Jovial, positivo, entusiasta y con un gran don de servicio a los demás, fueron algunas de las cualidades que caracterizaron al Mag. Adonay Arrieta Piedra, según indicaron familiares, amigos y alumnos que lo acompañaron en las honras fúnebres en su honor, realizadas en el decanato de la Facultad de Derecho de la Universidad de Costa Rica, donde era profesor.
El acto contó con la presencia de la rectora de la UCR, Dra. Yamileth González García, y del director de Asuntos Estudiantiles de esa Facultad, Mag. William Bolaños Gamboa, en representación del Decano Daniel Gadea Nieto, quienes reconocieron las cualidades académicas y humanas que acompañaron al Mag. Arrieta Piedra.
Su deceso acaeció como consecuencia de un cáncer que lo aquejó en los últimos meses, y sus funerales se llevaron a cabo el lunes 26 de marzo, en la parroquia de San Pedro de Montes de Oca.
El Mag. Adonay Arrieta Piedra era licenciado en Bellas Artes y en Derecho. También había obtenido el grado de maestría en Derecho Público, en Administración Pública y en Cuidados Paliativos.
Entre los cargos que desempeñó figuran presidente de la Asociación de Estudiantes de Artes Plásticas y de la Asociación de Estudiantes de Derecho, representante estudiantil ante la Comisión del V Congreso Universitario, profesor de Bellas Artes en segunda enseñanza, asistente del rector Luis Garita Bonilla, presidente del Comité Consultivo de la Facultad de Derecho y presidente del Consejo Mundial de Paz.
Además fue miembro del Consejo Universitario, coordinador de la Comisión UCR-Municipalidad de Montes de Oca, representante de la UCR ante la Municipalidad de Paraíso para la creación del Recinto en ese cantón, miembro de la Comisión UCR-Contraloría General de la República, y profesor de Sistemas de Investigación y Razonamiento Jurídico y de Derecho Público y Administrativo en la Facultad de Derecho, desde el 2003.
Amor a los demás
Para el Lic. José San Martín Serrano, profesor pensionado de la Escuela de Administración Pública y amigo personal de Adonay, él era una persona muy completa en cuanto a su espíritu y conocimientos, y con un gran deseo de ayudar a los demás. Ellos hicieron una gran amistad desde el año 1988, en las luchas que dieron en la Universidad. “Lo llamábamos nuestro estudiante más longevo, porque siempre estaba estudiando, lo que le permitió adquirir muchos conocimientos”, recalcó San Martín.
Agregó que Adonay conocía muy bien al universitario y realizó muchas acciones en favor de la Institución e incluso algunas que por lo general los universitarios no acostumbran hacer.
Para él Adonay era un hombre completo y hasta el último día de su vida lo consideró uno de sus mejores amigos.
Por su parte, para el Mag. Óscar Mena Redondo, profesor de la Escuela de Administración Pública, Adonay, más que un amigo, era su compañero y hermano. Él deja una gran huella en la UCR, donde fue amigo de conserjes, mensajeros, guardas y obviamente de altas autoridades, señaló.
Agregó que en el contexto social ayudó mucho en proyectos que el Colegio de Abogados tenía en Talamanca. También su Maestría en Cuidados Paliativos le permitió acercarse a personas en fase terminal, aunque sentía mucho temor para consigo mismo.
“Siempre fue una persona jovial, muy positiva, luchadora, y amiga de todo mundo. Creo que eso caracterizó su vida”, dijo el Mag. Mena.
Asimismo, para la estudiante de Derecho y alumna del Mag. Arrieta en los cursos de Sistemas de Investigación y Razonamiento Jurídico I y II, Mariana Chaves Quesada, él rompió todos los esquemas de enseñanza que ella traía.
“Siempre quiso enseñarnos a ser personas críticas, con una mente abierta, para poder entender todo lo que nos rodeaba y así llegar a ser buenos abogados. Siento que buscaba formarnos no en la carrera, sino en la vida y para mi, eso fue lo más importante que me dejó”, indicó Mariana
También se caracterizó por su coherencia en el amor, un amor con A mayúscula, de verdad fraternal y para todo el mundo, pues no tenía ningún problema en escuchar a sus alumnos, conversar con ellos y tratar de ayudarlos, como lo pudo experimentar ella misma.
Gracias a él, dijo, conocimos un proyecto de Cuidados Paliativos en el Albergue San Gabriel, “a donde vamos varios amigos y yo a hacer un voluntariado de arte terapia, el cual nos ha permitido aprender a dar más que a recibir, como él nos enseñó”.
“De verdad que para mí, y hablo también en nombre de todos los que fuimos sus alumnos, Adonay fue una persona maravillosa, que se ganaba la confianza de cada uno, y si yo tuviera que describirlo lo haría con una palabra: Amor”, concluyó la joven Chaves.