Zapatito cochinito cambia de piecito, ambo ambo matarilerilerón, la anda, escondido y cromos son algunos de los juegos que los adultos recordamos de nuestra infancia. Aprovechando estas memorias, la Subcomisión lúdico-creativa del Consejo Nacional de Rectores (CONARE) intenta sensibilizar a las personas sobre la importancia del juego, la recreación y la cultura como derechos de todo niño y niña.
Con este objetivo se llevó a cabo el video taller “Un reencuentro con los juegos de mi niñez”, el viernes 27 de julio en las instalaciones de la UNED en Sabanilla, con conexión a 17 centros universitarios alrededor de todo el país, donde participaron personas encargadas de niños y niñas en el hogar o en contextos de educación formal y no formal.
El video taller se desarrolló con base en el capítulo 5 del VII Estado de los Derechos de la Niñez y la Adolescencia (EDNA) dedicado al derecho a la cultura, el juego y la recreación, a partir del cual se hizo una reflexión sobre la relación del juego y la recreación en la construcción de las identidades, de la cultura y la convivencia.
La Licda. Adriana Araya Góchez, de la Subcomisión lúdico-creativa de CONARE motivó a las y los participantes a pensar en cómo eran los juegos de su infancia y ¿qué podemos hacer como personas adultas para favorecer el ejercicio pleno del juego y la recreación de nuestros niños y niñas?
La coordinadora del informe EDNA, Dra. Marisol Gutiérrez Rojas, destacó que la cultura, el juego y la recreación son derechos que necesitan mayor reflexión para que la población los entienda como prioritarios al igual que otros derechos como la salud y la educación. Entre otros efectos positivos, dijo que el juego genera una oportunidad para que el ser humano desarrolle sus habilidades, socialice con otras personas, establezca vínculos y aprenda a resolver conflictos mediante la simulación.
Por su parte, la coordinadora del Programa de la Niñez y Adolescencia (PRIDENA), M.Sc. Carmen María Castillo, considera que los derechos a la cultura, a la recreación o el deporte son poco conocidos entre los costarricenses, por lo que se debe destacar su existencia y cómo contribuyen al desarrollo de los niños, niñas y jóvenes.
Explicó que en el país estos derechos están normados desde 1998 en el Código de la Niñez y Adolescencia. La normativa establece que corresponde a los padres, madres o encargados darles la oportunidad de ejercer estos derechos, así como el Estado y los gobiernos locales deben proveer la infraestructura necesaria para que los niños y niñas puedan jugar y recrearse. A pesar de esto, en nuestro país son escasos los lugares apropiados para la recreación.
La actividad contó con la colaboración del Museo+UCR, Pridena, EDNA y de los centros universitarios de la Universidad Estatal a Distancia (UNED) ubicados en Alajuela, San Carlos, Limón, Turrialba, Heredia, Puriscal, Ciudad Neily, Pérez Zeledón, Siquirres, Palmares, Cañas, Nicoya, San Marcos, San Vito, Puntarenas y Upala.
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