UCR premia a funcionaria del Recinto de Paraíso

El amor a su profesión y al estudiantado, es la clave que le ha permitido a Marlen Córdoba distinguirse en su trabajo(foto Anel Kenjekeeva).

Su dedicación excepcional a las y los estudiantes del Recinto de Paraíso de la Universidad de Costa Rica (UCR), le valió a la Magistra Marlen Córdoba Cortés el Premio Anual de Funcionarios (as) Destacados (as) del Sector Administrativo 2013 que otorga anualmente la Institución, en la categoría individual.

Orientadora por vocación y funcionaria de la Unidad de Vida Estudiantil de ese recinto de la Sede del Atlántico, Marlen es de esas líderes que mediante un trabajo de “hormiga”, casi imperceptible, marca la vida de muchas y muchos jóvenes, haciendo posible que su paso por la Universidad sea de lo mejor y procurando que la Institución proyecte su mejor cara a la comunidad.

Con la humildad que la caracteriza, dice que esta distinción la tomó por sorpresa pues considera que la labor realizada no habría sido exitosa sin el aporte de sus compañeros y compañeras del Recinto y sin las experiencias compartidas con todas aquellas personas con las que ha trabajado desde que ingresó a la UCR en 1984, primero como funcionaria en la Sede Rodrigo Facio y luego en la Sede del Atlántico en Turrialba.

¿Su secreto? Para Marlen el amor a su profesión y por supuesto a las y los estudiantes, es el motor que le ha permitido desarrollar de una mejor manera su trabajo. “Sin los estudiantes, no habría Universidad y yo no podría hacer mi trabajo. Yo me identifico con ellos con gran facilidad y poder apoyarles y acompañarles mientras permanecen en la Institución hasta que se gradúan me genera gran satisfacción y realización, esa es la clave”.

Para su jefa, la M.A.G. Elvia Ureña Salazar, directora del Recinto de Paraíso, una de las fortalezas de Marlen ha sido su empeño por continuar capacitándose a lo largo del tiempo. “Eso le ha permitido abordar su quehacer en la Unidad de Vida Estudiantil con elementos teórico-metodológicos y conocimientos para construir instrumentos que consideren la diversidad personal y cultural de cada estudiante, de manera tal que su intervención sea más profesional”.

“Sin los estudiantes, no habría Universidad y yo no podría hacer mi trabajo”, reconoció la homenajeada (foto Anel Kenjekeeva).

Señaló que junto con sus fortalezas profesionales, el apoyo que ella brinda al estudiantado va más allá que lo que hace cualquier orientadora de la Universidad de Costa Rica, dado que su atención es personalizada. “Esto se evidencia más cuando los estudiantes enfrentan condiciones económicas difíciles, pues se encarga de buscar por todos los medios ayuda para que ellos puedan continuar con sus estudios y alcancen su meta”.

Por eso, no es extraño escuchar a las y los estudiantes en los actos de graduación agradecer a Marlen la ayuda que les ha brindado durante su carrera. Asimismo, la comunicación que siguen manteniendo con ella, ya sea por teléfono o por correo electrónico.

En opinión de Ureña su labor de orientación también se ha visto reflejada en la interacción con el personal docente del recinto, con quienes ha hecho énfasis en la importancia de utilizar estrategias didácticas que promuevan la igualdad de oportunidades educativas para todas las personas. “En general, el quehacer de toda la Unidad de Vida Estudiantil, bajo el liderazgo de la compañera Córdoba, se ha distinguido por su calidad, dado el esmero con que lo realizan sus colaboradoras”, explicó Ureña.

Además de liderar la organización de las graduaciones, la puesta en marcha de las actividades sociales del personal docente y administrativo y de fungir como consejera y confidente de cada uno de sus compañeros y compañeras, Marlen Córdoba también se ha preocupado por aportar a la comunidad de Paraíso a través de la Feria de la Salud, actividad de trascendencia regional que coordina desde hace ocho años.

Esta distinción anual, que será entregada el próximo miércoles 28 de agosto, a las 10 de la mañana, en una ceremonia al aire libre, entre los edificios administrativos A y B, fue instituida por el Consejo Universitario en 1994 con el propósito de estimular el trabajo destacado del personal administrativo.

En esa oportunidad se premiará también el trabajo colectivo del personal administrativo que labora en la coordinación del Programa Permanente de la Prueba de Aptitud Académica, del Instituto de Investigaciones Psicológicas (IIP).