Laura Topete González encargada de la Unidad del Sistema de Universidad Virtual de la Universidad de Guadalajara, considera que la educación continua tradicional y en su modalidad virtual, es una de las opciones que se ofrece desde las universidades públicas como una respuesta casi inmediata a las necesidades de formación de la comunidad.
Así lo manifestó en una entrevista concedida a la Oficina de Divulgación e Información, durante su pasantía en la Sección de Extensión Docente, de la Vicerrectoría de Acción Social de la Universidad de Costa Rica (UCR).
Al finalizar su formación profesional en las universidades, detalló Topete, los estudiantes cuentan con la opción de los programas de educación continua, los cuales les posibilitan la actualización y profesionalización en las temáticas que la globalización va incorporando.
En este mundo actual tan globalizado, tan acelerado, y tan cambiante en las necesidades de formación y de actualización y de profesionalización de los temas, es cuando más oportuna resulta la educación continua virtual afirmó la especialista mexicana.
En la virtualidad no hay aulas físicas, no hay profesor físico; todo sucede a través de la Internet, en una plataforma, los programas tienen un diseño instruccional muy bien cuidado pensando en que el estudiante va a aprender aunque el maestro no esté frente a él. Sin embargo si existe un asesor o facilitador del aprendizaje en línea, quien hace la retroalimentación y la evaluación.
En el programa de la Universidad de Guadalajara, explicó la profesora Topete, el programa de educación continua virtual está conformado por actividades académicas no formales, que suceden en modalidades no presenciales, de máximo 20 alumnos.
Detalló que los grupos pueden llegar a ser multiculturales pues la virtualidad posibilita la conexión entre gente de diversos lugares y condiciones por ejemplo: indígenas, persona no vidente, joven, adultos mayores, así la educación virtual promueve la equidad y la inclusión.
Según Topete, la modalidad virtual provee un acceso más rápido a la información y al conocimiento; “puedes tener en tu misma aula virtual tu curso, tu asesor, un monitor de problemas administrativos o tecnológicos, atención telefónica gratuita, correo electrónico, los recursos informativos (libros, láminas, audios, videos) que necesita el alumno está ahí mismo los materiales digitalizados, los recursos informativos”.
Según su experiencia, indicó la profesora, uno de los grandes retos de la educación continua es cambiar la concepción que algunos sectores privados y del sector público para que la asuman como una inversión que tiene retorno, porque permite la formación del personal y con ello la reducción de costos y aumento de productividad.
La educación continua sirve además, aseguró la especialista, como laboratorio de prueba y error para los programas tradicionales de formación de las universidades que desarrollan competencias en los estudiantes.
En las universidades públicas “marcamos tendencias para establecer indicadores mínimos para ofrecer educación continua” dijo la especialista y añadió que se trata de regulaciones necesarias en la educación continua de las universidades pùblicas y que hacen la diferencia.
Al conocer el enfoque comunitario de la educación continua en la UCR, con cursos para el adulto mayor, o para mujeres jefes de hogar, la académica mexicana destacó que “es un gran acierto de la UCR que en las últimas etapas de vida de la persona tengan la oportunidad de emprender algo.
Esto subrayó, influye en los aspectos emotivos, psicológicos, económicos de los estudiantes, que también es parte de los objetivos que las universidades están llamadas a lograr. “He notado aquí una educación continua enfocada desde diferentes ámbitos igual de importantes: lo psicológico, la salud, el movimiento humano, lo emocional como el duelo y la jubilación, que son cubiertos por la educación continua en la UCR”.
Finalmente la especialista señaló que encontró en la UCR una debilidad común con su universidad, no hay un concentrador absoluto de la educación continua. Esto hace que se dispersen esfuerzos, en lugar de sumarlos, “sí creo que debe hacerse en las diferentes áreas o facultades, pero debe de haber un área articuladora que los concentre, porque eso lo fortalece y permite tener un sistema de información de lo que sucede con la oferta de educación continua de la universidad”.
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