En sus casi 35 años de existencia, el Centro de Investigaciones en Ciencias del Mar y Limnología (Cimar) de la Universidad de Costa Rica (UCR) ha realizado 800 publicaciones científicas sobre ciencias acuáticas, lo que refleja su madurez y su elevada producción académica en el contexto universitario nacional.
Según su director, el Dr. Álvaro Morales Ramírez, este centro, creado en 1979, logró pasar de 12,4 publicaciones anuales en la primera década a 18,9 en la segunda, en la tercera realizó 24,5 y durante la presente 58,8 publicaciones anuales sobre temas relacionados con los océanos y sus recursos y con los cuerpos de agua dulce.
“En un país como el nuestro, que desde el punto de vista político hasta hace muy poco tiempo decidió volver los ojos al mar, este hecho es de mucho significado”, afirmó Morales.
En la actualidad, el Cimar cuenta con 20 investigadores dedicados exclusivamente a la generación de conocimiento mediante la investigación científica. También mantiene colaboraciones con investigadores asociados de otras universidades o de centros de investigación para la realización de proyectos conjuntos.
Según explicó el Dr. Morales, entre las publicaciones realizadas por el Cimar hay libros, capítulos de libros y artículos; estos últimos son publicados en revistas científicas de circulación internacional y son indexados, es decir, un comité editorial y especialistas externos revisan y validan la información científica.
La tendencia en los últimos años es publicar sobre temas ecológicos, a diferencia de períodos anteriores en los que predominaron los trabajos sobre diversidad biológica.
“Hemos duplicado casi las publicaciones de carácter ecológico, pasaron de casi 60 a 115, lo que refleja un proceso de maduración del Centro, en busca de esos grandes temas ecológicos, interdisciplinarios y multidisciplinarios”, detalló.
Igualmente, las publicaciones en oceanografía y meteorología crecieron casi un 50 %.
La preocupación del Cimar es la generación de conocimiento para facilitar la toma de decisiones en el ámbito político, dijo Morales.
Si bien la información no siempre llega a los niveles de decisión más altos –aseveró–, sino que es interpretada en los mandos medios, es importante que las autoridades la tomen en cuenta a la hora de diseñar políticas públicas.
“Es hasta ahora que se está empezando a prestarle mayor atención al mar y a sus recursos y que los políticos se están dando cuenta de que el conocimiento científico es necesario”, comentó el académico.
Por ejemplo, el manejo integrado marino-costero es uno de los temas relevantes que el país debería incluir en una política nacional de mares. Asimismo, la población está viviendo más de cerca el impacto de los fenómenos costeros, como la erosión.
El tema de la diversidad de las especies acuáticas también ha sido ampliamente investigado en el Cimar. El resultado de estos estudios se resumió en un libro publicado en el 2009, en el cual se revela que la diversidad marina costarricense representa el 3,5 % de la diversidad marina mundial.
“Este es un dato muy importante para tomar decisiones sobre la conservación marina y la protección de los recursos y los ecosistemas marinos”, argumento el biólogo.
En su criterio, las publicaciones científicas también son el reflejo de las interacciones y de la cooperación interinstitucional, ya que en los trabajos de investigación participan especialistas de diferentes áreas y países.
La descripción de especies nuevas para la ciencia es otro de los resultados de las publicaciones científicas.
Los investigadores del Cimar han descrito 45 especies nuevas, entre las cuales se encuentran peces, microcrustáceos (copépodos, cumáceos), abanicos, caracoles y octocorales.
De los anteriores, nueve especies han sido dedicadas al Cimar y a su personal científico. Asimismo, investigadores asociados han descrito 11 especies. Harlan Dean, del Museo de Zoología de la Universidad de Harvard, describió ocho nuevas especies de gusanos marinos en el 2007.
Cerca de un 40 % de las publicaciones del Cimar se han efectuado en la Revista de Biología Tropical de la UCR, cuyo factor de impacto es de 17,0. Este indicador mide la importancia de una publicación científica de acuerdo con el número de veces en que los artículos publicados son citados durante un período de dos años y el número de artículos publicados en ese período. Es calculado por el Instituto para la Información Científica (ISI).
“Hemos publicado bastante en la Revista de Biología Tropical porque es muy buena, es indexada, es la única de América Latina que está en el Current Contents Connect y tiene una amplísima distribución en los cinco continentes”, argumentó Morales.
Algunos artículos también se han publicado en otras revistas especializadas de renombre internacional que publican solo en inglés, así como en revistas latinoamericanas muy reconocidas.
Para el científico, en función de los objetivos que persiga un investigador, así debe orientar sus publicaciones: “Muchas veces queremos publicar en revistas muy reconocidas porque llegan a la comunidad científica internacional y a especialistas de mucho renombre, entonces escribimos en inglés, que es el idioma universal. Pero hay otro tipo de información que nos interesa divulgarla en la región. Entonces debemos acudir a publicaciones latinoamericanas”.
Publicar en las revistas de mucho prestigio tiene un costo elevado y esto a menudo constituye un obstáculo para los investigadores, porque los proyectos tienen poco presupuesto para este rubro.
“El Cimar ha hecho un aporte muy importante con estas 800 publicaciones científicas al conocimiento universal y en el país le ha dado a conocer la riqueza biológica y los aspectos relacionados con nuestros ambientes y recursos”, concluyó el director de este centro.
La publicación número 800 del Cimar corresponde al artículo Proyecciones hidrológicas del cambio climático en Centroamérica, de los investigadores Dr. Hugo Hidalgo, de la Escuela de Física; Dr. Jorge Amador Astúa, del Centro de Investigaciones Geofísicas (Cigefi); Dr. Eric Alfaro, del Cimar, y Dra. Beatriz Quesada, de la Universidad de Upsala, de Suecia.
Mediante un conjunto de simulaciones matemáticas, en el estudio se realizan proyecciones del clima para los años 2050-2099 en la región centroamericana, y se analizan patrones de precipitación, de escorrentía y de sequía.
Los resultados muestran que en el futuro habrá un decrecimiento de la escorrentía. Asimismo, los investigadores concluyeron que en el norte de Centroamérica (Guatemala, El Salvador y Belice) la temperatura podría aumentar en 3º C durante el período analizado, mientras que en el sur (Honduras, Nicaragua, Costa Rica y Panamá) se podría incrementar en 4º C.
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