El Premio Florencio del Castillo 2013 reconoce el aporte que hace una o un costarricense a la ciencia y el arte, de ahí que resulta más que oportuno que en la edición 2013 el tributo haya sido otorgado al gran maestro escultor Néstor Zeledón Guzmán.
Dicho galardón lo otorgan conjuntamente la Escuela de Administración Pública de la Universidad de Costa Rica (UCR) y Fundapax, organización que desde 1974 se dedica a preservar y mejorar los valores de la sociedad en el país.
En la actividad de entrega celebrada a inicios del presente mes de octubre en el Auditorio de la Facultad de Ciencias Económicas, el artista Néstor Zeledón, de 80 años de edad, se mostró muy complacido por haber sido elegido en esta ocasión e hizo un recorrido breve por su vida.
“Yo nací en Guadalupe en 1933, en ese tiempo era un pueblo pequeño de sólo dos calles y con cafetales a los lados de la Iglesia, ahí fui cogedor de café, sembré hortalizas y me uní como músico a la filarmónica local. Salí de Guadalupe en 1948 después de acontecimientos sumamente tristes provocados por la revolución, éramos Calderonistas. Tenía 15 años cuando se desató la guerra civil, me escapé de mi casa y me uní a una columna de Vanguardia Popular, cuando se perdió la revolución nos fuimos a vivir a Guanacaste”, contó.
Añadió que “en esas aventuras estaba llenando mi espíritu de vivencias, estaba conociendo al pueblo, estaba conociendo el paisaje. Cuando estalló la guerra civil de 1955 también combatí ahí debido a que políticamente era muy inquieto, estuve como exiliado político en Nicaragua durante un año porque estaba acusado de traición a la patria; con 22 años había combatido en dos guerras”.
El maestro Néstor Zeledón entró a la Facultad de Bellas Artes de la UCR en 1950 y en 1958 obtuvo la licenciatura pero se quedó en la academia como profesor hasta 1983, año en que se pensionó siendo catedrático universitario.
A partir de ese momento se dedicó casi exclusivamente tanto a la escultura como al dibujo, y su trabajo le valió obtener el Premio Nacional Aquileo Echeverría como escultor en 1967 y 1971, y como dibujante en 1976, además del Premio Nacional de Cultura Magón en 1992.
Néstor Zeledón es quizá el más reconocido artista costarricense y prueba de ello es su participación en la IV Bienal de Sao Paulo, Brasil, la II Bienal de Arte Hispanoamericano en México y diversas exposiciones de sus obras en los continentes americano y europeo.
“Con 39 años inicié la construcción del monumento a don Cleto González Víquez, 12 m. de altura en granito, por dicha salí bien porque era una aventura demasiado grande. Después de eso empecé un periodo grande de navegaciones: al mismo tiempo que era profesor dedicaba mi tiempo libre a navegar por el Golfo de Nicoya en un bote de vela de nombre Adelfa. Recorrí el Golfo de un extremo a otro, conversaba con la gente, con pescadores y como resultado de esas andanzas han quedado dos exposiciones de dibujos y un libro de cuentos”, recordó el artista.
Escultor, dibujante, profesor universitario, amante de las motocicletas y de la navegación, Néstor Zeledón Guzmán es un icono de la cultura costarricense y latinoamericana que mantiene viva su pasión por crear arte con sus propias manos.
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