Teólogo pone sus esperanzas en el nuevo Papa

“No importa que el Papa hable o no hable de la Teología de la Liberación, importa que diga a los cristianos la realidad de los pobres del mundo que están creciendo y dentro de esa opción poner el gran pobre que es la Madre Tierra, que tenemos que curarla de lo que le hemos hecho y evitar heridas futuras”: Boff (foto Anel Kenjekeeva).

“Yo espero que este Papa tenga el coraje, la fuerza interior para hacer intervenciones que son fundamentales para rescatar la credibilidad de la iglesia, porque ella no puede atacarse desde fuera, sino desde dentro, desde su manera de organizarse”, según expresó el teólogo, filósofo, escritor, profesor y ecologista brasileño Leonardo Boff, durante la conferencia que ofreció en el Auditorio de Derecho de la UCR.

Boff, quien conoció a Bergoglio en 1972 en el colegio que tienen los jesuitas en Buenos Aires, dijo que tiene mucha esperanza que Dios “se ha compadecido de la humanidad, de la iglesia, y nos ha regalado una persona humilde, sensata que se despoja de todos los poderes y que puede dar un rostro nuevo a la iglesia, que sea el rostro del siglo XXI”.

Su conferencia giró en torno al tema La relación iglesia-sociedad en América Latina a la luz del Papa Francisco y fue organizada por la Cátedra U sobre Transdisciplinariedad, Complejidad y Ecoformación de la Vicerrectoría de Docencia, en coordinación con la Universidad de La Salle y la Carta Internacional de la Tierra, en el marco del curso sobre “Sostenibilidad ambiental” que impartió en nuestro país.

“El nombre Francisco es más que un nombre, es un proyecto de Iglesia, es un proyecto de mundo que ya estaba presente en San Francisco, en la Iglesia pobre, en las bases, con los humildes, con los despojados de todo poder”: Leonardo Boff (foto Anel Kenjekeeva).

La presentación del conocido cofundador de la Teología de la Liberación estuvo a cargo del vicerrector de Docencia, Dr. Bernal Herrera Montero, quien expresó que Boff “comprometido con la vida en el planeta ha venido abogando por una nueva ética planetaria, un nuevo paradigma de convivencia entre la naturaleza y la humanidad y planteando la necesidad de hacer de la vida y el respeto a la diversidad natural y cultural el eje central de la actividad humana”.

Al respecto indicó que son muchas las preguntas que surgen en estos momentos, por lo cual se permitió plantearle dos, la primera relativa a las posibilidades que tiene el nuevo Papa de cambiar el accionar de la Iglesia católica, y la segunda en torno a la capacidad de revitalizar la iglesia en América Latina.

“Estamos en una encrucijada que, con independencia de si se es católico o no, creyente o no, se impone una profunda reflexión sobre esta posible nueva etapa de las relaciones iglesia católica-sociedad en particular en este continente, el más católico del mundo, y pocas personas están tan capacitadas para ayudarnos en esta tarea que Boff, uno de los más connotados agentes de esa iglesia social que la iglesia oficial ha intentado y a la fecha sigue intentando, afortunadamente sin éxito, silenciar”, enfatizó Herrera.

“Yo creo que el Papa va a tener dificultades y que algunas veces tendrá que recurrir a lo que establece el Canon 3, 3, 1 que le da el poder absoluto para intervenir”: Boff (foto Anel Kenjekeeva).

Iglesia testimonio e iglesia diálogo

Con su habitual chispa y sentido del humor, las primeras frases de Boff fueron “No me gusta hablar detrás de la mesa porque es un obstáculo epistemológico”, a lo cual el público respondió con amplias sonrisas y aplausos, lo que se repetiría a lo largo de su disertación.

En cuanto al tema de la conferencia indicó que es actual, pero es un poco arriesgado ya que no han transcurrido cien días de la elección del papa Francisco, “por eso no tenemos la distancia suficiente para hacer un juicio más exacto y equilibrado”. Sin embargo, cree que ha dado señales importantes de que muchas cosas van a cambiar en la Iglesia, porque él mismo ha cambiado, no porque lo eligieron papa, porque ya había hecho cambios en su vida en Argentina y por su opción por los pobres.

Según dijo Boff para entender ciertas tensiones que hay en la iglesia, es necesario conocer dos modelos fundamentales que están vigentes, pero que no compaginan muy bien. El primero es la visión de Iglesia como testimonio y la segunda la Iglesia como diálogo.

Según dijo el Dr. Bernal Herrera, las reflexiones de Boff abarcan un amplio espectro de las realidades del mundo y eso lo vemos reflejado en la variedad de su obra (foto Anel Kenjekeeva).

Al respecto señaló que Juan Pablo II y Benedicto XVI entendían la iglesia como la instancia de testimonio, como la realidad completa, que no necesita dialogar, conocer el mundo porque tiene todo lo que necesita, tiene el depósito de la fe. Ella es la única portadora de la verdad, la única intérprete legítima de la ley natural y la única representante de Cristo. “El problema es que es un castillo muy bien construido, pero ahora está en ruinas”, recalcó Boff.

El otro modelo de iglesia es la del Concilio Vaticano II, especialmente de Pablo VI, que quiere dialogar con toda la sociedad, con el mundo, que enseña pero también aprende mucho de ese intercambio, en el presupuesto que el Espíritu Santo llega antes del misionero.

Boff indicó que ese diálogo se había terminado con los dos últimos papas y sobre muchos temas era literalmente prohibido hablar, como el aborto, el sacerdocio de las mujeres y los contraceptivos; “quien hablara era inmediatamente un peligro”.

El buen sentido del humor de Boff hizo sonreír al público presente en el Auditorio de Derecho (foto Anel Kenjekeeva).

Agregó que hay que partir del hecho de que no existe solo Occidente, el mundo cristiano. “Estamos en una etapa nueva de la tierra y de la humanidad que es la etapa planetaria en donde todos los pueblos se encuentran en un mismo lugar, que es la casa común la Tierra”.

“Ahora en la gran cuenca del Pacífico está el nuevo centro económico, financiero, tecnológico de la humanidad. Sin embargo somos solamente el 2% de cristianos en esta parte tan importante. Estamos absolutamente ausentes y tenemos que estar allí, porque allí se van a tomar decisiones que pueden significar vida o muerte de la humanidad, de la civilización”.

Por lo cual considera que viene bien un papa del gran sur, donde están los pobres del mundo, donde las iglesias ya no se presentan como espejo de las europeas, pues han hecho ensayos de vida cristiana, de pastoral, de liturgia y tienen sus propios mártires ya canonizados por el pueblo, como Óscar Romero, Hélder Cámara y tantos otros.

Después de su conferencia numerosas personas se acercaron a saludarlo y a que les firma sus libros (foto Anel Kenjekeeva).

Que bueno que sea jesuita

En cuanto al nuevo papa, Boff señaló que es bueno que Francisco sea jesuita, porque los jesuitas son muy bien formados, son de una modernidad, son duros, tienen estrategia. “Allí (el Vaticano) no hay que ser franciscano, porque el franciscano es muy dulce, muy bueno y tiene que comprender y allí no hay que comprender nada, hay que meter la mano”.

Con respecto a la situación de crisis que vive la Iglesia católica por las denuncias de pedofilia y manejos de dinero del Banco Vaticano expresó que, “nosotros tenemos que ayudarlo con una crítica positiva, deseando lo mejor, que pueda realizar una misión realmente liberadora, que limpie y que rescate el sentido original del cristianismo, porque ahora tenemos una iglesia patológica, que tiene que ser curada y él tiene la posibilidad de hacerlo con cambios fundamentales”.

“Puedo imaginar, dijo, como muchos obispos y cardenales están muy molestos en estos momentos, porque el Papa tiene extrema humildad, se despojó de todos los símbolos de poder, no está en la gran habitación donde siempre vivieron los papas sino en un cuartito pequeño, y no se llama Papa sino Obispo de Roma, que corresponde a la más antigua tradición de la iglesia”.

Representantes de la Federación de Estudiantes de la UCR le regalaron una camiseta de la FEUCR y un tomo que incluye los libros Mamita Yunai y Gentes y gentecillas, de Carlos Luis Fallas (foto Anel Kenjekeeva).

En este sentido cree que muchas personas están deseando que convoque a un III Concilio Vaticano, no de obispos, sino de la cristiandad, donde haya representantes de los laicos, de mujeres, de religiosos, de las iglesias luteranas, protestante, e incluso personas civiles y ateos, que tengan un saber específico, una profunda ética, un sentido de ayudar a entender el mundo, para definir los caminos del cristianismo hacia el siglo XXI, el cual aún no se ha inaugurado y “yo creo que con él se va a inaugurar y se va a inaugurar la serie de papas que vendrán del Tercer Mundo”.

Para Boff hacen faltan líderes mundiales que convoquen la conciencia para la responsabilidad colectiva, y Francisco puede ser uno de esos líderes mundiales, sin ser autoritario pero profundamente espiritual, “porque nadie tiene la altura moral, la densidad ética que él puede tener”.

De cara a América Latina

En su opinión el nuevo Papa será importante para América Latina, porque se están consolidando democracias de cuño popular, que hacen grandes proyectos para el pueblo, de cero hambre, de luz para todos, de vivienda, de agua, de una visión más bien centrada en la gran población, no en las minorías.

“Yo creo que su manera de ser, de predicar y los acentos que pone van a reforzar ese tipo de democracias y que será bueno para nosotros tener un papa que ponga en apuros e incomodidad al Opus Dei y a Comunión y Liberación, porque la base social de los dos papas anteriores eran los grupos más fundamentalistas que tenían mucho poder, mucho dinero y que ayudaban al Vaticano”.

Según indicó Boff, “el ejemplo del papa será un reto para muchos, para ser efectivamente sacerdotes y obispos más pobres, más humildes, y terminar con el carnaval que se realiza en Roma cuando desfilan los cardenales, con esa pompa que han copiado de los príncipes renacentistas y que perdura hasta hoy”.

Agregó que ahora es otro tiempo, un tiempo más cercano a Jesús, de conversión real, lo cual para él es dejar el centro y marcharse a la periferia, donde están los pobres, donde la Iglesia puede mostrar su dimensión de liberación, su dimensión de presencia, de humanidad, de reforzar a los que están débiles, de dar coraje a los pobres para que sepan salirse y hagan su camino.

Cree que este Papa tendrá un ojo más místico para descubrir por detrás de las cosas a Dios presente, actuando en todo, en la humanidad y no solo en la iglesia, y que hay que cultivar la veneración, el respeto, los valores y los caminos espirituales de solidaridad con los últimos.

“Lo que Jesús quería era crear otra religión -había muchas en aquel tiempo- un hombre nuevo, una mujer nueva que fuera más sensible, más solidaria, con amor  incondicional incluyendo a los enemigos, que fueran más humanos, más espirituales. Y para realizar el sueño de Jesús, un papa Francisco, jesuita y franciscano, ternura y vigor, puede ayudarnos en eso tan vital”, concluyó el teólogo Leonardo Boff.