porque esa fue la razón principal de que la UCR estuviera en las regiones”.

Un análisis desde adentro

El conversatorio contó con una charla a cargo de la Dra. María Eugenia Venegas, profesora catedrática de la UCR, quien le presentó a la comunidad una serie de ideas y preocupaciones para motivar el trabajo a realizar.

Venegas inició su intervención señalando que la tarea que se han impuesto es muy provocadora y muy grande, “creo que pensar y reinventar su relación con la comunidad no solo es un reto que puede formar parte de un protocolo de actividades académicas, sino que hacerlo en un tiempo y en un contexto tan movidos y convulsos puede ser una oportunidad”.

Señaló su preocupación por la universidad pública y privada, “por la forma en que se le asume, como se le piensa y como se le demanda por quien toma decisiones”.

Los participantes en el conversatorio trabajaron en mesas donde se analizaron diferentes temas (foto Juan Pablo Bonilla).

Para Venegas la actividad impulsada por la Sede de Occidente es necesaria para  “redefinir su entorno inmediato con y para los habitantes arraigados en la zona, y ver las posibilidades reales de impactar en el resto del país”.

En la actividad Venegas cuestionó si desde la Universidad lo que se está haciendo es certificar saberes como una empresa de títulos o si se esta preparando personas que van con la formación adecuada para insertarse a la sociedad y para hacer lo que Estatuto Orgánico dice.

Señaló la necesidad de hacer estudios de seguimientos de graduandos que permitan justificar la oferta “yo no se si la oferta que estamos poniendo al servicio de la comunidad es la que se requiere y si tenemos certezas que las personas preparadas tienen un mercado y un mercado correcto”.

Aseguró que la comunidad debe pedirle cuentas a la Universidad “porque si ustedes ven a esta comunidad igual que hace 20 años y todos los egresados trabajando en otro lugar que no es aquí, entonces la universidad no está funcionando”.

En cuanto a la docencia señaló que caben muchas interrogantes en cuanto a la contratación, las calidades, los perfiles de contratación, ubicación y sobre su idoneidad, recordó que  la sociedad paga con sus impuestos los salarios de los profesores y por ello deben ser exigentes de quien es el profesor de la UCR.

Señaló su preocupación en cuanto a la investigación ya que considera que un país muestra mucho de su desarrollo por medio de la producción científica. Asimismo enfatizó la necesidad de tener acceso a realizar investigaciones y a formarse para investigar.

En cuanto a acción social Venegas destacó que la Universidad debe tirarse a las calles e ir a las comunidades. Manifestó su preocupación por el envejecimiento de la población y las demandas de desarrollo e invitó a la Sede a pensar en un proceso de educación obligada y permanente para toda la ciudadanía “parece que después de que cumplimos 50 años y tenemos un título nos convertimos en analfabetas funcionales, como si no tuviéramos derecho a la educación permanente”.

También manifestó la necesidad de hacer las cosas diferente “pareciera que los tiempos nos podrían estar planteando la urgencia de partir inductivamente, de estar en la sociedad, recoger la información y demandas, hacer investigación con ello y enseñar y entrar en un proceso más circular, al revés de cómo se viene haciendo”.