La Finca Experimental de Santa Ana (FESA) de la Universidad de Costa Rica acondicionó un espacio provisional para realizar pruebas de factibilidad de un vivario que albergue ejemplares de distintas especies silvestres, que se requieran para investigación.
Las especies que se pretende mantener no son tradicionalmente reconocidas como animales experimentales de laboratorio, por lo tanto se deben realizar estudios y adquirir experiencia en su manutención y reproducción en cautiverio.
De momento se está experimentando con serpientes, grillos, cucarachas, escorpiones, arañas, lagartijas y renacuajos.
La iniciativa es liderada por el Dr. Mahmood Sasa Marín, herpetólogo e investigador del Instituto Clodomiro Picado (ICP), quien explicó que muchas investigaciones sobre ecotoxicología, toxinología y ecología requieren este tipo de animales como modelos experimentales.
Según lo manifestó con el avance de la investigación en diferentes campos de las ciencias naturales y biomédicas aumenta la necesidad de contar con animales silvestres para experimentación y observación científica.
Por ejemplo citó que en una ocasión “un investigador estaba interesado en estudiar los inhibidores de toxinas que existen en algunos marsupiales americanos, como los zorros pelones, pero no tenía la experiencia para poder mantener esos animales. En casos como este, el vivario podría convertirse en un lugar donde se puedan mantener zorros pelones a petición del investigador”, manifestó el Dr. Sasa, especialista en el estudio de anfibios y reptiles.
Para crear el vivario se requiere no sólo del espacio y recintos para mantener adecuadamente los animales, sino además personas experimentadas en el manejo de estas colecciones vivas.
Mencionó que por ejemplo en el ICP están interesados en el mantenimiento de artrópodos que sirvan de modelo para estudiar la forma en que ciertas toxinas actúan sobre ellos, especialmente las provenientes del escorpión. Así mismo, para estudiar cómo el escorpión utiliza el veneno para paralizar a sus presas.
El investigador explicó que en ese caso las presas naturales son otros artrópodos o insectos.
Añadió que si se utilizan ratones, lo que se obtendría es un modelo de envenenamiento de un escorpión hacia un mamífero, en lugar de un modelo de lo que realmente ocurre en la naturaleza.
Para un estudio así, se requiere un lote grande de artrópodos e insectos en cautiverio, simulando su hábitat.
Esta idea le surgió al Dr. Mahmood Sasa a raíz de un estudio que planeaba realizar sobre la conducta de las serpientes para rastrear a sus presas después de inyectarles el veneno.
Una investigación de este tipo requiere espacio para recrear el hábitat natural de la serpiente en presencia de roedores y en las instalaciones del ICP en Coronado esto no es posible, en las condiciones actuales.
El Dr. Sasa informó que el vivario se diferencia del bioterio en que en el primero se tienen animales silvestres, mientras en el segundo animales domésticos.
Para hacer realidad esta idea se requiere contar con “gente que esté capacitada en el manejo de animales, pero que abarque una gama importante de especies, desde insectos hasta mamíferos”, comentó.
Añadió que el vivario “podría ser parte de un programa más general de conservación de especies silvestres en peligro de extinción mantenidas ex situ; es decir fuera de su hábitat natural”.
En ese sentido, Sasa y otros investigadores nacionales están interesados en la posibilidad de emplear espacios en la reproducción de especies de anfibios y reptiles amenazados con el fin de mantener acervos de estos animales en cautiverio.
El costo no sería muy elevado, ya que para construir los diferentes hábitats, se utilizarían contenedores de transporte marítimo adaptados, lo cual ya se está haciendo en otros países con bastante éxito y economía.
Según detalló el especialista además se podrían pedir contribuciones de las partes interesadas en experimentar, reproducir y conservar ciertas especies.
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