La Orquesta Sinfónica Estudiantil de la Escuela de Artes Musicales de la Universidad de Costa Rica, dirigida por Juan Manuel Arana, llenó de alegría la apertura oficial del 70.º aniversario de esta Unidad Académica, al ritmo de Benny Goodman, Duke Ellington y de piezas latinoamericanas.
Este acto conmemorativo fue presidido por el rector de la UCR, Dr. Henning Jensen Pennington; el director a.i de la Escuela de Artes Musicales, Mag. Guido Calvo Chaves y la ex directora de esa Unidad Académica, Mag. María Clara Vargas Cullell.
También se contó con la participación del Coro Universitario, bajo la dirección de Rafael Ángel Saborío, y el acompañamiento al piano de Manuel Matarrita.
Para celebrar este acontecimiento la Escuela de Artes Musicales ha estado realizando diversas actividades durante todo el mes de noviembre, entre ellas la presentación de la Camerata Vivaldi, el Dúo de Guitarras Pasatempo, un recital de flauta traversa y la LI Maratónica Musical Universitaria.
Además ofrecerá dos conciertos de 70.º aniversario, el primero de ellos el miércoles 28 de noviembre, a las 8:00 p. m., en el Teatro Nacional, y el segundo el viernes 30 de noviembre, a las 7:00 p. m., en la parroquia de San Pedro de Montes de Oca.
En su mensaje el Rector Henning Jensen manifestó que “celebrar el aniversario de esta Escuela me produce una gran satisfacción. En mi vida la música ha sido una fuerte pasión personal, tanto intelectual como hedónica. Para mí, quizá la sustancia común a toda música es la posibilidad de comunicar realidades tangibles a través de realidades intangibles, que lanzan la mente hacia espacios imaginarios donde se enriquecen nuestras perspectivas vitales”.
También expresó que “la música es un arte capaz de hacer perceptible, dentro de la vida cotidiana, lo inasible de la experiencia humana, que traduce y comunica lo indescifrable, al insinuar que hay otro lugar posible para las formas de ser, de pensar y de sentir; para señalar que existe otro espacio, otra realidad, otra vida y convivencia posibles”.
En este sentido indicó que “la música es uno de los principales referentes que nos ponen en contacto con otras culturas. Posiblemente, es a través de su rica producción musical que América Latina se ha hecho presente con más fuerza en el imaginario mundial, donde su influencia sobre otras culturas es más profunda. Y es que la música también es ejemplo de la riqueza producto de la hibridación, de esos choques y encuentros maravillosamente humanos, que dan origen a nuevas formas expresivas, a nuevos sistemas de sonidos, melodías y ritmos. Si lo permitimos, podemos encontrar en ella inspiración para una convivencia más armónica y creativa entre las personas, a partir de su diversidad étnica y cultural”.
“Celebremos la complicidad de la academia y la sociedad con la música y el arte, que nos recuerda que siempre hay alternativas para la vida y la convivencia, y a la vez nos invita a componerlas e interpretarlas juntos”, apuntó el Dr. Henning Jensen.
Según dijo la Mag. María Clara Vargas Cullell en la semblanza que hizo sobre esta Escuela, las primeras referencias relacionadas con la enseñanza instrumental en nuestro país están ligadas a las bandas militares y las filarmónicas que se fortalecieron a lo largo de la segunda mitad del siglo XIX.
Luego el surgimiento de la Escuela Nacional de Música (1890-1894) y la Escuela de Música Santa Cecilia (1894-1956) permitió estudiar esta disciplina con profesores de formación académica más sólida.
Posteriormente en 1934 se funda la Asociación de Cultura Musical, la cual es fundamental para el desarrollo musical del país. En 1941 esta Asociación envía al Congreso el proyecto de creación de una escuela de música, la cual es aprobada por el presidente de la República Rafael Ángel Calderón Guardia, mediante el Decreto Nº 10 del 25 de marzo de ese año, con el nombre de Conservatorio Nacional de Música.
Dicho Conservatorio inicia sus labores en marzo de 1942 y dos años después es adscrito a la UCR como Escuela Anexa a la Academia de Bellas Artes. Entre sus primeros docentes, figuran destacados maestros como Julio Fonseca, Manuel Melico Salazar, Julio Mata, Alejandro Monestel y Enrique Macaya.
En 1968 al departamentalizarse la Facultad de Bellas Artes pasa a denominarse Departamento de Artes Musicales, el cual, en los años setenta, experimenta profundos cambios, entre ellos, el establecimiento de nuevos planes de estudio y opciones de graduación, la construcción de su nuevo edificio en la Ciudad Universitaria “Rodrigo Facio Brenes”, y el cambio de nombre a Escuela de Artes Musicales.
Ya en las últimas décadas esta escuela se replantea su quehacer y da inicio una transformación que la convierte en una institución de vanguardia en la enseñanza musical nacional y regional. En 2010 obtiene el certificado de Compromiso con la Calidad Académica.
En este sentido la Mag. Vargas Cullell apuntó que en sus setenta años de existencia esta escuela ha formado a gran cantidad de profesionales, quienes han contribuido al mejoramiento de la educación musical costarricense. También sus docentes han coadyuvado al enriquecimiento cultural nacional, con sus interpretaciones, composiciones e investigaciones.
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