La violencia contra los niños, niñas y adolescentes tiene consecuencias para el resto de la vida, afirmó el rector de la UCR, Dr. Henning Jensen Peninngton, durante la inauguración del Programa de Investigación Violencia y Sociedad del Instituto de Investigaciones Psicológicas (IIP) de esta institución.
Esta iniciativa tiene como objetivo abordar esta problemática social desde varias disciplinas y marcos teóricos diversos, con el fin de aportar a su prevención y atención.
En ese sentido, Jensen destacó la importancia de este esfuerzo académico orientado a la búsqueda de metodologías y producción de conocimiento que sirvan para la formulación de políticas y estrategias para promover la convivencia solidaria y el derecho de todas las personas a una vida libre de violencia.
Según el rector, diferentes formas de violencia están instaladas en la vida cotidiana, por lo que el estudio de este fenómeno requiere ser atendido no solo por las Ciencias Sociales, sino también por otras áreas como las Letras y las Ciencias de la Salud.
El nuevo Programa del IIP dará continuidad al trabajo realizado durante más de 30 años por este centro de investigación con una visión transdisciplinaria.
Su coordinadora, M.Sc. Mónica Vul Galperín, aseguró que desde hace dos años se viene trabajando en esta iniciativa, con la cual se pretende incentivar la colaboración interuniversitaria en torno al estudio de un fenómeno “de alcance mundial”.
Anteriormente había conformada en la UCR una comisión interdisciplinaria adscrita a la Vicerrectoría de Investigación encargada de abordar este tema, que funcionó de 2007 a 2012. A partir de ese año se transformó en el nuevo Programa del IIP inaugurado el 8 de octubre con un foro de reflexión, en el que se contó con la participación de especialistas sobre el tema.
El Dr. Mariano Rosabal Coto, investigador del IIP, resaltó que pese a que en el 2008 se abolió el castigo físico, en la práctica esta forma de violencia aún prevalece especialmente durante los primeros cuatro años de vida del infante y se legitima su uso. “Gran parte del estilo disciplinar que predomina en nuestro país lo que genera es culpa, no conciencia”, advirtió el profesional.
Al respecto, el representante del Fondo para la Infancia de las Naciones Unidas (Unicef), Dr. Rigoberto Astorga Morales, afirmó que estudios realizados en el país indican que tres de cada diez adultos creen en el castigo físico.
Agregó que de 53 000 denuncias hechas en el 2013 ante el Patronato Nacional de la Infancia, la mayoría se relacionaba con violencia intrafamiliar y con negligencia.
Rosabal expresó que datos recabados por el Hospital Nacional de Niños sobre 20 tipos de violencia indican que la negligencia aparece como una de las formas de violencia en el ámbito familiar.
Para el experto, la negligencia es la desatención de las condiciones básicas de los niños o asumir que ellos tienen la capacidad de tomar ciertas decisiones, como por ejemplo, cuáles programas de televisión pueden ver. Igualmente puede ocurrir con los adolescentes, al no instruirlos en temas básicos como la sexualidad.
El especialista mencionó otros tipos de violencia presentes en nuestra sociedad, como la sexual, en centros educativos, en espacios públicos, cultural y asociada al tráfico y consumo de drogas. También habló de la violencia económica, trabajo y trata infantil y de la explotación sexual comercial en la que se utilizan a niños, niñas y adolescentes.
Para la Licda. Milena Grillo Rivera, directora de la Fundación Paniamor, la violencia es un fenómeno estructural, aceptado y perpetuado socialmente. “Hay una tolerancia legitimada, un contexto facilitar”, dijo la especialista, quien recordó que Costa Rica firmó hace 25 años la Convención sobre los Derechos del Niño.
Este instrumento internacional –señaló– constituye un imperativo ético y un mandato legal de rechazo de la violencia que el país debe asumir.
No obstante, a juicio de los participantes en el foro, el escenario actual no es alentador.
El representante de Unicef manifestó que aunque Costa Rica ha avanzado en el plano jurídico, en el cultural todavía hay un rezago, ya que la violencia es un problema que no solo le corresponde resolver al Estado, “es responsabilidad de todos, porque todos la reproducimos”, indicó.
Astorga alertó que la violencia limita el desarrollo pleno de los países y que esta se ejerce mediante el uso de la fuerza física y el poder. “Se disfrazan muchas de las formas de violencia que sufren los niños y los adolescentes”, agregó.
“La violencia está evolucionando al escenario virtual conforme la sociedad evoluciona. Nos estamos quedando cortos en cómo la abordamos”, concluyó.
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