Con una inversión de más de ¢420 millones, el viejo sótano de la Escuela de Química de la Universidad de Costa Rica (UCR) se convirtió en un verdadero complejo para la investigación y la docencia equipado con tecnología avanzada y espacios de trabajo adecuados.
Salidas de emergencia, mejor iluminación y climatización para los equipos, tuberías especiales para agua, agua destilada y gas propano, salas de instrumentos, una planta eléctrica y oficinas para los docentes, investigadores y asistentes son parte de las mejoras que disfrutan a partir de este semestre el personal y el estudiantado de esta unidad académica.
Este espacio alberga dos secciones de la Escuela de Química; la Sección de Química Inorgánica donde se imparten los cursos de Laboratorio de química inorgánica II y un curso de Materiales y Nanotecnología en conjunto entre la Escuela de Química y la Escuela de Física.
El profesor Eduardo Libby, coordinador de laboratorios de esta sección constató algunas de las mejoras que podrán disfrutar alrededor de 25 estudiantes por semestre: “con esta remodelación tenemos dos cuartos de instrumentos, uno para aparatos de medición especializados y un cuarto de pesadas y de instrumentos más sencillos, eso no lo teníamos antes”.
En la Sección de Química Industrial se ofrecen los cursos de Análisis técnicos, Laboratorio de procesos y Laboratorio de química de alimentos. También funciona la Unidad de Servicio a la Industria (LSA) con dos laboratorios donde se realizan investigaciones en los temas de energías y alimentos.
Allí los cambios fueron muy importantes según detalló la profesora e investigadora Guiselle Lutz quien coordina esta sección: “aquí la remodelación fue completa, no sólo se ve más bonito, más claro, más seguro, sino que se hizo un cambio total, se cambió todo el sistema eléctrico, todas las tuberías, todo el sistema de pisos y el sistema de desagües”.
En el sótano de la Escuela de Química también funciona la Unidad de Difracción de Rayos X y el equipo de Resonancia Magnética Nuclear (RMN) de 400 megahertz. Ambos equipos ahora se encuentran mejores condiciones que aseguran su funcionamiento y vida útil.
El M.Sc. Leonardo Rojas encargado del equipo de la Unidad de Difracción de rayos X explicó que este equipo está al servicio de toda la universidad mediante proyectos de colaboración con las escuelas de Física, Arqueología, Agronomía y Geología, entre otras áreas. Básicamente es utilizado para la identificación de fases cristalinas de materiales y sustancias desconocidas para investigar de qué están compuestos.
La estudiante de la maestría académica en química Geraldine Conejo Barboza, colaboradora de esta unidad, apuntó que el equipo está en mejores condiciones de espacio, aire acondicionado y electricidad y además ahora cuentan con área de trabajo.
Además de las remodelaciones del sótano, la Rectoría apoyó con la compra de un Clúster o “súper computador” con un costo de ¢25 millones para el desarrollo de investigaciones en química cuántica y computacional, mientras que la Vicerrectora de Investigación financió el equipo de refrigeración de ¢8 millones y el acondicionamiento del espacio para resguardarlo.
El profesor e investigador Dr. Cristopher Camacho, quien recientemente llegó a la Escuela con un doctorado en Química Cuántica es el encargado del clúster. Él detalló que este equipo es muy potente y permite realizar cálculos complejos y muy precisos para tratar de encontrar respuestas a procesos químicos de interés.
Debido a las altas cargas de trabajo que realiza éste súper computador, genera mucho calor y por eso requiere un ambiente controlado en frio y humedad, con paredes recubiertas de aislantes y otras condiciones para asegurar su buen funcionamiento, según detalló el Dr. Camacho.
El sótano de la Escuela de Química, más de cincuenta años de antigüedad, presentaba serios daños en su estructura y sistemas, en el cielo raso se filtraban aguas, así como problemas con el suministro eléctrico que interrumpía las labores y ponía en riesgo los equipos. Estas son tan solo algunas de las dificultades que recuerdan los estudiantes, docentes e investigadores que ocuparon el sótano en el pasado.
El Director de la Escuela Cristian Campos acotó que “la infraestructura está en mucha mejor forma de lo que estaba hace 10 o 15 años” además se aprovechó la remodelación para poner en operación la planta eléctrica “y eso ha sido un gran alivio para la parte docente y para que el equipo tan caro que está en ésta área tenga una vida útil mucho mayor”.
El pasado 14 de agosto personal docente de la Escuela de Química, así como sus estudiantes y autoridades, recibieron con júbilo el nuevo sótano donde se llevará a cabo una parte vital de la investigación y la docencia de esta unidad académica. El Rector de la Universidad de Costa Rica Dr. Henning Jensen Pennington y la Vicerrectora de Investigación Dra. Alice Pérez asistieron a la actividad.
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