Quizá aquella imagen de La niña y el viento, de Francisco Amighetti, quedó gravitando en su memoria hasta transformarse en su propia visión de esa niña-mujer.
El artista Carlos Aguilar Durán plasma en su obra ese estadío en que en ella “empiezan a operar los ciclos y las leyes genésicas, en un sincretismo entre los íconos medievales y góticos, con el mestizaje mágico de las culturas latinoamericanas”.
En su serie de óleos sobre madera La niña y el gallo, que está exponiendo en el vestíbulo del edificio Administrativo A de la UCR, nos conduce por ese momento de transición. Allí están la Madonna de la leche, la Niña del día y la noche y la Mujer del turbante que nos hablan de "ese constante fluir del tiempo y de la vida", como lo señala el mismo artista.
Al respecto Aguilar expresa que "lo femenino está en el centro de la espiral eterna, conectado por vía subterránea con el origen, posee significaciones profundas con los ciclos, con el mismo verbo genésico".
Agrega que “aquí, lo femenino transita de la niña, a la madurez, en diálogo con el gallo, símbolo mágico sincrético de nuestras culturas latinas, mestizas en ritos de pubertad, de vientres que despiertan a natura, al erotismo y al eterno relevo, entonces la virgen dialoga con el amanecer”.
En cuanto a la técnica y los materiales que emplea en esta serie, Aguilar explicó que “hace aproximadamente un año trabajo con maderas recicladas o bruñidas por el mar y los elementos que ya poseen formas y pátinas que, posiblemente, vienen de casas o muebles previamente pintados y repintados; las ensamblo para producir una especie de reminiscencias del retablo que, se salen de la obra bidimensional, rozando la escultura y el objeto artesanal de la ebanistería; mezclando esgrafiados, tallas, golpes de gubia, lacas metálicas, técnicas de punta seca, superposición de capas de pintura, posteriormente raspadas, etc”.
En este sentido señala que "me interesan las betas de la madera y el respeto por las huellas de usos anteriores, como un registro que guarda la madera desde el bosque originario, pasando por todo un peregrinaje hasta llegar al mar".
También expresa que "estos soportes y, a la vez, hallazgos los intervengo con una reducida temática, inspirada, tal vez, en ese xilograbado de Francisco Amighetti: "La niña y el viento".
Además, “pretendo producir una paradoja entre el objeto preciosista artesanal, el kitsch y el trillado realismo mágico latinoamericano”.
Esta exposición de Aguilar es auspiciada por la Sección de Extensión Cultural de la Vicerrectoría de Acción Social (VAS) y permanecerá abierta hasta el 14 de marzo, de 8:00 a. m. a 5:00 p. m.
Según dijo el curador de esta muestra y asesor cultural de Artes Visuales de la VAS, Luis Paulino Delgado Jiménez, conoció a Carlos Aguilar Durán en sus años de estudio en la Escuela de Artes Plásticas de la UCR. "En ese entonces reconocíamos en él al joven artista, promesa para la plástica nacional, quien se destacaba como dibujante por su dominio en el uso de la línea, el volumen, el espacio, la proporción y el claroscuro".
Agregó que en su ciudad natal, Alajuela, se ha dado a conocer como gestor cultural, museógrafo, museólogo y pintor de caballete y muralista. En el Museo Juan Santamaría de esa ciudad le ha tocado la responsabilidad de organizar museológica y museográficamente la Gesta de 1856, pasaje histórico que plasma con conocimiento y estética. En el 2010 recrea este episodio en un mural en el cual podemos apreciar sus cualidades de artista plástico contemporáneo y con condiciones para la realización de obras de carácter público.
También indicó que Aguilar "es un artista con muchas aristas, quien trabaja por series, entre ellas, las de objetos, las de árboles, las de retratos y las de mujeres. Esta última colección ha sido escogida para exponerla en esta ocasión, constituida por maderas esgrafiadas y pintadas al óleo o al acrílico y que ha llamado La niña y el gallo. En esta serie podemos ver la belleza y las musas que le inspiran para lograr piezas de gran belleza plástica con calidad reconocida y que nacieron posterior a su viaje a Corea del Sur, cuando expuso con los artistas Luis Chacón González y Ana Martén, en el año 2002".
"Desde siempre Carlos se ha preocupado por su formación artística y para ello se graduó de licenciado en Artes Plásticas con énfasis en Pintura en nuestra Institución y recientemente concluyó un doctorado en Educación en la Universidad de La Salle. Además, Carlos Aguilar es un filósofo de la vida, en cuya conversación nos permite descubrir no solo a un artista pleno, sino a un ser humano completo", concluyó Delgado Jiménez.