La Universidad de Costa Rica (UCR) fue la anfitriona de la ceremonia de clausura de la XXVI Olimpiada Costarricense de Matemática (Olcoma 2014), en la que se entregaron 66 medallas entre 132 estudiantes finalistas de secundaria de todo el país.
Ante un público numeroso constituido por familiares, profesores y organizadores de la actividad, uno a uno de los ganadores fue pasando al estrado principal a recibir su medalla de oro, plata y bronce o una mención honorífica, en las categorías A, B y C y una para los alumnos de mayor trayectoria dentro de las Olimpiadas.
El proceso se inició hace diez meses con la participación de 3000 jóvenes. Este año se logró mayor participación de estudiantes de todas las provincias y rincones del país, gracias a una jornada de divulgación y motivación para que los alumnos destacados en esta disciplina se inscribieran en las justas.
La Olcoma se realiza anualmente y es un esfuerzo conjunto de las cuatro universidades públicas: UCR, Instituto Tecnológico de Costa Rica (TEC), Universidad Nacional (UNA) y Universidad Estatal a Distancia (UNED) y del Ministerio de Educación Pública (MEP).
El coordinador del proyecto Olcoma-UCR y catedrático de la Escuela de Matemática de esta universidad, Dr. Pedro Méndez Hernández, destacó como el logro principal de las Olimpiadas del 2014 “el aumento sostenido en la participación de colegios públicos de zonas rurales, ya que pasamos de 1800 a 2500 estudiantes participantes en la primera eliminatoria y en años anteriores no hubo estudiantes ganadores de medallas de esos centros educativos.
“El año pasado hubo solamente una medalla de un colegio público rural”, comentó Méndez, mientras que este año se otorgaron nueve medallas a jóvenes de esos colegios.
Durante la ceremonia, el Mag. Rigoberto Corrales Zúñiga, representante del MEP, agradeció a las universidades públicas por “asumir el reto año tras año de impulsar un evento de alta calidad y de excelencia académica”.
Las universidades públicas aportan el personal necesario encargado de los aspectos logísticos y administrativos de las justas. Además, contribuye con docentes de Matemática responsables de preparar las pruebas, capacitar a los profesores de secundaria, impartir talleres a los estudiantes que participan en la Olimpiada nacional y preparar a los equipos que representan a Costa Rica en las olimpiadas internacionales.
La UCR, por su parte, posee una oficina dedicada a este proyecto, con salas para la atención de estudiantes y profesores. Estas instalaciones están ubicadas en un nuevo edificio situado en la Ciudad de la Investigación.
Y es que del proceso de olimpiadas nacionales surgen los estudiantes que representan al país en competencias internacionales, como la Olimpiada Internacional de Matemática, la Olimpiada Iberoamericana y la Olimpiada de Centroamérica y el Caribe.
Uno de los estudiantes que este año se destacó en estas justas internacionales es Kevin Coto Mora, del Colegio Científico Costarricense de Cartago, quien obtuvo Mención de Honor en la 55º Olimpiada Internacional, realizada en julio en Sudáfrica, y en la 29º Olimpiada Iberoamericana, realizada en setiembre en Honduras.
Para este joven fue una sorpresa obtener medada de oro en la Olcoma 2014, ya que “la competencia es muy dura”, según expresó.
Coto resaltó la participación de colegiales de centros educativos públicos de áreas rurales. “Las Olimpiadas tradicionalmente han estado dominadas por los colegios privados y científicos y del centro del país. Este año hubo más participación de colegios de zonas alejadas, ojalá esto siga así”, comentó.
Por su parte, Yokarime Rivera Solís, del Colegio Científico Costarricense de Limón, se sintió muy satisfecha de ganar por primer vez una medalla en Olimpiadas nacionales, y "demostrar que sí se puede, a pesar de provenir de una provincia en la que no se le da tanto importancia a lo académico ya sea por la delincuencia o la falta de empleo".
Rivera se refirió a la mejor participación femenina en la Olcoma 2014 y lo atribuyó a la aún escasa participación, falta de esfuerzo y de confianza en algunas. "Ese es un tabú que hay que ir quitando", opinó. Al mismo tiempo, recordó que ha habido mujeres que han ganado oro; por ejemplo, en las Olimpiadas de Biología y de Química.
Brandon Guido González se levanta todos los días muy temprano para llegar al colegio de Río Claro de Golfito, que dista a unos 10 kilómetros de su casa. Vive al otro lado del río, que debe cruzar sobre un maltrecho puente de hamaca construido con latas de zinc y caminar unos 20 minutos entre palmares para tomar el autobús.
Desde niño le gustan las matemáticas, aunque hasta este año descubrió la existencia de las Olimpiadas y se interesó por participar. “He aprendido mucho en los diferentes centros y capacitaciones que he recibido. He avanzado para desarrollar todas las habilidades que uno tiene y sacar el resultado ideal”, expresó mientras se preparaba para la prueba final que le deparó una medalla de bronce, la primera del Colegio Técnico Profesional Guaycará, en donde cursa octavo año.
Como Brandon, de 14 años, más de 20 estudiantes de colegios rurales lograron este año llegar a la eliminatoria final de la Olimpiada Costarricense de Matemática, lo cual fue posible gracias al trabajo de promoción de la Comisión de Olimpiadas y a la labor de los profesores tutores.
“Brandon ha demostrado interés desde el principio por participar. Él es muy bueno, capta, analiza”, aseguró Ricardo Araya Calderón, su tutor, quien lo apoyó, le aclaró dudas, le reforzó contenidos y le facilitó ejercicios para su preparación.
Hijo de un peón agrícola en las plantaciones de palma africana que dominan el paisaje de la zona sur del país y de una ama de casa, Brandon vive en la comunidad La Viquilla 4, en Río Claro. Tiene una hermana y dos hermanos menores en la escuela. Él estudia con beca que le otorga el Gobierno y ocasionalmente trabaja como chapeador en las fincas cercanas.
En su casa no hay luz eléctrica ni agua potable, esta última la recogen de una fuente. Estudia con candela y se ayuda con el teléfono celular “Él llega todos los días en la mañana a mi aula a cargar el celular. Procura estudiar en el día y los fines de semana”, comentó Araya.
Para Brandon, su primera participación en las olimpiadas ha sido una experiencia y un aprendizaje diferentes a lo que está acostumbrado. “La Olimpiada es muy diferente a como se enseñan las matemáticas en la escuela o en el colegio. Uno ve un tema y después hace un examen en el que responde preguntas respecto a ese tema. Aquí no, aquí hay que buscar la solución entre todo lo que uno sabe. Uno va despejando cosas hasta llegar a un resultado concreto”, aseguró.
Según Araya, el perfil que se busca de un estudiante de Olimpiadas es que tenga una percepción amplia, capacidad de análisis, la habilidad para solucionar problemas y disciplina. “La mayoría de estos chicos y chicas tienden a tener una madurez muy elevada”, explicó el docente.
“La actividad ha propiciado el desarrollo de valores de excelencia, ya que nos permite realzar la sana competencia”, fueron las palabras de agradecimiento de Brandon durante la ceremonia de entrega de medallas, en representación de todos los estudiantes participantes en la Olimpiada.
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