El surgimiento y desarrollo de la Geografía como disciplina en la Universidad de Costa Rica (UCR), que tuvo como uno de sus principales hitos la creación de la Escuela de Geografía hace 15 años, reunió a profesores, investigadores, profesionales y estudiantes en una mesa redonda para conversar acerca del tema.
Esta unidad académica y la Asociación de Estudiantes celebraron su 15.º aniversario con diversas actividades académicas y culturales, entre ellas una titulada Tertulia generacional. La Geografía a través del tiempo, con la participación de los docentes Dr. Luis Guillermo Brenes Quesada, Dr. Rafael Arce Mesén y Lic. Eduardo Bedolla, como moderador, y de la Licda. Adriana Bonilla Vargas, funcionaria del Sistema de Integración Centroamericana (SICA) y José Mora Calderón, estudiante de licenciatura.
De acuerdo con los expositores, desde la fundación de la UCR, la Geografía ha estado presente en el quehacer académico, pero no fue sino hasta que esta área adquirió independencia con un plan de estudios específico cuando empezó su desarrollo y consolidación.
Historia de altibajos
Según los conferencistas, en el proceso de formación de la citada unidad académica, las distintas generaciones de estudiantes y profesores se enfrentaron a incontables dificultades e incluso durante una época la Escuela estuvo a punto de ser cerrada.
Sin embargo, comentaron, la persistencia y el interés por una ciencia muy antigua y con mucho potencial pudieron más que los tropiezos.
El Dr. Brenes, estudiante de la primera generación de geógrafos graduados en la UCR, recordó los primeros años universitarios y dijo que el movimiento estudiantil de la Generación de Alcoa influyó mucho en el surgimiento de la Geografía durante los años 70.
En 1974 –agregó– se inició la formación de profesionales en este campo con un plan de estudios que incorporaba los métodos modernos de esta ciencia.
Influyó mucho en la transformación de esta disciplina la contratación de profesores extranjeros de alto nivel, entre ellos la Dra. Carolyn Hall, escocesa; el Dr. Roy Ryder, inglés, y el Dr. Miguel Morales, chileno.
Además, contribuyeron algunos académicos nacionales, entre ellos los historiadores Rolando Molina, Carlos Meléndez, Carmelina Gómez y Rosas Greñas, así como Rafael Obregón Loría y el Dr. Gabriel Macaya Trejos, ex Rector.
Obregón impulsó la inclusión de partidas presupuestarias para la compra de equipo y para un programa de becas de formación en el exterior de los primeros graduados de la carrera y Macaya “defendió con ahínco y con firmeza” el proyecto de creación de la Escuela en 1996, dijo Brenes.
La historia de la Escuela de Geografía “ha sido de penas y esfuerzos”, concluyó.
Por su parte, el Dr. Arce, representante de la generación de los años 80, rememoró la poca información y recursos bibliográficos que existían en esa época, durante la cual la Geografía que se enseñaba se dividía en dos áreas: Geografía física y Geografía humana.
Luego, explicó, ambas corrientes se unificaron, surgieron nuevos cursos y se suprimieron algunos de las ciencias de apoyo, tales como Biología, Zoología, Física, Economía, Antropología y Sociología. “Quizás perdimos un poco de conexión con esas disciplinas”, opinó el académico, quien aseguró que debe existir mayor apertura hacia otras disciplinas.
La Licda. Bonilla, perteneciente a la generación de los años 90, manifestó que durante su etapa como estudiante hubo “altos y bajos” en la formación académica que ofrecía la Escuela, aunque lo atribuyó en parte a las características propias de la Geografía, en la que por su especificidad se tiende a la atomización en el proceso de enseñanza.
¿Para qué estudiar Geografía?
Una de las preguntas que a menudo se hacen los estudiantes es ¿para qué somos geógrafos?, comentó Bonilla, quien además ha sido docente e investigadora de la UCR.
A su criterio, el ejercicio profesional y la actividad académica le permitieron descubrir la amplitud de la Geografía como área científica y su “potencial maravilloso”.
Desde el punto de vista laboral, consideró, los recién graduados tienen todavía algunas deficiencias en cuanto a técnicas y herramientas que el mercado laboral exige, razón por la que se requiere una revisión curricular, punto en el que también coincidieron algunos profesores y estudiantes.
“La dinámica laboral para el geógrafo se está haciendo muy acelerada y las demandas son muy diversas”, subrayó.
José Mora abogó por una geografía crítica de raíz latinoamericana, que parta de una conciencia histórica de la realidad social del subcontinente, con un enfoque ético-político y comprometida con el cambio social.
Criticó la Geografía que se enseña actualmente en la UCR, por su tendencia positivista, es decir, prevalencia de lo cuantitativo sobre lo cualitativo; un divorcio con lo político, entendido como la posición que se debe asumir frente a la realidad y predominio de las corrientes de pensamiento europeas.
A su juicio, existe además una “tecnificación” de las Ciencias Sociales, lo que crea una división académica entre disciplinas, entre otros aspectos. “Sentimos que la Escuela de Geografía está bastante desligada de las Ciencias Sociales, a pesar de estar dentro de esta Facultad”, señaló.
Mora habló en nombre de un grupo de compañeros que integran el Movimiento Ecológico Humanista de Geografía y quienes comparten una misma visión sobre lo que debe ser la Escuela. También forman parte de la Red de Geografía Crítica Latinoamericana, corriente que surgió en Brasil.