Adultos y adultas mayores protagonizan tres proyectos artísticos de la sección de Extensión Cultural, de la Universidad de Costa Rica, lo que les han provocado un vuelco positivo en sus vidas.
Se trata del espacio “Difusión del arte visual y plástico en Puntarenas” en el cual 24 adultas mayores y amas de casa participan en talleres de pintura en vestuario. Este proyecto se desarrolla desde agosto en la comunidad de Mojón de Esparza, Puntarenas y tiene como propósito el desarrollo de habilidades motrices, cognitivas y sensoriales de las participantes, en aras de potenciar dichas capacidades también en su vida cotidiana.
“El área artística desempeña un papel fundamental en la conciencia y comprensión de la cultura, de lo propio y la diversidad cultural, en la apreciación de las manifestaciones artísticas y patrimonios culturales, respeto a las ideas y formas de expresión”, expone la Licda. Fainix Mayorga, coordinadora del proyecto y facilitadora de los talleres.
Pintura acrílica sobre diversas telas y pintura con marcadores especiales para tejidos son las principales técnicas que utilizan para intervenir prendas de vestir, bolsos y paños, entre otras. Además, estas mujeres han aprendido diversos métodos de aplicación de pintura, tales como el estarcido, la utilización de plantillas, pinceles, delineo y marmoleado.
El próximo 11 de noviembre se realizará la muestra final de las prendas decoradas por estas talentosas adultas mayores y amas de casa, en el Salón Multiuso de la Sede del Pacífico de la UCR. La entrada será gratuita y abierta a todo público.
Para más información escribir al correo faizqwznixm @gmailzesx.com
La agrupación folclórica Al Son de la Vida está integrada por 30 bailarines entre los 54 y 81 años, inscritos en el Programa Integral para la persona Adulta Mayor (PIAM). Este proyecto promueve la revitalización de las capacidades físicas y psicológicas de sus integrantes, a través del aprendizaje y la interpretación de bailes folclóricos costarricenses.
“Esto lo motiva a uno a esforzarse, a ejercitar la memoria porque tenemos más de 24 coreografías, sirve como ejercicio físico, nos flexibiliza y además este ritmo de folclore nos da mucha energía”, indica doña Marta Mora, una de las bailarinas que se mantiene con la agrupación desde sus orígenes en el 2008.
Por su parte, el proyecto Talleres participativos para la difusión del teatro de títeres como instrumento socioeducativo está dirigido a la población adulta mayor del barrio Joaquín García Monge, en Alajuelita, una comunidad en riesgo social. Las participantes, de la mano de la Licda. Olga Luján, aprenden a crear títeres y máscaras de cartón y materiales reciclables. Luego realizan obras teatrales con sus creaciones e imparten talleres para las y los niños de su propia comunidad, empoderándose así del conocimiento adquirido.
El proyecto “me ha cambiado mucho porque yo soy una mujer viuda, no tengo chiquitos en mi casa, entonces ahora me dedico a darles amor a otros que también necesitan, porque yo me siento sola; entonces aquí vengo a pasar el rato (…) por gusto yo pasaría todo el día aquí pero tengo que hacer cosas en mi casa”, reveló doña Ana Rosa Barquero, adulta mayor de 65 años.
El impacto en las y los participantes de estos proyectos orientados hacia las personas adultas mayores se evidencia en distintas facetas físicas, emocionales y psicológicas; pero sobre todo en las sonrisas y el disfrute que tienen en estos espacios de esparcimiento y aprendizaje.