Pioneras de la U transformaron mandatos sociales

Algunas de las primeras estudiantes de la UCR cuyos relatos conforman parte de la obra de la investigadora Teresita Codero: Miriam Jiménez Castro, Isabel Vargas Solera, Hilda Xirinachs Chamberlain, Vilma Vargas Segura, Thelma Curling Rodríguez, Elsa Suárez Bolaños (foto Rafael León).

Los años 40 y 50 del siglo XX fueron un período de cambios sociales, políticos y económicos trascendentales para el ser costarricense. Y para la mujer significó, además, la apertura de nuevas posibilidades educacionales que le ofreció la Universidad de Costa Rica, al abrir sus puertas en 1941 con variadas opciones profesionales y laborales, así como espacios sociales y culturales para nutrir el desarrollo personal de las jóvenes de aquel tiempo.

Así lo plantea el libro Mujeres transformando mandatos sociales (1940-1959) presentado recientemente por su autora Teresita Cordero Cordero, investigadora del Instituto de Investigación en Educación (INIE). La obra reúne información valiosa sobre el nuevo crisol de oportunidades que significó la creación de la universidad y posibilita una relectura de la educación universitaria femenina frente al mito del discurso patriarcal de la época que limitaba los intereses de la mujer al matrimonio, el apoyo a sus hijos y sus labores hogareñas.

A través de las líneas del libro poco a poco se esboza el camino de mujeres pioneras, activas, valientes, interesadas por ingresar a diferentes carreras en la universidad, aunque algunas fueran consideradas “para hombres”.

Teresita Cordero explicó que el libro consta de tres capítulos, basados en los registros de la UCR, la Biblioteca Nacional, Actas del Consejo Universitario y periódicos de la época en estudio (foto Rafael León).

La autora logra conocer a fondo a esas mujeres universitarias pioneras y desafiantes gracias a sus propios relatos recopilados en este libro. Algunas de las primeras mujeres graduadas de la UCR dejan  testimonio en esta obra de sus sueños y expectativas sobre la educación superior, sus vivencias estudiantiles, el mundo laboral, y más aún, sus proyectos de vida femeninos en aquellos primeros años de la Universidad de Costa Rica.

La investigadora agradeció a esas excepcionales pioneras que hicieron posible la realización de su libro: Thelma Curling, Vilma Vargas, Isabel Vargas, Hilda Xirinachs, Elsa Suárez, Miriam Jiménez, Nury Raventós, Zaira Edelman, Dora Ibarra  María Eugenia Castañeda, Miriam Solano, Ana Eugenia Valverde, Guadalupe Pérez.

Durante el acto de presentación del libro, la autora subrayó la nula información en el país sobre la participación de las mujeres en la UCR, “algo propio de la invisibilización de su participación en la historia y el poco reconocimiento de su presencia”. Su libro, asegura Cordero “posibilita conocer y entender esa transición entre la idea de la mujer ángel del hogar o madre-esposa, hacia la nueva mujer moderna y de la cual hoy somos sus herederas”.

Familiares de las mujeres que cedieron sus historias como estudiantes universitarias conformaron parte del público asistente a la presentación del libro en el mini auditorio de la Facultad de Ciencias Sociales (foto Rafael León).

Al referirse a esta nueva obra del INIE el decano de la Facultad de Ciencias Sociales, Mag. Francisco Enríquez, destacó que el libro de Cordero se constituye en un excelente aporte para los estudios de género, como para estudios referentes a la UCR; para comprender la inserción de las mujeres en la UCR como un ámbito de la historia de la universidad, y del país, poco estudiado como lo es el papel asignado a la mujer  a inicios del siglo XX.

En este libro asoman también los orígenes de la Semana Universitaria y el papel asignado en ella a las reinas universitarias y los estereotipos en torno a lo que “se esperaba” y “debían buscar”  las mujeres en su proyecto de vida, tal como lo reseñaban algunos periódicos nacionales de la época, al informar sobre la Semana Universitaria.

Sin embargo, el estudio de Cordero demuestra que esta participación de la mujer en la Semana Universitaria fue evolucionando y promoviendo una mayor autonomía; una resignificación y reconstrucción cultural de identidades femeninas en cuanto a sus aspiraciones laborales y profesionales.