La creación de un modelo energético país, que permita implementar tecnologías renovables y que establezca metas cuantificables para el sector en los próximos lustros, es la meta de un grupo interdisciplinario de académicos de la Universidad de Costa Rica.
El equipo conformado por ingenieras, abogados y comunicadoras llevan a cabo el proyecto Modelo Energético Sostenible para el sector agrícola, caso de estudio el beneficiado de café en Centro América, que tiene como base el Centro de Electroquímica y Energía Química (CELEQ).
El proyecto consta de tres componentes: Técnico, Sensibilización social y Marco regulatorio. Como parte de éste último se elaboró un diagnóstico sobre las barreras legales en la implementación de las tecnologías en energías renovables para Centro América y propuesta de modificación de instrumentos legales (excepto leyes) para superarlas.
Esta información se dio a conocer el pasado 27 de febrero en un foro en el que participaron con diversos sectores, el cual que se llevó a cabo en el auditorio del Lanamme de la Universidad de Costa Rica.
Al foro asistieron expertos del sector energía, políticos y funcionarios de instituciones como el MINAE, ICE, CNFL y RECOPE, representantes del sector privado, de JASEC, Coopelesca y personeros de la Dirección Sectorial de Energía. La actividad contó con la participación del Ministro de Ambiente, Energía y Telecomunicaciones y rector del sector energético Ing. René Castro Salazar.
El documento reúne un análisis de la legislación de todos los países centroamericanos en el tema energético y se desarrolla con mayor profundidad el caso de estudio de Costa Rica. Además, se escogieron 5 temas en los que se sugieren cambios que podrían aplicarse a corto plazo en leyes y otros instrumentos: 1. Concesiones de Agua para Generación de Hidroelectricidad; 2. Energía a partir de Biomasa; 3. Eficiencia Energética; 4. Generación Distribuida; 5. Biocombustibles.
El diagnóstico reveló que existe un amplio marco regulatorio en los países centroamericanos, no obstante se identificaron ciertos vacíos que originan conflictos entre los sectores generando una barrera para la implementación de energías renovables, en aspectos como por ejemplo, el reconocimiento de la energía producida por pequeños productores de energía solar, entre otros.
A juicio de la ingeniera Cindy Torres, coordinadora del proyecto, debe haber una sombrilla que cubra todas las acciones del sector energía, pues no es sólo tener electricidad con un alto porcentaje de energía renovable, sino también valorar la parte térmica y en conjunto decidir cuáles son los encadenamientos con la sociedad en cada uno de los temas de energía.
Estos resultados fueron discutidos por los participantes del foro en mesas de trabajo donde analizaron la normativa, las barreras y las propuestas. De esta forma se inició un diálogo intersectorial que es un primer esfuerzo de coordinación para construir una propuesta conjunta entre diversos sectores.
La Ing. Torres acotó que se pueden generar acciones inmediatas en dos o tres años que pudieran contribuir mientras se van elaborando otros instrumentos legales que respondan a necesidades mayores para crear un modelo energético país a largo plazo, más allá del año 2030.
A su juicio, debe darse este diálogo social que sobre lo que queremos como país, si son tarifas baratas, consumir menos hidrocarburos, ser carbono neutral o hacer sustitución por etanol por ejemplo.
Para Giovanni Castillo de la Dirección Sectorial de Energía este foro es una oportunidad para empezar a abordar la problemática de la administración del sector de energía en el que coexiste diversidad de actores con intereses diferentes que deben tratar de conciliarse. Todos los enfoques deben procurar el bienestar de los consumidores y el aprovechamiento sostenible de los recursos naturales.
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