Profesores, estudiantes y académicos se reunieron el lunes 18 de noviembre en el Auditorio de la Facultad de Educación para celebrar la graduación de 26 adultos y adultas mayores de 21 años que completaron el Tercer Ciclo de Educación General Básica y el Ciclo de Educación Diversificada.
El Programa de Educación Abierta (PEA) nació en el 2005 y, desde entonces, sirve de puente para que funcionarios y funcionarias de la Universidad, así como otras personas de las comunidades puedan iniciar, continuar y concluir sus estudios de primaria o secundaria. Al momento han egresado 290 personas y este año finalizó su octava promoción.
Según el reciente informe del Estado de la Educación, el grueso de la población total que tiene acceso a la educación se encuentra entre los 25 y 60 años, lo cual representa un 47% de la población. Este Programa ayuda a mantener estos índices formando criticidad en los estudiantes, según informó la directora del PEA M.Sc. Sonia Solís Umaña.
“Debemos ir más allá de solo propiciar el derecho a la educación: que todas las personas tengan acceso a estudiar y a desarrollar sus capacidades, sus libertades y saber cuáles son las oportunidades que les brinda el medio ambiente”, aseveró en su discurso la M.Sc. Solís.
Añadió que “el derecho a la educación ayuda a propiciar la actitud crítica ante la vida. Nos obliga no solo a enseñar y a aprender, pero también a analizar, a informarnos bien para tomar las mejores decisiones ante las situaciones que se nos presentan en la vida. Una educación que no haga esto, no es educación”.
La mayoría de los graduados son personas adultas con responsabilidades laborales y familiares. Esto hace que el proceso de estudio se convierta en todo un desafío para ellos. La felicidad, entonces, es evidente cuando se logra culminar el ciclo de estudios.
La estudiante Ligia Mora de 48 años, quien después de dos años de esfuerzo en medio de sus obligaciones como trabajadora, madre y esposa pudo completar su anhelo manifestó “para mí significa lo máximo, fue alcanzar una meta que había dejado perdida hace muchísimos años y gracias a este Programa lo he logrado, y ahora quiero seguir más”.
“Hubo muchas situaciones difíciles pero el apoyo del PEA es muy bueno. Más que todo para uno que es un adulto y que le cuesta el doble, por situaciones de trabajo, familia y todo, esto es un logro bastante feliz”, manifestó el estudiante de 37 años Radder Guillén, quien aseguró que ya está preparado para ingresar el año próximo a la UCR para estudiar enseñanza del español.
El PEA gradúa en promedio entre 25 y 29 personas al año; actualmente son más mujeres que hombres. “Son mamás, gente que trabaja en tiendas, amas de casa, que necesitan un título para insertarse en mejores condiciones al trabajo”, afirmó Solís.
“Nuestros estudiantes generan en nosotros un gran respeto. Estas personas que tienen el valor, después de 20 años de haber salido de la escuela o del colegio, de iniciar un proceso de reaprender cómo aprender. Son impresionantes y muy valientes”, expresó el trabajador social Andy Vargas funcionario del programa.
Según Vargas, el PEA es uno de los programas de mayor retención a nivel nacional, pues incurre en un proceso de seguimiento con los estudiantes para evitar que abandonen el Programa. El trabajador social asegura que la retención escolar es superior al 80%.
El Programa está coordinando con entidades universitarias para ampliar la oferta de ingreso pues, según una investigación realizada, cerca de la mitad de los trabajadores de la Universidad no cuenta con la secundaria completa.
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